Por Nelson Lombana Silva
La agresión que cocina el gobierno nacional contra la estrella hidrográfica de Santurbán, es realmente una agresión contra todo el territorio colombiano. Por eso, el deber moral y político del pueblo en su conjunto de salir a rechazar ese brutal atentado contra el medio ambiente de una manera masiva y contundente este 16 de marzo.
Desde las cinco grandes regiones en que está dividido el país, deberán salir delegaciones multitudinarias hacia Bogotá con el fin de notificarle al presidente Iván Duque Márquez que no se está de acuerdo con ese crimen atroz contra esta inmensa región, pulmón y alma de los residentes y del pueblo nacional en su conjunto.
La pacha mama tiene dolientes y vamos a salir a las calles a rechazar con vehemencia y decisión la política neoliberal anti ambientalista del régimen capitalista y su modelo neoliberal. Hay que detener esta política criminal y corrupta del binomio Duque – Uribe, con carácter, pero sobre todo con conciencia social y conciencia ambiental.
Como está planteada la situación política hay que derrotar en franca lid la aberrante postura de este presidente ilegítimo y monigote de Estados Unidos, que se niega a hablar con el pueblo sobre la problemática social, económica y ambiental, pero en cambio sí, mantiene de rodillas ante los dictámenes del imperialismo norteamericano.
Precisamente, por orden de este imperio ya está en marcha las prácticas pilotos del fracking en Colombia; de igual manera, destinó del presupuesto nacional, más de cuatro mil millones de pesos para comprar glifosato a las multinacionales gringas y, como si esto fuera poco, lideró la iniciativa de autorizar la destrucción hasta de 220.000 hectáreas de bosque por año en nuestro país.
Es decir, el presidente Iván Duque Márquez, se coloca de hinojos ante los grandes capitalistas, terratenientes y transnacionales vendedoras de venenos, sin sonrojarse y sin ningún sentimiento de remordimiento o solidaridad con el pueblo colombiano. Una vez más, se lleva por delante el moribundo acuerdo de paz concebido en la Habana (Cuba) y firmado en Bogotá, entre las FARC – EP y el Estado Colombiano.
Ante esta arremetida demencial de la oligarquía colombiana en contubernio con Estados Unidos, no queda otra alternativa que la movilización y el rechazo absoluto a esta política criminal y entreguista. Este presidente debe renunciar ya. Lo debe hacer por ilegítimo toda vez que fue elegido con trampa, con fraude, comprando votos a diestra y siniestra. Sin embargo, Iván Duque Márquez no se irá fácilmente por las buenas, hay que sacarlo con la movilización, la unidad y la acción colectiva de todos y todas. Este 16 de marzo, al rechazar lo que se cocina contra San Turban y el ambiente en toda Colombia, hay que comenzar esa brega con tenacidad, decisión y coraje. En eso nos ha dado ejemplo la hermana República de Ecuador.
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