lunes, 17 de marzo de 2025

¿Cómo adquiero la vocación por la lectura?

 

Fomento de la lectura biblioteca Cañón del Combeima, escuela Nicolás Esguerra grado primero. Foto AMO

Por Nelson Lombana Silva

La lectura es la puerta de entrada al éxito, a la autonomía personal y al concepto más elevado de libertad, tolerancia y convivencia respetando la gran diversidad. El libro constituye el instrumento mágico para hacer realidad los sueños de la humanidad en comunión. Un pueblo lector es libre y feliz, dueño de sí mismo con argumentación propia para opinar sobre la dirección de los proyectos en marcha. Quien lee, tiene capacidad de decidir, pensar por sí mismo.

El esfuerzo que hace la red municipal de bibliotecas públicas de la ciudad de Ibagué, está enfilado en esa dirección de fomentar la lectura, la escritura y la oralidad en chicos y grandes. Cada bibliotecario o bibliotecaria de la ciudad musical, tanto del sector rural como urbano, le asiste esta histórica misión.


Fomentando la lectura en la escuela. Foto AMO

La construcción del hombre nuevo, el humanismo en toda la extensión de la palabra, se afinca ante todo en los libros que es donde está plasmado todo el pensamiento científico, en cualquier área del conocimiento. El libro es el instrumento, la lectura el fenómeno que nos permite develar el contenido del texto. La lectura es una maravillosa aventura que ennoblece la dignidad humana, nos traslada a mundos fantásticos, llenos de movimiento, acción y suspenso.

La mejor herencia que el padre le puede dejar a sus hijos es el estudio y el mayor obsequio la vocación por la lectura. Leemos para ser humanos, les decía ayer a los niños y a las niñas del grado quinto de la escuela Nicolás Esguerra, porque una persona que lee deja de utilizar la fuerza bruta y desarrolla en grado sumo la fuerza de la razón, es decir, la argumentación. El individuo aprende a resolver las contradicciones a través del diálogo y la comprensión, rechaza de plano la fuerza bruta reflejada en los golpes y las palabras denigrantes contra el otro, entiende perfectamente que la contradicción es un accidente de dos partes que son humanas con Derechos y Deberes.  

La persona que no lee, ni razona sobre su condición antropológica, centra su borrascosa y triste existencia, alrededor del conflicto, la amargura y la frustración. La envidia lo agobia, lo coloca por fuera de la sociedad, enemiga de ella, destilando a toda hora rabia con su vecino o transeúnte fortuito. Una persona leía es una persona culta, decente y tolerante, que sabe de dónde viene, qué hace y para dónde va. Como se dice coloquialmente: Tiene clara la película.   

Sobra insistir que el conocimiento está en los libros y los libros en las bibliotecas; tal razonamiento nos lleva a la conclusión de la importancia de la biblioteca pública y del ejercicio de visitar y compartir un momento con los libros. Un vecino de Villa Restrepo pensaba que la biblioteca era simplemente un espacio para almacenar libros. Hoy, afortunadamente, tiene un concepto muy diferente, ha entendido que la biblioteca es un punto de encuentro de la comunidad, también para debatir, polemizar y buscar soluciones a la problemática propia del entorno, mediante el diálogo, la proposición y el buen uso del lenguaje.

¿Cómo adquirir la vocación por la lectura?

Se encuentra uno a diario con este interrogante: ¿Cómo adquirir la vocación por la lectura?  Lo curioso es que éste surge después de una serie de disculpas. Algunas son: Mantengo muy ocupado, no me queda tiempo; me duele la cabeza, me produce lagrimeo, me produce sueño, no me puedo concentrar, no entiendo lo que leo, no logro encontrar la importancia, me parece una deliberada pérdida de tiempo, para qué saber yo ya tan viejo, que aprenda los “chinos”, yo ya me la sé todas, etc. etc.

En una sociedad deshumanizada y capitalista como la nuestra, no resulta fácil desarrollar la vocación por la lectura. No hay discusión en este aspecto. Ésta navega en contra de la marea y el viento. Es atacada constantemente por la sociedad consumista e inmediatista, la denominada era mediática. Efectivamente, no es fácil. No obstante, existen consejos prácticos. Cuando alguien me dice que quiere leer, pero que qué pereza, le contesto que decir que quiere leer es ya un avance importante, una forma de comenzar a ser diferente. Le recomiendo que escoja un libro que le llame la atención, ya sea por la carátula, el título, la letra, una frase, porque alguien se lo haya recomendado, etc. Comience la lectura sin la presión de que tiene que leerlo rápido. Comience con una sola página, así sienta deseos de seguir absténgase. El segundo día lea dos; el tercer día, nuevamente una; el cuarto día, dos; el quinto día tres y así sucesivamente. He intentado sustentar esta propuesta, afirmando que el ojo es un músculo y que al principio se reciente, por eso debe llevar el proceso con calma, tal como hace el atleta, por ejemplo. La otra propuesta es leer diariamente diez o quince minutos no más, con la misma finalidad, que la vista vaya poco a poco asimilando el esfuerzo intelectual que implica la lectura. Seguramente, hay muchos más trucos que vale la pena socializar. Nada se pierde.

Pero, me parece que el principal método para fomentar la lectura en chicos y grandes, es el ejemplo. José Martí decía que las palabras conmueven, pero los ejemplos arrastran. Si el niño desde que está en el vientre, percibe que su madre lee, que su padre lee, que sus hermanitos leen, seguramente este nuevo ser será un gran lector. Si al nacer ve libros por todas partes debidamente organizados y aseados, sus padres leyendo y haciendo elogios del texto, de su importancia, seguramente el niño o la niña será un gran lector o lectora. Pero, si lo primero que ve es la televisión, ahora el internet, olvídese. No estoy estigmatizando estos medios de comunicación, por supuesto, pero considero que son Valium que adormece las neuronas del cerebro más de lo que usted podría imaginar en un momento dado. Resulta elemental saber que el niño ve a su padre como el héroe que quiere imitar, lo mismo que a su mamá. Así, pues esta tarea no es del docente de la escuela, del colegio o de la universidad, es tarea en primera instancia de los padres. Lo que hacen la escuela, el colegio o la biblioteca son reforzar esos conocimientos, desarrollar la lectura crítica y analítica. Por eso, el llamado es a la unidad, porque es la única manera de contribuir al proceso de lectura, escritura y oralidad, en niños y en jóvenes, principalmente.


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