sábado, 10 de febrero de 2018

Los diálogos de Seferino, Adela y Artemio en tiempos de soledad

Por Nelson Lombana Silva

Seferino, Adela y Artemio, son miembros de una misma comunidad. Pertenecen a familias diferentes. Sin embargo, manejan buenas relaciones humanas las que han forjado en la lucha por la numerosa comunidad que de una u otra manera representan. Nunca se han puesto de acuerdo en cuestiones políticas. Han caminado en bandos diferentes. Seferino es liberal de raca mandaca, Artemio azul conservador y Adela se ha movido en la izquierda gran parte de su vida. Los une el trabajo comunitario.


De vez en cuando se encuentran en la cafetería y al calor de un tinto debaten sobre la problemática de la comunidad y la dinámica de la región. A veces la discusión resulta acalorada. Los argumentos se atropellan unos con otros, pero jamás acuden a la agresión. Generalmente, terminan la discusión con un chiste o una carcajada de oreja a oreja.

Para esta comunidad llegar a este estadio tuvo que correr mucha sangre, dolor y lágrimas durante largas y azarosas centurias, como aquella de tener que matarse porque era liberal, conservador o comunista. Tuvieron que ocurrir muchas muertes, masacres, para llegar a comprender que solo la unidad y el respeto por otro era el único camino para vivir y convivir.

La dinámica de la cruda existencia acosada por la adversidad económica y la continua estigmatización poco a poco fue forjando en estos líderes comunitarios una forma distinta de leer la realidad concreta de su entorno. Y aunque mantenían divididos por su concepción política, sus relaciones personales y comunitarias eran cordiales y respetuosas.

Después de sus labores cotidianas, al caer la tarde, se encontraron en la cafetería. En esta oportunidad el tema central fue el debate electoral. La discusión fue ardua y amena, a pesar que se levantaron la voz, golpearon la mesa e incluso, afirmaron no volverse a encontrar para conversar.

Yo llegué por accidente a tomarme un tinto sin azúcar. Me acomodé en una mesita de madera pulida y al pedir la bebida abrí el libro que estaba leyendo con verdadera avidez intitulado: “No nacimos pa’semilla” de Alonso Salazar J. Al percatarme de la presencia de aquellos personajes suspendí discretamente la lectura y abriendo la libreta de apuntes seguí paso a paso la conversa. Esta fue larga, dinámica y a veces dramática. Lo que más me llamó la atención fue que no hubo un solo agravio personal. Eso sí, los argumentos eran defendidos con vehemencia, a veces con rudeza, levantando la voz y dejando escapar uno que otro grito estridente.

También me llamó poderosamente la atención la participación de aquella mujer. Era espigada, piel trigueña y mirada oceánica. Participaba de tú a tú con argumentos cortos y sustanciosos, sin perder su gracia femenina. Nunca había visto a una fémina discutir el tema que consideraba hasta entonces era exclusividad del hombre. Sus argumentos me impactaron positivamente.

-         Seferino: Vah, hace rato no conversamos…

-         Artemio: Las ocupaciones, los ires y venires del diario acontecer…

-         Adela: Todo puede ser cierto. Pero, el problema central es la campaña electoral…Cada quién por su lado haciendo división con los mismos colores…

-         Seferino: No jodas. Es el deber patriótico. Quien no vota no es patriota.

-         Artemio: Se trata de votar para a elegir nuestros jefes para que conduzcan la nación…

-         Adela:
De acuerdo. Solo una anotación sin ofender: De acuerdo con votar, pero no con los mismos con las mismas. La república está al borde del abismo, hemos perdido la soberanía nacional, el pobre se hace más pobres y el rico más rico. Sin embargo, seguimos votando por los mismos y con las mismas.

-         Seferino: Un momento. Eso no es cierto. No son los mismos con las mismas…

-         Artemio: Gústenos o no nos guste, Dios nos ha dejado dos partidos: Uno de la religión y el otro mundano. Yo soy católico, apostólico y romano, por eso me corresponde votar por el partido Conservador…

-         Seferino: Tenga cuidado con lo que dice, porque el partido liberal es el partido del pueblo, su misión es protegerlo y ayudarlo…

-         Adela: ¿Cuál ayuda? ¿Cuál diferencia entre el conservatismo y el liberalismo? Ninguna. Gabriel García Márquez, ¿Saben quién fue Gabo? Sostenía que la única diferencia era que los godos iban a misa por la mañana y los cachiporros por la tarde.  Yo he visto a Seferino en misa, comulgando y pagando los diezmos.

-         Seferino: Eso no debe importarle a nadie. Son cosas mías…

-         Artemio: Dios hace milagros a diario.

-         Adela: No hablemos de religión. Esto no es lo fundamental. Si usted quiere creer, crea; si no quiere creer, no crea. Lo importante es la unidad de creyentes y no creyentes para transformar la realidad. Eso sí es fundamental. ¿Cómo vemos el debate electoral hoy en toda la república? ¿Quién quiere comenzar?

