domingo, 8 de diciembre de 2019

Una Villa llena de arte y memoria a borbotones

Juan Guillermo Osorio Rangel(*)

En el corregimiento de Villa Restrepo el arte se ha convertido en un aliado para evocar la memoria histórica, a través de los talleres de narrativa audiovisual los cuales se desarrollan en el marco del proyecto “Remembranzas en el Cañón del Combeima” del programa de Pasantías en Bibliotecas Públicas, con la participación de niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores y el apoyo del “profe” que le roban tiempo al tiempo para escuchar, sentir, imaginar, soñar, fotografiar, grabar y recrear.


Exposición de fotografía histórica “Remembranzas en el Cañón del Combeima”, domingo 24 de noviembre en el Parque Central de Villa Restrepo, corregimiento número 8 del municipio de Ibagué, Tolima. Integrantes y usuarios de la Biblioteca Pública Cañón del Combeima, participes del proceso de recopilación de la memoria histórica local en compañía del pasante.

El olor a agua mezclada con barro impregnaba la atmósfera, bastó un segundo para que la primera cómplice Consuelo Díaz, habitante de Villa hiciera saber que aquella particularidad del ambiente obedecía a que la noche anterior había llovido torrencialmente, el corregimiento ubicado al suroccidente del municipio de Ibagué, Tolima, es un territorio bañado por aguas, su río Combeima y quebradas como: Bellavista, La Sierra, El Salto, El Brillante, El Secreto y La Plata, lo han hecho merecedor de la denominación de despensa hídrica del municipio de Ibagué, pero al mismo tiempo ha sido catalogado como zona de riesgo al estar enclavado en el majestuoso Cañón del Combeima.

Llegar a Villa Restrepo desde la ciudad de Ibagué implica tomar el bus de color naranja número 48, que casi siempre y más en hora pico va atestado de gentes, o bien sea desde la carrera 14 a bordo de los famosos, adornados y coloridos jeep <<automóviles todoterreno>> utilizados en la Colombia rural, el valor del pasaje es el mismo $2.100 pesos y un trayecto de casi una hora, bordeando el río Combeima.

Una tensa calma inundaba el corregimiento la tarde de aquel lunes 26 de agosto de 2019, a primera vista parece un lugar salido de un pesebre con su parque central adornado por adoquines, iglesia, cementerio, casa de la cultura, corregiduría y por supuesto la biblioteca Pública Cañón del Combeima, mirando al horizonte se observa encapotada y preponderante la Montaña Dulima, nombre dado por nativos de la comunidad indígena Pijao al Nevado del Tolima, antes de la conquista española.

Algunas de sus casas conservan la imagen colonial con colores que van desde el azul marino, el mostaza o el ladrillo de la primera vivienda construida por un señor de apellido Espinosa. Villa es un lugar tranquilo y apacible; aquella pasividad y el frío del lugar ha calado un poco en sus gentes, o tal vez era una mera percepción y no tan acertada primera impresión de ese calentano que había llegado de la ciudad de la Bella durmiente del Magdalena, acostumbrando al ruido y el calor.
Aquel joven neivano admite que la incertidumbre lo invadió durante los primeros días de haber llegado al territorio, si bien venía con las ganas y la energía al cien por ciento de conocer al bibliotecario, la biblioteca, sus usuarios y la comunidad para dar rienda suelta a esta experiencia; llevaba en mente las implicaciones que podía tener el haber planeado un proyecto sin conocer el lugar, sus dinámicas y contexto.

Afortunadamente, aparece el segundo cómplice de esta historia don Nelson Lombana Silva, el bibliotecario, las primeras semanas dedicó amablemente su tiempo para recorrer Villa Restrepo y presentar ante la comunidad a aquel recién llegado que en adelante llamaremos “profe” como cariñosamente le dicen los niños, niñas y jóvenes que asisten frecuentemente y puntualmente a la biblioteca.

Despega el proyecto “Remembranzas en el Cañón del Combeima” el cuál pretende “Identificar los saberes locales e historia tradicional de los adultos mayores en el Corregimiento de Villa Restrepo, Cañón del Combeima del municipio de Ibagué, Tolima a través de una estrategia digital y escrita que comprende el reconocimiento de fuentes de información relevantes y la recopilación de contenido para la elaboración de una narrativa digital”.

Empezó cristo a padecer como dirían las abuelas y se hizo realidad lo que se temía, resulta que luego de haber socializado el proyecto con la comunidad, tan solo tres adultos mayores asistieron al primer taller, luego solo uno, si bien los actores sociales se mostraron receptivos a participar de los talleres de narrativa audiovisual, mencionaban que les era difícil destinar una hora de su tiempo para encontrarse en la biblioteca y participar del proceso de alfabetización digital ¿qué si se podía a hacer en sus casas? preguntaron, lo que implicaba un proceso personalizado casi imposible de desarrollar, se les explicó.

El proceso para motivarlos podía ser largo y el tiempo de la pasantía algo corto, ¿qué hacer “profe”?, pues mijos haz bajo la manga desplegar estrategias comunicativas, identificación de actores y análisis de contexto, es decir reconocer las personas con las cuales se podía trabajar e identificar las dinámicas y comportamientos de la comunidad dificultades, oportunidades, fortalezas y amenazas que podían incidir en el desarrollo del proyecto, esto llevó a darle un pequeño viraje al camino, se identificó que quienes asistían principalmente y cada vez de manera más constante desde la llegada del “profe” eran los niños y niñas del corregimiento. Cambio de actores, optar por un proceso intergeneracional: se capacitaría inicialmente a los niños y poco a poco ir establecimiento lugares de encuentro con los adultos mayores en la etapa de grabación de las piezas audiovisuales, así se hizo y funcionó.

