martes, 19 de noviembre de 2019

Paro Nacional del 21 noviembre será contundente

Por Nelson Lombana Silva

El débil presidente colombiano, Iván Duque Márquez, una vez más viene echando mano de la mentira y la amenaza para tratar de impedir el Paro Cívico Nacional programado para el jueves 21 de noviembre. No son raras estas prácticas en la oligarquía y menos en un presidente timorato y mediocre que solo suele utilizar la cabeza para hacer la 21 con el balón de fútbol.


Ha colocado en acción todo el poder mediático para mentir y tergiversar la realidad histórica que la Colombia profunda viene padeciendo día y noche con un modelo que hace rato fracasó en todas partes del mundo: El Neoliberalismo. Niega por ejemplo, que el senador Uribe haya radicado desde el primero de octubre reforma leonina y dañina contra el pueblo. En su desespero trata de tapar el sol de la verdad con sus sucias manos bañadas con sangre inocente de más de 18 niños cobardemente asesinados y algunos rematados a sangre fría por parte del militarismo en el departamento de Caquetá.

De otra parte amenaza. Ha ordenado el acuartelamiento de las fuerzas represivas del Estado y seguramente las fuerzas paramilitares para que en el marco del terrorismo de Estado, impidan que el pueblo se movilice y rechace contundentemente su política criminal. Tiene miedo. Teme los acontecimientos de lucha y resistencia que se vienen sucediendo en este continente, especialmente en Chile, Haití, Ecuador, la misma Bolivia ante el criminal golpe de Estado cocinado en la Casa Blanca.

Realmente el gobernante pelele de Estados Unidos y del narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez, no demuestra grandeza para enfrentar la profunda crisis y menos para buscar alternativas de solución. Por el contrario. Lo que hace con estas medidas mediocres y desesperadas son profundizar la crisis, el descontento popular en los distintos sectores que conforman la nacionalidad colombiana.

Hay que ver la templanza de los niños de los colegios al llamar a salir al Paro, no solo reivindicando sus necesidades básicas de una educación de calidad y de cobertura universal, sino también en solidaridad con el medio ambiente y con sus padres que trabajan con salario de miseria o sencillamente no encuentran empleo por ninguna parte.

El dramático llamado que hace el niño Juan David Hernández Henao de octavo grado del colegio San Simón de Ibagué (Tolima), conmueve, porque refleja la profundidad de la crisis que padece el país. No es un invento de los comunistas, ni de las centrales obreras, ni la presión internacional como dice el mentiroso presidente, es la cruda realidad de un modelo fracasado que hace metástasis en todo el mundo.

Su terrorismo de Estado no pasará. Como dice el pueblo colombiano coloquialmente: “De esa ya no comemos”. El pueblo está dispuesto a enfrentar el régimen, régimen inhumano que siempre ha estado dispuesto a hacer al rico más rico y al pobre más pobre y no quiere que el pobre reaccione, sino que se mantenga sumergido en las aguas pútridas y nauseabundas de la sumisión.

En esta oportunidad no lo conseguirá. El pueblo indignado saldrá a protestar, a paralizar el país, a rechazar el neoliberalismo, la puñalada trapera contra el salario por horas y diferencial como señala la criminal iniciativa que ya está radicada en la secretaría del Congreso para sus respectivos debates. El país debe paralizarse. El paro nacional será contundente este jueves 21 de noviembre en toda Colombia. Hay que bloquear vías, cerrar bancos, supermercados. Nuestra voz de protesta debe retumbar hasta en los confines de la tierra. Ni un paso atrás. Vamos con toda. Como decía Jorge Eliécer Gaitán: “El pueblo es superior a sus dirigentes…”

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