domingo, 21 de septiembre de 2025

¿A qué juega el CNE?

Foto: Revista Sur 

Por Nelson Lombana Silva

La oposición al gobierno del cambio que lidera el Pacto Histórico con Gustavo Petro Urrego a la cabeza, raya en la criminalidad, en el cinismo y en la locura de una casta oligárquica descompuesta que acude a los hechos más innobles, para evitar que los cambios democráticos se den en Colombia. No hay cosa más elemental que conceder la personería jurídica para que varios partidos y organizaciones sociales se junten alrededor de un programa, un estatuto y un proyecto político consecuente con el pueblo humilde secularmente engañado y explotado. La solicitud se hace en el marco de la norma constitucional, para lo cual se allega los requisitos contemplados en la norma.

Y a pesar de estar toda la documentación en regla, el señor Prada y su patota inventan hipótesis para retrasar la entrega de la personería jurídica. Arman el show de entregar la personería jurídica a unos y a otros no. ¿Cuál es el propósito? Adivine: Blanco es, gallina lo pone y frito se come. Claro. El objetivo es dividir al Pacto Histórico para facilitar la retoma de la presidencia en 2026, por la rancia y mafiosa oligarquía colombiana. Prada que es un ser descompuesto moral y éticamente, cumple la tarea a cabalidad.

El pueblo colombiano no se debe quedar inmóvil, al margen de la lucha, debe expresarse rápidamente en la calle, exigiendo justicia y el imperio de la ley. Desnudar a este siniestro personaje, pero sobre todo al sistema capitalista. La movilización popular nacional debe ser ya con contundencia, exigiendo la personería jurídica. Es el llamado al sindicalismo consecuente e incluso, al sindicalismo de estómago que todavía pulula en nuestro país. Hay que hacer causa común y ayudar a la lucha que viene librando nuestro presidente Gustavo Petro Urrego. No podemos dejarlo solo, hay que estar en la primera línea.

La podredumbre en las altas esferas del Estado no se extirpa en cuatro años, todos los sabemos. Por lo que hay que darle continuidad al proceso, fortalecerlo y hacerlo irreversible. Para lograr dicho objetivo es fundamental tener organizaciones políticas y sociales fuertes, organizadas y conscientes del momento histórico. Con organizaciones livianas y blandengues, cuyos líderes solo buscan el interés particular, no llegamos a ningún Pereira, como dice el dicho popular. Se necesita con urgencia partidos organizados, estructurados y firmes como el roble, de no ser así, el futuro se hace incierto. Tenemos muchas expectativas para el 2026, pero no la tenemos ganada. Todavía pesa mucho la violencia, el analfabetismo político y el miedo, entre la masa colombiana.

Tal es la criminalidad y la descomposición de la gran oligarquía que sus leyes le permiten al condenado narco presidente, Álvaro Uribe Vélez, hacer política libremente. La mafia es todavía muy poderosa sin lugar a dudas. Vaya un pobre y róbese una gallina por necesidad haber si tiene esas gabelas. Es vox populi que los poderes públicos en Colombia están permeados por el narcotráfico. Por lo tanto, se podría intuir que la Corte Suprema de Justicia no es la excepción y prueba de ello, son estos fallos tan insólitos.

Así, pues, el Consejo Nacional Electoral, juega su triste papel y de qué manera. Proceder que merece todo el repudio y el rechazo de la ciudadanía, debidamente organizada y politizada. No se puede admitir personajes oscuros de esta talla, hay que luchar por personas honestas, pulcras y humanas que interpreten el interés nacional. La Unidad del Pacto Histórico debe robustecerse, los cuadros sabrán sortear este momento complejo con sapiencia y conciencia de clase, siempre al lado de las masas. La lucha de clases continúa desarrollándose. 

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