Encuentro con el arte, la biblioteca convertida en su morada


Niñas y niños participando en el taller de poesía e ilustración en la Biblioteca Pública Cañón del Combeima, desarrollado en conjunto con el artista (aliado) Oscar Fabián Esguerra. Fotografía: Juan Guillermo Osorio Rangel.
Villa Restrepo es y expele arte de sus montañas, esto se comprobaría en el “Festival Pura Raíz” (música, arte y cultura) desarrollado el 14 y 15 de septiembre en el parque central de Villa Restrepo, Cañón del Combeima, al cual fuimos invitados por Natalia Quiñones Cáceres habitante del corregimiento y una de las organizadoras del festival, sin imaginarlo Natalia y el festival se convertirían en el vínculo para conocer a quien se ha convertido en el aliado de la Biblioteca Pública Cañón del Combeima.

Cae la tarde del sábado 14 de septiembre de 2019, luego de observar la puesta en escena de danza aérea en la cual bailarines y acróbatas de la Universidad del Tolima compartieron su obra “Vuela, en-canto al río” suspendidos de sus telas en el aire sobre el río Combeima, nos dirigimos a una casita en la parte alta del corregimiento de Villa Restrepo, vivienda y taller creativo de nuestro aliado Oscar Fabián Esguerra Peña, Maestro en artes plásticas.

Las paredes de su casa se convirtieron en el lugar ideal para la exposición de sus obras “Una Mirada al Cañón del Combeima” a través de la pintura en óleo y la técnica de sublimación, dejó plasmada en sus lienzos parte de la cultura, cosmovisión y prácticas cotidianas de Villa Restrepo. Ese día lo conocimos a él y a su muestra pictórica, le hablamos del proyecto de pasantía “Remembranzas en el Cañón del Combeima” y del interés por su vinculación en el mismo y en la Biblioteca.

Desde entonces, algunos sábados Oscar brinda su tiempo para acompañarnos en la Biblioteca Pública Cañón de Combeima en el la cual el arte ha hecho de esta su morada, con talleres de ilustración, poesía, acuarela TIC y Narrativa o producción audiovisual (fotografía, video, creación y edición de pieza audiovisuales) así como las tardes creativas con el GAB, con actividades de origami y pintura de mándalas con lápices de colores y crayones en los cuales los niños y niñas participes del proyecto, abren su mente y dejan volar su imaginación durante algunas horas como las alas de aquellas aves que pululan en el Cañón del Combeima.

Cinco, cuatro, tres, dos, uno, ¡grabando!

Marlon Gutiérrez, Julián Ávila y Miller Yonda niños participes de los talleres de narrativa audiovisual, grabando la presentación de uno de los lugares históricos del corregimiento la Parroquia San Pío X de Villa Restrepo.
Palabras como plano, encuadre, composición y ¡grabando! se convirtieron en los meses de octubre y noviembre en los términos más utilizados por los niños y niñas de la Biblioteca Pública Cañón del Combeima. Iniciamos el proceso formativo con los talleres de TIC y narrativa audiovisual en el marco del proyecto “Remembranzas en el Cañón del Combeima”, nuestra búsqueda era capacitar y dotar a los niños y niñas de conocimientos y herramientas en el arte del lenguaje audiovisual a través de la fotografía, imagen, audio y video, hasta llegar a concebir un historia, elaborar un guión, grabar y editar dichos contenidos, luego de realizar la etapa formativa los niños y niñas en conjunto con los adultos mayores identificaron y escogieron cinco lugares históricos y representativos para ellos como habitantes del corregimiento: iglesia San Pío X, antiguas escuelas y colegio Ambiental Cañón del Combeima, comunicaciones y calles, parque central y el primer almacén, para realizar 5 cortometrajes que recopilan parte de la memoria y patrimonio histórico de Villa Restrepo, un proceso bonito e importante pues como dijera alguna vez José Saramago “hay que recuperar, mantener y transitar la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia”.

La Biblioteca Pública Cañón del Combeima, los lugares del corregimiento y las casas de los adultos: Consuelo Vásquez, Olga de Pérez, Ernestina Ramírez, Bertilda Díaz, Manuel Bernal, Leonor Rodríguez, Luz Dary Suarez, Nelly Marina Montejo (Mary) y Lucy Reyes; se han convertido en los escenarios y espacios de encuentro durante el proceso de recopilación de la memoria histórica del corregimiento a través del compendio de 50 fotografías de álbumes familiares de la comunidad, así como de las grabaciones de los productos audiovisuales, las risas, el ¡pare! la grabación, el ¡profe! volvamos a iniciar, nunca faltan.

Los niños y niñas “pequeños cocodrilos” como se denominó al grupo de amigos de la biblioteca se han apropiado del proceso Alma África, con su timidez y ternura, Ana Gabriel con una sensibilidad desbordante (si bien no sabe leer toma un libro y de su mundo crea y narra una historia), Dieguito, el de los cachetes rojos y cuya participación sobresale, Marlon el camarógrafo, Miller Yonda, abierto al diálogo y quien conoce perfectamente el corregimiento, Julián Ávila el asistente de producción número uno con trípode, guión y micrófono siempre a la mano, Danna Valentina, energía a mil cuya predisposición y escucha siempre está presente, sin asomo de pena alguna son los primeros en estar frente a la cámara, se han convertido en presentadores, presentadoras, entrevistadores, camarógrafos y asistentes de producción. Ellos y ellas son los artífices de este proyecto y han hecho del territorio y de la biblioteca pública una villa llena de arte y memoria a borbotones.

(*)Pasante de la Biblioteca Pública Rural Cañón del Combeima de Villa Restrepo, Cañón del Combeima, Ibagué, Tolima, 2019. Comunicador Social y Periodista Universidad Surcolombiana

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