miércoles, 8 de junio de 2016

Gigantesca e histórica Marcha Carnaval en Ibagué Tolima: ¡Sí a la vida, no a la mina!

Por Nelson Lombana Silva


La octava Marcha Carnaval se realizó en la ciudad de Ibagué (Tolima) el pasado 3 de junio, con rotundo éxito. Por los menos 50 mil colombianos desfilaron por las principales calles de la ciudad musical de Colombia, rechazando la megaminería a cielo abierto y la presencia de las multinacionales y transnacionales, especialmente Anglo Gold Ashanti.



Hicieron presencia delegaciones de los 47 municipios del departamento de Tolima, delegaciones de varios departamentos e incluso, delegaciones internacionales. Adicionalmente, la multitudinaria, vistosa y combativa movilización aprobó la consulta popular que viene liderando la administración municipal que preside el médico, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez.


No hubo lluvia, tampoco sol, en cambio sí muchos eventos culturales y artísticos, no solo durante el recorrido que comenzó en la calle 42 y terminó en la 10, sino en el parque Manuel Murillo Toro, donde fue ubicada una tarima. Allí, intervinieron ambientalistas y el mismo alcalde, quien indicó que esta movilización era el inicio de la consulta popular ambiental.


Dentro de la delegación internacional, se destaca la presencia del doctor Alberto Acosta Espinosa, ex ministro energía y minas y ex presidente de la Asamblea Nacional Constituyente del hermano país de Ecuador.


Sorprendió su presencia, sobre todo su posición crítica contra el gobierno democrático que preside Rafael Correa. Se fue lanza en ristre contra este proceso democrático que viene sucediéndose en Ecuador, abriéndole espacio de alguna manera a la política imperialista de los Estados Unidos.


Se declara enemigo del extractivismo. Le resta importancia a los Estados Unidos, pero dimensiona la presencia de las multinacionales y transnacionales que vienen con todo a hurtarse los recursos naturales de América Latina.


El doctor Alberto Acosta Espinosa, nació en Quito (Ecuador), el 21 de julio de 1948. Simpatizante de la izquierda, se declara actualmente partidario del movimiento antiglobalización.


Participó activamente de la redacción del plan de gobierno Alianza País, se declara partidario de instaurar el socialismo en Ecuador pero gradualmente.


Se retiró de la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente el 24 de junio de 2008, ante pugnas internas del Partido. Pasó a la oposición al gobierno de Rafael Correa, a pesar de haber sido ministro y adicionalmente, ser uno de los principales ideólogos de la Revolución Ciudadana. Hoy es crítico frontal del gobierno de Rafael Correa y del mismo proceso revolucionario que se viene dando en esta república sudamericana.


Fue candidato a la presidencia de la república para las elecciones de 2013 por la unidad Plurinacional de la Izquierda, coalición de partidos políticos y movimientos sociales de extrema izquierda.


Es sobrino – nieto del cinco veces presidente  José María Velasco Ibarra. Además, tiene familiares que pertenecen al sector banquero del país por la familia de Jaime Acosta Velasco. También fue uno de los fundadores del partido indigenista Pachakutik en 1995.


El doctor Alberto Acosta Espinosa, habló con la página web: www.pacocol.org durante la gigantesca octava Marcha Carnaval en Ibagué:


Doctor Alberto Acosta, bienvenido a Colombia. ¿Cuál es el motivo de su visita?


Participar en esta marcha por la vida. No hay cosa más grande, no hay cosa más noble que luchar por la vida como lo hacen ustedes, nos están dando una señal a América Latina y al mundo.


Crece la resistencia en América Latina por la defensa del medio ambiente. ¿Qué opinión le merece?


Así es en la medida que avanza el extractivismo voraz de gobiernos neoliberales y progresistas, la gente se organiza, las comunidades salen a las calles y a las plazas y el pueblo exige respeto a la vida de los seres humanos y de la naturaleza.


¿Cuál es la situación ambiental del pueblo ecuatoriano?


Muy similar a la colombiana. Con nuestros propios problemas, nuestras propias características, pero el extractivismo se ha ampliado en nuestro país como nunca antes, ni siquiera en los gobiernos neoliberales, Rafael Correa ha abierto la puerta a la megaminería y está ampliando la frontera petrolera y favoreciendo a los combustibles y a los grandes negocios, más que a los campesinos.


Es muy similar el extractivismo con cualquier gobierno, el extractivismo violento, represivo, despoja a la gente de los recursos, de sus posibilidades de vida.


¿Qué está haciendo el pueblo ecuatoriano para cambiar esta política extractivista?


Bueno, luchando, organizándose, defendiéndose la vida, defendiendo el agua, defendiendo la naturaleza y enfrentando un gobierno represivo, un gobierno que criminaliza la protesta popular, en contra incluso, de lo que dice la constitución, que nos garantiza el derecho a la resistencia.


Ecuador tiene un gobierno progresista. ¿Qué está pasando?


Es una de las grandes contradicciones y una tragedia histórica. El gobierno que pudo cambiar el país no lo ha hecho, el presidente no dio la talla, no estuvo a la altura del reto revolucionario y termina abriendo la puerta a las políticas neoliberales.


En el Ecuador el extractivismo avanza, ya lo dije. En Ecuador se vuelto a la flexibilización laboral, se va a firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea, se avanza en las privatizaciones, se entrega los grandes campos de petróleo a las transnacionales y se adoptan políticas fiscales que recuerdan la época neoliberal.


Así las cosas, ¿Estaría Ecuador regresando a la égida de los Estados Unidos?


