lunes, 30 de diciembre de 2019

A pesar de todo… ¡Feliz Año 2020!

Por Nelson Lombana Silva

Una de las virtudes que anima con tenacidad el comunismo es el optimismo. No perder la esperanza, ni el sueño de libertad y justicia para todos y todas, aún en las condiciones más adversas por las cuales estemos pasando, como desafortunadamente viene sucediendo en Colombia, con una burguesía asesina, corrupta y paraca, dando dizque lecciones de vida, honestidad y transparencia.


A pesar de la también criminal incomunicación mediática, viene saliendo a flote los efectos monstruosos de la mal llamada “Seguridad Democrática”, del narcotraficante 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez y sus cuarenta ladrones que pasaron y siguen pasando por el Palacio de Nari.

El cementerio clandestino en la finca Villa Sandra, del municipio de Puerto Asís (Putumayo),  del militarismo disfrazado de paramilitarismo y la policía, hiela la sangre e indigna el corazón. La cifra de cadáveres supera la astronómica suma de 800 seres humanos, según relata el paraco, John Jairo Rentería Zúñiga, alias “Betún”.

Narra este sujeto la relación directa con la fuerza pública, esa que dice hipócritamente estar para defender la vida, honra y bienes del pueblo en su conjunto. Esta falacia cae estrepitosamente. Hoy sabemos que las fuerzas militares en Colombia están instituidas para defender los intereses de la gran burguesía y para reprimir los intereses del pueblo común y corriente como usted y yo.

No más mentiras. No más engaños. Que brille la verdad y nada más que la verdad. ¿Qué tiene que ver esta criminal postura militarista con el ejército libertador comandado por Bolívar, Anzoátegui, Sucre y Girardot, entre otros? Nada, absolutamente nada. Por el contrario. Es una vergüenza.

Sin embargo, es bueno hacer una precisión: La criminalidad y cobardía para hacer todos estos crímenes y mantenerse en la impunidad, obedece a la cúpula. Esos generales que no van al frente de batalla, pero ganan medallas a granel en espaciosas oficinas, son los directos responsables comandados por el comandante supremo, en esta oportunidad, Iván Duque Márquez.

Qué tristeza que el pueblo no pueda confiar en sus supuestas fuerzas militares. El maestro Carlos Gaviria Díaz, dijo en cierta oportunidad que ver las carreteras militarizadas no le daba sensación de seguridad, sino todo lo contrario: Sensación de inseguridad.

El militarismo se ha convertido en el terror para los campesinos y los indígenas. No hay zona o región más insegura que zona o región militarizada. Se pierde lo que el campesino con tanto sacrificio produce a puro pulso, sus hijas son violadas, los jóvenes obligados a pagar el servicio militar  con el único fin de defender los intereses de los ricos. Se pierden las gallinas, los cerdos, los novillos, la agricultura, etc.

¿Cuáles son las regiones más martirizadas hoy en Colombia? Las zonas militarizadas. ¿Dónde se viene asesinando los líderes populares, campesinos e indígenas con más intensidad y frecuencia en Colombia? En zonas militarizadas.

A esa cruda violencia, hay que sumarle la situación socio económica del pueblo que se debate en la pobreza, el desempleo, la falta de salud y educación, gracias a las políticas trazadas por el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, con la extrema genuflexión de un presidente intrascendente, sometido a las órdenes expresas de los Estados Unidos.

En esas condiciones, el futuro del pueblo Colombiano resulta apocalíptico, sombrío e incierto. Nos impide claudicar el optimismo y la esperanza en un país posible al alcance de todos y todas. El heroísmo de pueblos que se han sublevado contra el régimen capitalista y lo han derrotado con dignidad y decisión como Cuba Socialista, nos anima. Pero también nos anima la teoría científica marxista y leninista, teoría que nos enseña muchas cosas, como por ejemplo: Nada está dado de una vez y para siempre, todo está en movimiento, cambiando constantemente y el principio de que los tiranos son efímeros y los pueblos eternos.

Los comunistas, metidos en las entrañas del pueblo luchando codo a codo y estudiando permanentemente las tesis marxistas y leninistas, entendemos que no estamos ni arando, ni sembrando en el arenal frágil, estamos construyendo poco a poco un sistema distinto al capitalismo, el sistema socialista. Eso nos impide claudicar, llorar o perder las esperanzas. Por eso decimos con todos los pulmones y la esperanza a flor de piel: ¡Feliz año 2020, para todos y todas! Estar vivos aún es ya una victoria. El futuro es nuestro, paso de vencedores…

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