Por Nelson Lombana Silva
La preciosa sangre comunista sigue bañando el territorio colombiano producto del régimen imperante. La cruel intolerancia, el odio y la venganza hacen estragos, mientras que el gobierno de derecha le dice a la comunidad nacional e internacional que en Colombia no pasada nada, que la paz fluye por todo el territorio.
El pasado 10 de noviembre, fue asesinado el comunista Jairo Silva Trujillo, de siete impactos de bala en Villavicencio, capital del departamento del Meta, hacia las seis de la tarde, cuando cerraba su pequeño negocio y se disponía descansar. Alcanzó a llegar con vida a la clínica, pero los médicos no pudieron hacer nada falleciendo hacia las 9:30 de la noche. Varios sicarios al parecer se marcharon tan campantes como llegaron a cometer el execrable crimen.
Jairo Silva Trujillo había nacido el 7 de agosto de 1976, es decir, tenía escasamente 41 años de edad. Era hijo de Reinaldo Silva y Carmen Trujillo, prestante familia del municipio de Chaparral (Tolima). Reinaldo fue concejal en este municipio por la Unión Patriótica y gozaba de amplio prestigio por sus posiciones honestas y consecuentes con los intereses de los campesinos de esta región.
Jairo estaba amenazado de muerte. Al parecer había puesto en conocimiento de las autoridades, especialmente la Fiscalía, pero estos organismos al parecer no hicieron absolutamente nada para garantizarle su vida.
Su cuerpo fue traslado al municipio de Chaparral y este lunes se realizará las honras fúnebres en esta población tolimense ubicada al sur del departamento de Tolima.
Raúl Rojas González, ex diputado por la Unión Patriótica en el Tolima y dirigente Comunista, deploró el vil asesinato del compañero Jairo Silva Trujillo, señalando que es un crimen más de la burguesía colombiana mientras habla de paz y reconciliación nacional.
Dijo el dirigente popular que el baño de sangre contra el partido comunista continuaba común y corriente, por lo que era necesario fortalecer la seguridad robusteciendo la unidad con las masas. Llamó a profundizar la unidad de la izquierda y de la izquierda con el pueblo como única alternativa de cerrarle el paso a los violentos.
Destacó la vida y obra tanto del compañero Reinaldo como de Jairo por cuanto jugaron un papel importante durante un largo período de lucha y resistencia en el sur del Tolima. Pidió que este crimen no quede en la impunidad.
Jairo Silva Trujillo, era también un avezado dirigente sindical, indicó el camarada Rojas González. Finalmente, junto a su hija Vicky, expresó la más sentida nota de solidaridad a su señora madre y demás familiares.
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