domingo, 10 de noviembre de 2019

Murió profesor de filosofía y economía en Ibagué

Por Nelson Lombana Silva

Consternación ha suscitado en los docentes del Tolima la muerte del licenciado en filosofía y letras, Mariano Urueña Ramírez. El deceso se produjo en la clínica Tolima de la ciudad de Ibagué (Tolima), el 8 de noviembre a las 10:45 de la mañana y su funeral se realizará hoy en la catedral a partir de las once de la mañana.  El cáncer le ganó la partida. Era padre de tres hijas.
 

Mariano Urueña Ramírez, trabajó en varios colegios, entre ellos, el Carlos Blanco Nassar de Anzoátegui (Tolima), y varios años fue rector del colegio Camila Molano en el municipio de Venadillo (Tolima).


Se destacó por su alto grado de compromiso con su profesión, el bello arte de la enseñanza y la pedagogía. Mantuvo las mejores relaciones con sus colegas y siempre se preocupó por formar estudiantes críticos y consecuentes con su clase social.

Había nacido en 1952, en el municipio de Nariño (Cundinamarca) donde hizo la primaria; en 1962 el núcleo familiar liderado por don Mariano Urueña Donoso y Leticia Ramírez Méndez, se traslada al municipio de Chaparral (Tolima). Allí termina el bachillerato y los estudios universitarios los adelanta en Bogotá, en la universidad Santo Tomás.

Tenía cuatro hermanos, de los cuales quedan dos con vida, uno de ellos, Edgar, licenciado en matemáticas egresado de la universidad del Tolima, con quien conversamos brevemente anoche durante el velorio que se viene desarrollando en los Olivos de la carrera 5ª de Ibagué.

Al definir su personalidad, señaló: “Mariano era un tipo muy diplomático, era una persona correcta, recta en sus quehaceres; sus errores que cometía él mismo al darse cuenta trataba de corregirlos para no tener más adelante un percance”.

Sobre las relaciones como hermanos: “Como dice el dicho: Éramos amigos, hermanos, confidentes, éramos un solo núcleo familiar completo en todo. Nosotros nunca nos reuníamos para un fracaso, nosotros nos reuníamos cada ocho días, cada quince días, cada veinte días, siempre para hablar y discutir las cosas de nosotros. El núcleo familiar siempre ha estado unido con las hijas mías, sus hijas o las hijas de mi hermano. Siempre ha sido un núcleo familiar muy bonito”.

¿Qué significa para Edgar Ramírez Urueña la muerte de su hermano? “Esto es muy duro, porque es una parte muy grande que se le va a uno, el compañero, el confidente. Era una persona que nos ayudaba en problemas que teníamos nosotros y que le comentábamos. Él nos orientaba, nos decía qué debíamos hacer. Y a su vez, sus problemas también eran problemas nuestros. Había mucha relación de hermandad”.

Se va indudablemente un gran maestro, una gran persona, en toda la extensión de la palabra. ¡Paz en su última morada!

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