martes, 1 de agosto de 2017

Proceso venezolano continúa con el pueblo en pie de lucha

Por Nelson Lombana Silva

La votación presentada el pasado 30 de julio en la hermana república bolivariana de Venezuela refleja la contundencia formidable como se viene desarrollando el proceso revolucionario de tránsito del capitalismo al socialismo. Es un proceso duro, complejo, pero emocionante, a pesar de la sucia intromisión de los Estados Unidos y sus gobiernos súbditos y la postura apátrida de la burguesía mantuana de este país. Avanza, se hace irreversible.


Es un escalón más que hay que dimensionar gracias al claro compromiso del pueblo patriota y a la postura consecuente del gobierno nacional en cabeza de Nicolás Maduro Moros. Se han concatenado para hacer invencible la revolución que soñó Bolívar, alimentó Chávez e implementa el gobierno Maduro Moros. Sí, un ex conductor de bus.

Triunfó la verdad – real sobre la verdad – mediática, dijo acertadamente Aram Aharonian, se comprobó la encuesta de Datanálisis que sostenía que en este país solo están en contra del proceso entre el 2 y 3 por ciento del pueblo venezolano. Pero sobre todo, se puso en evidencia que la revolución no es de papel, ni descansa en el frágil arenal. Es una revolución socialista fundamentada en la conciencia del pueblo patriota.

Por supuesto que hay mucho camino para recorrer. El enemigo de clase no se dará por vencido fácilmente. Por el contrario, multiplicará sus acciones perversas para intentar evitar lo inevitable. La postura de Donald Trump está a la vista, lo mismo la acción del pentágono con su pérfido manual de contra insurgencia 3 – 24, en el marco del cual compra más medios de comunicaciones para que comuniquen la ideología de la clase dominante, estimulen la violencia y nieguen descaradamente los logros de la revolución bolivariana como viene sucediendo.  Si el pueblo pudiera comparar las informaciones de estos medios, se daría cabal cuenta que el mansaje es el mismo, lo cual no es casualidad, es que éste proviene de la misma matriz que da la CIA.

Otro aspecto que debe llamar la atención es el interés de los Estados Unidos por el destino de Venezuela. ¿Filantropía? ¿Respeto por los Derechos Humanos? ¿Cariño al pueblo venezolano? Nada de eso. Su único interés son los recursos naturales de este país sudamericano, especialmente el petróleo.

Realmente los Estados Unidos actúan como si la patria de Simón Bolívar fue territorio suyo. Ha aprobado una serie de leyes pensando en el destino de esta república. En enero una mediante la cual asignó 7 millones de dólares dizque para la asistencia para la democracia y los derechos humanos de la sociedad civil, una propuesta de ley para los refugiados venezolanos en abril; propuesta asistencia humanitaria y la defensa de la gobernanza democrática en mayo; resolución incitando al presidente Trump a implantar sanciones en abril; planes del Comando sur como la operación Freedom2; las presiones a través de la OEA, las acciones usando gobiernos títeres como el colombiano, etc.

Curioso la preocupación del Tío Sam por la República Bolivariana de Venezuela, que hace rato erradicó el analfabetismo, tiene en jaque la pobreza y ofrece salud, educación, vivienda, para todos y todas sin privilegios de ninguna naturaleza. Sin embargo, no hay un dólar para Guatemala, país donde de cada dos niños entre cero y seis años, uno sufre de desnutrición o Méjico donde más del 50 por ciento de su población vive por debajo de la línea de pobreza.

Jefe de la CIA, Mike Pompeo
Basta leer las cínicas declaraciones del jefe de la CIA, Mike Pompeo, cuando señala que viene haciendo contactos directos con gobiernos adictos a los Estados Unidos, como Colombia y Méjico. Es una aberrante intromisión en los asuntos internos de este país bolivariano, irrespetando las más elementales normas del Derecho Internacional.

En realidad la CIA viene desarrollando los mismos métodos utilizados contra Chile durante el gobierno de la Unidad Popular del compañero presidente Salvador Allende o contra Cuba Socialista. Los pueblos de estos países derrotaron esos libretos, Venezuela hará lo mismo con la solidaridad nacional e internacional.

Decía un delirante uribista que esto era para Colombia un problema, sobre todo, según él, por la multitud de venezolanos que estaban llegando. Durante un debate radial ayer en una emisora local, le respondimos: “Problema sí para Colombia, por su falta de neutralidad del gobierno y sobre todo, por la postura apátrida del ex presidente Álvaro Uribe Vélez de permitir durante su gobierno la instalación de 7 bases gringas en nuestro territorio, porque cualquier agresión militar directa partiría de Colombia y cualquier respuesta caería sobre nuestro territorio y no sobre el territorio de los Estados Unidos”.

Hay que felicitar la decisión soberana del pueblo venezolano, aplaudir su decisión y fortalecer la solidaridad por cuanto los coletazos de la extrema derecha no se han hecho esperar como era previsible. La lucha de clases se sigue desarrollando con qué fuerza en esta región del mundo. El pueblo colombiano debe asumir una postura activa y consecuente con la causa del pueblo venezolano, no puede asumir una postura pasiva. Sería imperdonable. Hay que crear círculos de solidaridad con Venezuela, con el fin de romper el cobarde cerco mediático y condenar una invasión directa de los Estados Unidos.




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