martes, 17 de diciembre de 2019

“Bolívar tiene que hacer en América todavía”

Por Nelson Lombana Silva

Este 17 de diciembre de 2019, se cumplió el 189 aniversario de la muerte física del Libertador y genio de América, Simón Bolívar, suceso acaecido en la Quinta de San Pedro Alejandrino, Santa Marta (Colombia).


Murió traicionado por la naciente burguesía liderada por el mantuano Francisco de Paula Santander, quien desde un principio se puso al servicio del naciente imperialismo de Estados Unidos.

Bolívar, el hombre de las dificultades, colocó todo su talento a la causa noble de los pueblos de América, derrotando el imperio español, con grandeza y heroísmo. Sus ideas, sus principios libertarios, recobran singular valor cuando los pueblos americanos luchan por su segunda y definitiva independencia de los Estados Unidos y la gran burguesía.

Así que no se puede hablar de Bolívar simplemente en pasado, hay que hablar del Libertador en presente y sobre todo en futuro. Bien lo dijo otro gigante de este continente, José Martí: “¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho; sin hacer está hasta hoy: Porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!”.[i]

En otro acápite agrega el gran héroe cubano: “¡De Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño, y la tiranía descabezada a los pies…!”. [ii]

La burguesía de este continente en su afán de conservar su ilegal e ilegítimo dominio, no dudó en ocultar la vida y obra del Libertador, encerrándolo en el frío pedestal. Montó alrededor del Libertador la aureola de semi dios, de superhombre.

El camarada Gilberto Vieira White, citando la obra del historiador venezolano Hernán Carrera Damas, señala: “Se enmarcaron en este libro muy bien los propósitos de la oligarquía venezolana al montar ese culto a Bolívar; un culto donde se mostraba a Bolívar como un Dios, como un superhombre; no como el hombre que, al lado de hazañas extraordinarias y de grandes aciertos, también cometió errores muy graves en su época”. [iii]

De igual manera, la clase dominante y sus historiadores, se han empecinado en presentar una sola versión de Bolívar: El Bolívar Militar. Incluso, el Bolívar “mujeriego”. En realidad la dimensión admirable de Bolívar va mucho más allá, de ser un simple militar. Las principales dimensiones de Bolívar se encuentran en su capacidad política, estratega, ideólogo y ambientalista.

Tuvo la agudeza política para avizorar el imperialismo norteamericano al decir: “Pareciera que los Estados Unidos de América estuvieran predestinados por la Divina Providencia a plagar de miseria los pueblos en nombre de la Libertad”. Qué concepción política tan vigente del Padre de la Patria.

Dijo además, que nada nos unía a Estados Unidos: Ni el idioma, ni las costumbres, ni la región. Por eso, propuso la Gran Patria desde Méjico hasta Cabo de Hornos, dejando por fuera a este país invasor y criminal.

Bolívar tuvo la genialidad de comprender perfectamente las causas reales que hacían necesaria la independencia del régimen español. En la Carta de Jamaica, describe sutilmente éstas al decir: “Los americanos, en el sistema español que está en vigor, y quizá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más, el de simples consumidores; y aún está en parte coartada con restricciones chocantes: Tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de las producciones que el rey monopoliza, el impedimento de las fábricas que la misma península no posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las trabas entre provincias para que no se traten, entiendan, ni negocien; en fin, ¿Quiere usted saber cuál era nuestro destino? Los campos para cultivar el añil, la grana, el café, la caña, el cacao y el algodón, las llanuras solitarias para criar ganados, los desiertos para cazar bestias feroces, las entrañas de la tierra para excavar el oro que no puede saciar a esa nación avarienta”.[iv] 

Juvenal Herrera Torres, brillante historiador, no duda en destacar la vigencia del pensamiento bolivariano. Con motivo del bicentenario de su nacimiento en 1983, señala: “La celebración, sobre todo, sirvió para poner de manifiesto, una vez más, la asombrosa actualidad del pensamiento de Bolívar y la imperativa necesidad de recuperarlo para que guíe nuestros pasos en medio del catastrófico tiempo que vivimos”.[v]

En esta lucha que hoy libran los pueblos americanos contra el neoliberalismo y el capitalismo, el pensamiento del Libertador se hace herramienta fundamental por cuanto su vigencia no admite discusión. Bolívar es más presente y futuro que pasado. Vive.

[i][i] Pensamiento Bolivariano. Cuadernos de discusión No. 1. Impreso en editorial Colombia Nueva Ltda. Página consultada 19.
[ii] Ibíd. Página consultada 17. 
[iii] Ibíd. Página consultada 5.
[iv] Ibíd. Página consultada 11.
[v] HERRERA TORRES, Juvenal. Bolívar, el Hombre de América – Presencia y Camino – Tomo I. Ediciones Convivencias, Medellín 2000. Página consultada 9.

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