lunes, 31 de marzo de 2025

Consulta popular, ¡el boom del momento!


Consulta Popular planteada por el jefe de Estado, Gustavo Petro Urrego. Foto: Internet



Por Nelson Lombana Silva

A pesar de la desinformación mediática y las falsas interpretaciones que la derecha y extrema derecha hacen de la Consulta Popular planteada por el jefe de Estado, Gustavo Petro Urrego, la iniciativa se viene posicionando rápidamente en la conciencia del pueblo colombiano.

Un factor determinante en este proceso tiene que ver con que el pueblo ha ido derrotando el concierto de mentiras e infamias de estos medios de incomunicación que responden exclusivamente a los intereses de la gran y rancia oligarquía colombiana.

A su vez, bueno resulta destacar el papel importante de los medios Alternativos de Comunicación, que se han prodigado a fondo a informar objetivamente, contribuyendo a crear elementos concretos de juicio para entender la iniciativa del gobierno del cambio.

Sin lugar a dudas, es una iniciativa audaz del presidente, en respuesta a la actitud pusilánime del Congreso de la República de impedir que las Reformas que necesita el país nacional, salgan adelante. La Consulta Popular es el ejercicio pleno y directo de la Democracia, que tiene el valor de preguntarle al pueblo sin rodeos, si está de acuerdo con una Reforma o no está de acuerdo.

La Consulta Popular es una figura que contempla la Constitución Nacional de 1991 y que los presidentes de las multinacionales y transnacionales, la tenían en el cuarto de san alejo, entre telarañas, pues el decir de la burguesía, “al pueblo nunca le toca”, para citar al escritor costumbrista colombiano, Álvaro Salom Becerra. El decir de esta burguesía es que el populacho, la chusma, no piensa, esta facultad es exclusiva del círculo pequeño y privilegiado que ha manejado el país durante largas y azarosas centurias. Por eso, primero fue presidente Alfonso López Pumarejo, después su hijo Alfonso López Miquelsen; primero fue presidente Misael Pastrana Borrero, después su pedófilo hijo, Andrés Pastrana Arango; primero fue presidente Eduardo Santos, después, Juan Manuel Santos Calderón. Es decir, son unas pocas familias las que han manipulado el país a sus anchas, con el pleno respaldo de los Estados Unidos.

Ahora, cuando por fin ha llegado a la Casa de Nariño un hijo del pueblo, un auténtico líder de la entraña popular, la oligarquía coloca el grito en el cielo, se siente huérfana del poder y sin miramientos de ninguna naturaleza enfila baterías contra el presidente popular, usando todo su poder mediático, político y parapolítico, en aras de recuperar la presidencia para seguir devorando el presupuesto nacional como alimañas. A esta casta oligárquica no le interesa el pueblo, la masa, le interesa el dinero, el poder para manipular a sus anchas sin un solo rastro de humanidad y solidaridad.

Esa es la razón poderosa por la cual se va lanza en ristre contra la Consulta Popular, sus intereses de clase no coinciden con los intereses de clase del pueblo. Verdes de encabronamiento como diría Gabriel García Márquez, sacan desde ya, toda su artillería en aras de impedir que el pueblo se pronuncie y diga sí a los cambios urgentes que necesita y que se verán reflejados en la Consulta Popular. Tiemblan de pánico, porque son cobardes, reconociendo que el pueblo es superior a sus dirigentes de esta sucia plutocracia como bien lo afirmara el caudillo liberal, Jorge Eliécer Gaitán Ayala.

Y a pesar de la incomunicación mediática, el país nacional discute, opina en todo el territorio nacional sobre la conveniencia de la Consulta, solo los pobres “uribestias”, totalmente engañados y sobornados, repiten el discurso mediático, de una manera lánguida y maquinal. Como diría el mártir del calvario: “No saben lo que dicen”. En calles, caminos, barrios y veredas, el campesino, el citadino, discuten y opinan con más libertad y conocimiento de causa sobre la Consulta Popular, con la firme convicción que están definiendo su propio bienestar y el futuro de sus hijos, de la humanidad y de la misma madre naturaleza.

Así, pues, la consigna que viene haciendo carrera en todos los rincones de la patria, es la constitución de comités por el sí de la Consulta Popular. Una tarea del momento que nos convoca, nos une y nos hace más humanos, en la lucha por una segunda oportunidad, oportunidad que no hemos tenido bajo la ruin égida de la corrompida oligarquía colombiana.

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