-         Artemio: Yo. La situación es compleja. El liberalismo le entregó el país a la guerrilla. Se abre camino el castrochavismo. Abrase visto, dizque los guerrilleros aspirando al congreso y a la presidencia de la república. ¿En qué cabeza cuerda cabe esto? La única solución la tiene el invencible partido conservador con todos sus matices. Gústenos o no nos guste, pero el salvador sigue siendo importante hoy…

-         Seferino: El momento de la república exige gente cuerda, coherente y estudiosa. Esta gente está en las filas del liberalismo. El liberalismo no entregó el país a la guerrilla. Al contrario. Rescató el país de la narcoguerrilla. La desarmó. ¿No es esto un hecho patriótico? Anuló la causa de todas las desgracias de este país. Era que ya estaba en las goteras de la capital. Y no me digan que por el liberalismo, yo diría que fue por el conservatismo. ¿Acaso, Belisario Betancur era liberal? ¿Acaso, Andrés Pastrana Arango, era liberal? Si vamos a echarnos vainas, yo creo que debemos hacernos pasito.

-         Adela: Qué lejos están ustedes de la realidad. Divagan. No tienen clara la película. Antes de dar mi concepto sobre el momento electoral, creo necesario hacer algunas precisiones: 1. La guerrilla no es causa de la violencia en Colombia; 2. No hay diferencias sustanciales entre liberales y conservadores; 3. En realidad, la derecha tiene un solo partido con dos colores: Rojo y azul; 4. El estado debería brindar todas las garantías al nuevo partido Farc salido de los acuerdos de la Habana (Cuba)…

-         Seferino: No divaguemos, vayamos al grano. Se pone usted a desarrollar esos puntos y nos amanecemos…

-         Artemio: De acuerdo. Vamos a lo que vamos.

-         Adela: Esta bien. Le tenemos miedo al conocimiento, a la verdad. Amamos la oscuridad del analfabetismo político. El momento es crucial para Colombia. La campaña está cruzada por dos concepciones centrales: La guerra y la paz; la mentira y la verdad; el continuismo y el cambio; el individualismo y el colectivismo. Solo nombro estos aspectos para no extenderme. Eso quiere decir que hay una disputa entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que muere y lo que nace, mejor dicho entre la derecha y la izquierda. Conclusión: Vigente sigue la lucha de clases.

-         Seferino: Eso de lucha de clases es un refrito, ya pasó de moda. Hay una nueva realidad distinta que hay que entender y desarrollar.

-         Artemio: La lucha de clases significa odio, violencia. El Partido Conservador, exponente fiel del cristianismo, siempre se ha inclinado por la conciliación de clases para que unidos respetemos los respectivos espacios. Recuerden que Dios hizo todo cuanto existe, hizo hombres ricos y pobres, esclavos y libres. ¿Por qué colocar en tela de juicio la obra del Creador?

-         Adela: Protesto. No me han dejado terminar la opinión que tengo sobre el momento político. La lucha política, no se puede separar de la lucha social, de la lucha económica, de la lucha ambiental, de la lucha ideológica, etc. Todo está concatenado. Todo eso está en juego en esta campaña. Sobre todo debo llamar la atención acerca de la paz: Hay un sector que se inclina por la guerra, mientras hay otro que se inclina por la paz. El pueblo debería mirar este debate en esos términos, para apoyar decididamente a los partidarios de la paz. Ahora, hay que entender que dentro de la misma derecha hay un sector que se inclina por la paz, de igual manera, hay un sector que se declara de izquierda que no le importa un comino la paz. Por eso, les digo que el momento es bien complejo.

-         Seferino: El Partido Liberal le quitó las armas a la guerrilla de las Farc y va por las armas del ELN…

-         Artemio: Sí, pero, a qué precio. Hizo toda clase concesiones…

-         Adela: ¿Cuáles concesiones? ¿Cuáles privilegios? ¿Cuáles gabelas? Lo que pasa es que nosotros solemos repetir como cotorras el discurso de la oligarquía a través de los medios de comunicación. Somos receptores pasivos. La guerrilla Farc ya no existe. Entregó sus armas, sus pertrechos, su dinero, incluso, está dispuesta a ir a la cárcel a pagar sus errores. Y no lo digo yo, lo dice organismo mundial como las Naciones Unidas, lo dice el acuerdo firmado finalmente en el teatro Colón de Bogotá. Lo que sucede es que como la derecha no tiene discurso, porque éste es anacrónico, falaz, pasado de moda, entonces, para sostenerse en el poder acude a la mentira y al miedo, al terror. Una persona medianamente sensata rechaza la estúpida invención del narcoparamilitar número 82, Álvaro Uribe Vélez, del dizque “Castrochavismo”. Eso es ridículo. No tiene sentido. Pero, repetido mil veces en los medios de la clase dominante, termina siendo cierta.  