No diría que a los brazos de la dictadura de los Estados Unidos, sino a los brazos de la dictadura del capitalismo transnacional que tiene varios componentes, es como una hidra con muchas cabezas y muchos brazos. El brazo del extractivismo, el brazo de la financiarización; Ecuador, en el gobierno de Rafael Correa, ha regresado al redil del Fondo Monetario y del Banco Mundial, ha entregado más de la mitad de las reservas de oro a una empresa de dudosa reputación como es Colmansad, en ese contexto lo que se avanzó en los primeros años de este gobierno, se está retrocediendo. Lo que el pueblo escribió con sus manos, Correa lo está borrando con su codo.


¿Qué está pasando entonces? ¿Qué le espera a Ecuador en los próximos años?


Seguir luchando, seguir creyendo que el futuro y seguir construyendo nuestra patria, ojalá una patria grande con todos los latinoamericanos.


Se pierde en Argentina, en Brasil, Venezuela está en la mira de los Estados Unidos. ¿Cómo analiza el momento que está viviendo América Latina?


Bueno, con enorme preocupación. Primero anoto que se desperdició una década incluso más, para introducir los cambios necesarios. Los gobiernos progresistas avanzaron al inicio con algunas políticas post neoliberales pero no hicieron políticas post capitalistas. Este es el meollo del asunto. Introdujeron más y más extractivismo.


Es decir, profundizaron la modalidad de acumulación primaria exportadora. No combatieron de raíz la corrupción y ahora vemos que incluso estos gobiernos están envueltos en corrupción, casi que podríamos decir que gobiernos como el de es el resultado de la mala gestión de los Kishtkner y eso vale también para los otros gobiernos.


No quiero anotar aquí que no hay una avalancha de la derecha, una avanzada, una ofensiva de la derecha transnacional, el imperio, la CIA, los bancos, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial. Eso es cierto. Pero, lo grave fue que no se tomaron las medidas para enfrentar a esos monstruos y están haciendo lo que tienen que hacer y pedir que los pueblos se liberen y se emancipen.


Hace usted una aguda crítica a la política de Rafael Correa. ¿Qué movimiento en Ecuador viene liderando usted?


Bueno, yo mismo no lidero propuestas en ese sentido, lo que hago es proponer, hacer algunas sugerencias y contribuir a la formación de un gran frente popular, un gran frente de indígenas y trabajadores que aglutinen la mayor cantidad de fuerzas posibles para enfrentar a la derecha del siglo XX, que tiene varios líderes como el banquero Lasso o el alcalde de Guayaquil y a la derecha del siglo XXI liderada por Rafael Correa.


¿Cuál es la síntesis que usted puede hacer como ministro de minas en Ecuador?


Bueno, una síntesis que no la haría yo, la dejaría al pueblo ecuatoriano y a la historia. En esa época como ministro impulsé varios cambios que se han hecho realidad, pero que lamentablemente todavía no cristaliza una transformación de la matriz energética. Y claro, luego como presidente de la Asamblea Constituyente, pude amasar mucho más para tratar de poner en orden la minería, lamentablemente el gobierno del presidente Correa, no cumplió el mandato constituyente, el mandato minero y tampoco ha cumplido los mandatos de la constitución.


Así las cosas, ¿Qué le espera al pueblo de Ecuador en los próximos años?


Ya le dije: Lucha, lucha y lucha. Organizarnos, proponer y resistir, a la par que se va configurando, espacios de poder comunitario. Lo que sí hemos aprendido es, ya sabíamos que no podíamos vivir del fetiche del mercado, la visión del modelo neoliberal fracasó y no podemos volver a caer en sus garras. Tampoco podemos volver al fetiche del Estado.


El Estado por sí solo no va a resolver los problemas, no hay un Estado neutro, hay que construir otro tipo de Estado, un Estado muy democrático, participativo, plurinacional y eso solo se logra con la contribución y la participación activa de las comunidades.


Lo que estamos viviendo en este momento aquí en el Tolima, en Ibagué, es una respuesta desde las comunidades que ha sido aceptada por el concejo municipal y que estaría abriendo la puerta a la consulta popular. La consulta popular no es la idea de un político, la consulta popular no es la idea de algún líder iluminado ni de algún académico ilustre, es una propuesta de vida que surge desde las comunidades, que conocen la tierra, el territorio, el agua y sus propios recursos.  


El vicepresidente de Bolivia decía que una forma de hacerle frente a la arremetida de la derecha era rectificando y profundizando el proceso. ¿Qué opina usted?


Bueno, acudamos al pueblo y preguntémosle si quiere  o no quiere más extractivismo. Eso es lo que está exigiendo hace rato en el Tolima. Me parece que es una de las manifestaciones de mayor profundidad democrática y yo saludo la aceptación que ha hecho el concejo municipal, yo estuve ayer (antier) en el concejo hablando en una sesión extraordinaria y creo que todos cumplieron de acuerdo a sus expectativas.


Es cierto, preferiría que la mayoría se incline definitivamente por la vida y no por la minería. Pero eso es parte de la democracia, el juego de las distintas opiniones y posiciones.


Finalmente, ¿La salida sería profundizando el Socialismo teniendo las particularidades propias de América Latina?


Bueno, yo creo que hay que comenzar a dar pasos mucho más profundos. Tenemos que liberarnos del antropocentrismo y caminar hacia el biocentrismo, poniendo en vigencia tanto los derechos humanos como los derechos de la naturaleza. La justicia social y la justicia ambiental van de la mano. No puede haber justicia social, si no hay justicia ambiental y no puede haber justicia ambiental si no hay justicia social. En ese sentido, abrimos la puerta o proponemos hacer realidad las visiones de desarrollo diferente a un desarrollo diferente mejor dicho, una alternativa al desarrollo como proponen los indígenas con su buen vivir.    






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