miércoles, 8 de enero de 2014

Poder aterrador de maquinarias electorales en acción en el Tolima

Así permanece la recepción para entrar al Despacho del gobernador Luis Carlos Delgado Peñón. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

El poder de las maquinarias electorales en el departamento del Tolima se encuentra en acción y con qué furor. Es como un vendaval descomunal que obnubila la conciencia del pueblo haciéndole ver a su alrededor mundos inverosímiles, promesas posibles y sueños irrealizables.



Ríos de dinero desde ya recorren barrios, veredas y cabildos indígenas con entera libertad y a plena luz del día. “A nuestras comunidades el dotor nos trajo a todos mercados y dijo que nos compraría el voto a buen precio”, dijeron indígenas de algunos cabildos del municipio de Natagaima.


Comienza los rumores de que a ciertas veredas y cabildos del Tolima,  la izquierda no podrá hacer presencia, corren peligros los candidatos y los potenciales electores.


Un dirigente liberal fue enfático al decir: “A las ideas hay que ponerle mucha plata, de lo contrario, no se llega al poder”. Los conservadores insisten en que el dinero está por encima de la dignidad humana y los ultraderechistas no saben hablar de paz, la guerra para ellos es principio y fin, es el único “machete” para captar votos y pueblo totalmente alienado.


La gobernación del Tolima en cabeza de Luis Carlos Delgado Peñón, que se consideraba la antítesis del anterior gobernador, el facho Oscar Barreto Quiroga, ha terminado siendo simplemente la otra cara de una misma moneda, por supuesto con características peculiares y sutiles, pero como dijeran los abuelos en su bello lenguaje castizo: “La misma perra, con las mismas tetas y distinta guasca”.


La recepción que da acceso a su distante despacho permanece solitaria (Ver foto). Al decir de muchos, hay un pasadizo secreto por el que pasan única y exclusivamente sus copartidarios. Durante todo el año anterior ilusionó al periódico VOZ de que iba a pautar y la conclusión final del flamante jefe de prensa, después de mamar gallo a la lata, Oscar Viña, fue que era imposible. Anunció también dura batalla contra la corrupción. Al parecer, el septuagenario gobernador solo ataca con decisión a los molinos de viento y da grandes partes de batalla en los medios de comunicación, como el famoso hidalgo don Quijote de la Mancha.


Pobre Tolima. Pobre patria. La mentira en el capitalismo es una virtud, una cualidad clásica del politiquero de oficio. La mafia campea. Hay veces se pregunta uno quién manda más: Yeimi Robayo, la asistente o el gobernador; Oscar Viña o el gobernador. Sin embargo, las declaraciones radiales y las estadísticas dicen otra cosa. Existe una enorme distancia entre lo que se dice y se hace.


Sin las más elementales garantías la Unión Patriótica resurge como el ave fénix y blandiendo su hermosa bandera verde y amarilla recorre caminos, calles y avenidas anunciando que otro departamento es posible, a partir de la unidad, la organización y la acción consecuente del pueblo.


Es una propuesta política ambiciosa, profundamente humana que invita a construir un sistema económico con rostro humano, el cual no es otro que el Socialismo. No hay otro. Socialismo es paz con justicia social, es erradicar la pobreza, la burda explotación del hombre por el hombre, la corrupción, el narcotráfico; Socialismo es salud, educación, vivienda, bienestar social, trabajo, descanso y recreación para todos y todas sin privilegios de ninguna naturaleza. Socialismo no es lo que dicen Caracol, Rcn, El Tiempo, El Espectador, El Nuevo Día. El Socialismo es el sistema de los valores que se vienen construyendo con la organización, la acción de masas y la tarea consecuente de la izquierda en cabeza del Partido Comunista, la Unión Patriótica y otras organizaciones de izquierda.


En esas condiciones, la campaña electoral resulta muy compleja para la izquierda, peligrosa. Sin embargo, hay que insistir y persistir por cuanto la lucha de clases es una realidad objetiva y desde luego, vigente. La campaña de la izquierda es para exponer su programa, denunciar las arbitrariedades del régimen y llamar a la unidad del pueblo. La campaña de la derecha es para comprar, alienar y tomar al votante como un vulgar objeto de uso que se compra por una migaja y una publicidad subliminal.


Desde esa perspectiva vale destacar el esfuerzo que viene desarrollando en toda la nación la compañera Aída Avella Esquivel, una mujer valiente que vive de puro “milagro” ante los insistentes intentos de ser asesinada en el marco del terrible genocidio contra la Unión Patriótica. La labor del candidato al senado Carlos A. Lozano Guillén, Alianza Verde número 36 y la presencia consecuente de la compañera Lily Ipuz Medina, candidata a la cámara de representantes marcando el 104 en el tarjetón.


Con ellos, otro departamento y país son posibles. 


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