-         Artemio: A la gente no se ofende. Siempre la he escuchado decir narcoparamilitar número 82. Eso es calumnia…

-         Seferino: En esa discusión no me meto…

-         Adela: No es calumnia. No es ofensa personal. Ustedes saben que esta clase dirigente hace rato entregó la soberanía nacional a los Estados Unidos. Ni la más elemental medida se toma en Colombia, sin antes consultar a la clase dominante de este país del norte. A raíz de eso, la CIA hizo un estudio meticuloso de los principales narcotraficantes del país, en esa clasificación el número 82 es Álvaro Uribe Vélez. Pablo Escobar puesto distante de éste.

-         Artemio: Si eso fuera cierto, ¿Por qué los Estados Unidos lo quiere? Dígame.

-         Adela: Porque se ha convertido en perro faldero del tío Sam. Hace todo lo que Estados Unidos le ordena. Entregó nuestra soberanía nacional para instalar más de 21 bases norteamericanas. Se abrió de piernas para que los réditos del narcotráfico vayan casi que exclusivamente a las arcas de ese país. Puso nuestro territorio a disposición para agredir a cualquier país hermano en cualquier parte del planeta. Aprobó el TLC sin oponer resistencia, se prestó para agredir a los países hermanos como Venezuela, Ecuador, etc.

-         Seferino: En eso tampoco me meto, porque son palabras mayores…

-         Adela: No se mete porque ahí está metido el liberalismo también. También se ha prestado para muchas cosas sucias. Se prestó junto con el conservatismo para permitir la separación de Panamá, se prestaron los dos partidos para atacar a Cuba, etc, etc. Mejor dicho: Tanto el liberalismo como el conservatismo tienen rapo de paja. Por eso dice usted que no se mete, ni asume posición.

-         Seferino: El tema son las elecciones…

-         Artemio: Claro. No se puede hacer sancochos…

-         Adela: Lo que pasa es que no se puede desligar una cosa de la otra. Es repudiable que el liberalismo que habla tanto de “libertad”, no le haya dado el espacio democrático a la Farc para que haga su campaña y haya tenido que suspenderla por ahora. Es repudiable el uribismo y sus secuaces que ante la ausencia de programa, hayan acudido a la fuerza bruta, a la violencia. Claro, una vez más la violencia con hijos ajenos. ¿Quiénes son esas criaturas que han salido a tirar piedra y a insultar a Timo, Iván Márquez y Aida Avella? Pueblo descompuesto, hambriento, sin formación, que por el ansía de un billete sale a hacer semejante papel tan absurdo. ¿Por qué Uribe no manda a sus hijos a hacer esto?

-         Seferino: Lo he dicho: Soy liberal, no comunista…

-         Artemio: Primero Dios y después el Partido Conservador, así con mayúscula…

-         Adela: Cuando Gaitán la oligarquía asustaba al pueblo con el comunismo, después con la Unión Soviética, después con el terrorismo, ahora con el castrochavismo. Siempre se inventa un pretexto para estimular el miedo aprovechando el analfabetismo político de las masas. Su campaña la levantan estas tristes estructuras.

-         Seferino: Estos será mejor no votar…y se acabó el carbón…

-         Artemio: Dejar todo en manos de Dios…Él todo lo puede…

-         Adela: La abstención es una forma de protestar, pero realmente a ¿Quién favorece esta protesta? A la clase dominante, la clase explotadora. Miren ustedes: Si yo los estoy robando y si ustedes deciden no actuar, porque sí o porque no, ¿Quién sale ganando? Pues yo, porque puedo tranquilamente seguir robándolos segura que ustedes no protestan. Así que en este histórico debate electoral no pueden haber vacilaciones de ninguna naturaleza: Primero, hay que votar copiosamente y segundo, votar por los candidatos de izquierda, candidatos decentes y comprometidos con todos y todas. Nada de neutralidad o indiferencia, su voto decide.

-         Seferino: Mamola, hay que votar por los copartidarios…

-         Artemio: Por la godarria…

-         Adela: La consigna es votar por los candidatos de la paz, la verdad, el cambio y la justicia social. No hacerlo así, es condenar el país a otros cien años de soledad, como dijera en su momento, Gabriel García Márquez. 

Seferino golpeó la mesa, Artemio pagó la cuenta y Adela guardó su libreta de apuntes. Se pusieron en pie y caminando por el estrecho saloncito de la cafetería salieron a la calle. Refunfuñando se desearon feliz noche, cogiendo cada quién por su lado. Yo los seguí con la mirada. “Se puede discutir sin ofender”, pensé. Pagué la infusión de cafeína y saliendo también marché a casa. El duro debate aún zumbaba en mi cabeza.

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