El neoliberalismo ha convertido a Colombia en simple exportador de materia prima a precios irrisorios, favoreciendo a las multinacionales y transnacionales, quienes cada vez se hacen más ricas y poderosas, mientras el pueblo se empobrece cada día más.
Esa política depredadora e infame, impuesta a rajatabla en Colombia por Estados Unidos, acabó literalmente con las pocas empresas transformadoras de la materia prima en productos elaborados. Los Tratados de Libre Comercio (TLC), se encargaron de dar el golpe de gracia a la industria nacional.
¿Obra de quién? De la clase dirigente hincada de rodillas a los dictámenes perversos de los Estados Unidos. Esa clase dirigente que Duque, Germán Vargas Lleras, Humberto de la Calle y el mismo Fajardo, representan en esta contienda electoral. Ellos representan la oligarquía colombiana, sus intereses y prebendas.
Recordemos que el expresidente de la voz aflautada, Cesar Gaviria Trujillo, abrió la frontera a este modelo, con su frasecita: “Bienvenidos al futuro”.
De ese tiempo a este, cuántas fábricas han desaparecido en Colombia. Lo público fue privatizado y la única opción que impusieron a sangre y fuego fue la venta de las empresas y la paralización casi total de la industria colombiana.
En esas condiciones, ¿Cómo puede un país salir del subdesarrollo? En el marco de la política minero – energética se busca arrasar el campo, convertirlo en desierto a partir de extraerle sus metales preciosos, incluyendo, naturalmente, el petróleo.
Esta materia prima es vendida a precio de huevo y luego, comprada como materia elaborada a precio oro. Qué fórmula tan ventajosa: Vender regalado y comprar caro. ¿Con esa fórmula hay perspectiva de salir del atrasado en el cual está inmersa Colombia?
Petro rompe este esquema
Gustavo Petro, el candidato de la Colombia Humana, rompe con el modelo neoliberal y en este campo propone la “Reindustrialización del país”.
Para ello considera válido apoyar sectores estratégicos de la economía colombiana, en renglones vitales como el textilero, el metalmecánico, la agroindustria, la informática, energías renovables, generando de esta manera millones de empleos.
Eso implica no seguir regalando la materia prima a los gringos como viene sucediendo, sino transformarla para que tenga valor agregado y sus ganancias lleguen a donde deben llegar: Al pueblo.
Vargas Lleras y Duque, hablan de abrirle más espacio a los Estados Unidos, es decir, entregarle aún más la soberanía nacional, la riqueza nacional y la dignidad nacional al imperialismo norteamericano.
Gustavo Petro, propone exactamente lo contrario. Su propuesta es diametralmente opuesta, por cuanto le apuesta a la capacidad del colombiano para producir, a la soberanía nacional y a la dignidad nacional.
Por eso insiste tanto en la educación y la salud como elementos fundamentales para iniciar un cambio de verdad. Todo proceso serio parte por estos dos elementos: Salud y Educación. Un pueblo aliviado y formado produce más y de mejor calidad. A eso le apuesta el candidato presidencial Gustavo Petro Urrego. ¿Puede un Duque o un Vargas Lleras plantear propuestas de este calado? Por supuesto que no, porque ellos no piensan en el pueblo, piensan en su clase social tan pequeña y tan poderosa: La burguesía.
Caminando por la calle 10 de la ciudad de Ibagué, ayer en horas de la tarde, conversé con una vendedora de frutas. Se asombró cuando le dije que votaría por Petro. “Fue guerrillero”, me dijo. “Sí señora, usted lo ha dicho, fue guerrillero. Ya no es guerrillero”. “¿Por qué vota usted por él?, insistió. “Porque pertenece a mi clase social. Si yo fuera millonario votaría necesariamente por Duque o Vargas Lleras o De la Calle, ellos representan los intereses económicos de esa clase dominante”.
“Estoy convencido que, si el Estado le garantizara la oportunidad a usted de comercializar sus frutas procesadas, haría más dinero, daría empleo y las posibilidades de desarrollo serían más reales”. “Eso es imposible”, me dijo. “Claro. Totalmente imposible si gana algún candidato de la derecha, porque si gana Petro comenzará un proceso de cambio totalmente inédito en Colombia”.
La reindustrialización del país sería importante y fundamental en un proceso social liderado por Gustavo Petro, por eso hay que apoyarlo decididamente votando el 27 de mayo muy temprano y montando vigilancia revolucionaria para que no se “cocine”, el fraude electoral que ciertamente se ve venir.
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