domingo, 10 de noviembre de 2019

¡Libertad para Simón Trinidad!

Por Nelson Lombana Silva

Es un deber moral y político de todo revolucionario consecuente unir y multiplicar esfuerzos por la libertad del ex comandante fariano, Simón Trinidad, es decir, Juvenal Ovidio Ricardo Palmeras Pineda, quien se encuentra injustamente en cautiverio en las mazmorras del imperialismo norteamericano.


La campaña no puede cesar, ni asumirse como una simple tarea más, en eso nos da ejemplo Cuba cuando la detención de los cinco héroes o el rapto del niño Elián González. El pueblo de la mano de su comandante Fidel Castro Ruz, se mantuvo movilizado hasta lograr el objetivo propuesto. La pelea contra Estados Unidos es hasta la victoria o el sacrificio.

Simón Trinidad nació en Valledupar (Cesar) el 30 de julio de 1950, siendo miembro de una familia pudiente. Estudió en el colegio Nacional Loperena. El bachillerato lo comenzó en la institución Helvita en Bogotá y terminó los últimos dos años en la escuela Naval de Cartagena. Los universitarios los adelantó en la Jorge Tadeo Lozano, en Bogotá, obteniendo el título de Economista. Hizo, además, un postgrado en Harvard.

Trabajó en la Caja Agraria de Valledupar como asesor financiero. Se casó con Margarita Russo que también era empleada del banco de Barranquilla, de cuya unión hay dos hijos. Asesora la economía de la finca familiar, sobre todo los cultivos de algodón.

Forma parte del personal administrativo de la universidad Popular del Cesar, siendo profesor de historia económica de Colombia en la facultad de ciencias administrativas.  

También es gerente regional de la Caja Agraria en la sucursal de Valledupar del banco del Comercio. Juvenal Ovidio Ricardo, se mantiene al tanto de la problemática a su alrededor. Nada le es indiferente.

En 1979 es detenido cinco días por los sabuesos del Estado, sindicado de ser guerrillero. Su familia logra ponerlo en libertad. En 1981, lidera con Jaime Sierra, Tomás Agudelo y Federico Palacios Romaña, un grupo llamado: “Los Independientes”, grupo que tiene orientación marxista y leninista.

Al surgir la Unión Patriótica (UP), de los acuerdos entre la entonces FARC –EP y el gobierno de Belisario Betancur Cuartas, Simón Trinidad no duda en respaldar la iniciativa y ser después parte activa en esta parte del país. Se hace activo militante.

El genocidio monstruoso contra la Unión Patriótica y el Partido Comunista, toca esta región con suma gravedad. Juvenal Ovidio Ricardo, se ve precisado a continuar la lucha revolucionara desde la clandestinidad. En 1987, después de una huelga campesina en la emblemática plaza Alfonso López Pumarejo de Valledupar, decide enviar su familia a Méjico y él tomar el tortuoso camino hacia la Sierra Nevada de Santa Marta para vincularse a las FARC – EP.

En el 2004, es prisionero en Ecuador durante la dictadura civil de Álvaro Uribe Vélez, siendo extraditado a los Estados Unidos. Los montajes judiciales para relacionarlo con el narcotráfico no fructificaron, en cambio sí, la trama de que había sido responsable del supuesto secuestro de tres norteamericanos, cuando todo el mundo sabe que éstos eran vulgares espías gringos y el área donde fueron sorprendidos no correspondía al entonces comandante Simón Trinidad. Podría decirse que es víctima de un “falso positivo”, siendo condenado a 60 años de prisión. Todo un montaje como suele hacer la CIA.

Por sus antecedentes revolucionarios y la firmeza como ha soportado este injusto cautiverio, Simón Trinidad, es un héroe, un revolucionario hormonal, que merece toda la solidaridad mundial.

En esas condiciones, la izquierda mundial no puede cejar en la lucha por su libertad inmediata. Hay que profundizar la solidaridad hoy más que nunca. En realidad, no se entiende que se haya firmado el acuerdo de paz con Simón Trinidad en la cárcel.

¡Libertad ya para Simón Trinidad…!

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