jueves, 22 de febrero de 2018

Enfermiza campaña contra el partido Farc

Por Nelson Lombana Silva

Enfermiza campaña contra la izquierda colombiana, especialmente contra el Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), se intensifica en los medios masivos de comunicación en la medida en que se acerca el debate electoral para elegir parlamento y presidente de la república.


En los últimos días, por ejemplo, se ha montado todo un show mediático con la supuesta extinción de dominio de algunos supermercados adjudicados a la entonces guerrillas de las Farc. Y aunque los principales líderes de este Partido han rechazado categóricamente la relación con estos bienes, los medios no paran el escándalo, por el contrario, cada día le agregan un ingrediente más, con el único propósito de desacreditar la seriedad como el movimiento ex guerrillero ha venido asumiendo su nueva realidad política.

Además, todo indicaría que este escándalo constituye una cortina de humo para distraer la opinión pública sobre lo fundamental que significa la investigación contra el narcoparamilitar número 82, Álvaro Uribe Vélez por parte de la Corte Suprema de Justicia. Eso sí es grave y por demás, vergonzoso.


Los medios masivos de comunicación, amigos del cuestionado ex presidente, le bajan intensidad a esta noticia y rápidamente montan este escándalo con tal intensidad, que el pueblo alienado se dedica a éste, olvidándose de lo fundamental y trascendental. Así se manipula descaradamente al pueblo colombiano.

La estigmatización no para. A eso hay que sumarle el incumplimiento por parte del presidente de la república como jefe de Estado. El genocidio contra la izquierda, líderes populares, sindicales y de derechos humanos, continúa a lo largo y ancho del país. Cerca de 50 miembros de las Farc han sido asesinados desde el momento de firmar el acuerdo de paz en Bogotá. Eso sí no es trascendente en estos medios de comunicación.

De igual manera, resulta alarmante la invisibilización de la campaña de la decencia, la consulta interpartidista entre Gustavo Petro y Carlos Caicedo. Es una consulta que ha concitado la esperanza del pueblo humilde secularmente engañado, que a su paso la gente viene saliendo espontáneamente con la fe del carbonero.

La oligarquía está temerosa. Siente pasos de animal grande. Germán Vargas Lleras, el niño mimado de la rancia oligarquía santafereña, dijo en Ibagué que por ningún motivo se podía dejar ganar a las Farc y sus amigos políticos. Dijo que si llegaba a la presidencia se convertiría en el primer policía del país.

No hay en esta campaña propuestas encaminadas a fortalecer el proceso de paz que a cuentagotas se viene implementando. Todo su discurso es belicoso, violento y agresivo. Sigue cabalgando sobre la violencia, el despojo y el terror. Lo mismo sucede con las demás campañas de derecha y de extrema derecha. Destila en ellas odio, sangre y dolor.

Los medios de comunicación, de otra parte, no colocan en primer plano el hecho de que la campaña del Partido Farc haya tenido que suspenderla por la ausencia de garantías. Guarda pusilánime y cómplice silencio. Por el contrario. Tratan de justificar lo injustificable presentando el suceso como una reacción “natural” del pueblo, cuando en realidad es una estrategia trazada por la extrema derecha, cancelando sumas de dinero para que saboteadores profesionales salgan a interrumpir el encuentro directo del Partido Farc con el pueblo colombiano.

Le temen a la verdad. Es que más de 50 años afirmando que la guerrilla es un monstruo, verdad virtual impuesta a sangre y fuego, se encuentra el pueblo con la gran verdad: La guerrilla está integrada por seres humanos, soñadores y luchadores por un país justo al alcance del pueblo. Esa verdad no tolera esta rancia y criminal oligarquía colombiana. Por eso, persiste en la mentira, en la calumnia, la infamia y en el saboteo.

De todas maneras, esa infame campaña denigrante contra la izquierda, especialmente contra el Partido de las Farc, desarrollada desde los directorios de la derecha y la extrema derecha y difundida en los medios masivos de comunicación, señala la justeza de la lucha revolucionaria de la izquierda, especialmente del Partido de las Farc. Indica que vamos por buen camino. Además, compromete a multiplicar la campaña electoral y la denuncia nacional e internacional. De una u otra forma, el pueblo avanza hacia la toma del poder. 




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