viernes, 22 de mayo de 2020

Un mensaje a los sin nada

Edison Peralta González

Esta fosa común inundada con sangre de humildes adalides, campesinos, chusma y masa empobrecida, picados, zaheridos, a nombre de la patria y la paz de un dios embrutecido, clama al cielo que cese la sangría y fenezcan los horrores de la muerte anidada en pasillos de zafios y bufones; que apresen al monstruo de los siglos de sonrisa alevosa y se vayan al infierno los sayones.


No es tiempo de abstracciones y divagaciones superfluas que enredan el sueño de los menesterosos de calles y veredas. Es hora de pedirle a los rebuscadores del pan diario, a los recogedores de basura, a las fucsias que envejecen en burdeles despiadados; a los labriegos, que revientan en los surcos atrapados por el hambre, que es tiempo de repensar la historia y sacudirnos de nuestras miserias y desgracias. Los miserables y desheredados de este país de cafres no pueden estar felices con el asedio de la muerte cabalgando como un monstruo apocalíptico detrás de su espinazo.

Estar feliz con la miseria es ser un perfecto bruto. Ya es hora de decir a  los sayones y traidores que apuntan sus arcabuces para matar las ilusiones del pueblo, Basta Ya! .A los sin nada, que caminan sin rumbo por las galerías de libre mercado con el estómago vacío, a intelectuales burgueses que esconden sus penurias en antesalas y apariencias, a pequeños burgueses de barrios y veredas, a nativos, mestizos, negros y blancos, a vendedores de calle, desempleados y estudiantes pobres, religiosos embrutecidos por curas y pastores pederastas. Es hora de decir a quienes han vendido su dignidad por un mal plato de comida, que ha llegado la hora  de juntar las rebeldías para luchar contra el fantasma de la muerte.

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