lunes, 27 de enero de 2014

El valor de la lucha del padre Camilo Torres Restrepo

Por Nelson Lombana Silva

Soy ateo hace mucho rato. Sin embargo, admiro profundamente a los sacerdotes y creyentes que luchan a favor del pueblo, muchos de ellos llegando al sacrificio tal como lo hizo, según relato bíblico, Jesús. Entre ellos podría recordar ahora a Camilo Torres Restrepo. Su pensamiento sigue vigente y las perspectivas de un país con rostro humano siguen iluminando la conciencia de un pueblo colombiano que aún no ha roto sus cadenas.  Por el contrario, sigue sumergido en las tinieblas de la explotación y la sumisión en su inmensa mayoría.



Camilo se ordenó como sacerdote el 29 de agosto de 1954, y hasta su heroica muerte en combate contra los esbirros del régimen, el 15 de febrero de 1966, estuvo al lado del pueblo humilde y desamparado, contrario a la jerarquía eclesiástica que siempre ha estado a favor de la burguesía.


Tuvo un apostolado consecuente durante su corta existencia, es decir, sus escasos 37 años. Rompió mitos y dejó un legado que debemos recoger y desarrollar con grandeza. Hoy los comunistas proponemos un frente por la paz y la democracia. Camilo militó en un movimiento llamado “Pueblo Unido” y un periódico llamado “Frente Unido”. Nosotros tenemos el semanario VOZ La verdad del pueblo.


De alguna manera, el padre Camilo desarrolló el pensamiento revolucionario de Jesús, ese pensamiento que tergiversa las religiones hoy, con el fin de inmovilizar al pueblo y colocarlo de espaldas a su realidad y obsecuente a los dictámenes de los ricos, de los poderosos. Es así como la religión se hace “opio del pueblo”.


“Esa jerarquía promete la salvación eterna a través de la resignación frente a las injusticias y la opresión en esta vida”, dijo. [i] Sin embargo, fue más allá al decir: “Promueve una religión sólo de culto que se olvida del sufriente rostro de cristo”. [ii]


Fue tajante en sus planteamientos. Dijo: “Esa jerarquía se calla frente al dominio opresor de pequeños grupos de poder que retienen injustamente en sus manos las riquezas nacionales”. [iii]  Es más: “Se aleja de la relación con el evangelio con el propósito de proteger un modelo de sociedad impuesto desde afuera”. [iv]


Camilo Torres Restrepo, junto a otros sacerdotes y religiosos desarrolló lo que se conoce en América Latina como “Teología de la Liberación” o “Iglesia de la Liberación”, a partir del cual se resolvía de alguna manera el mito de que para ser comunista se tenía que ser primero ateo.


La concepción hoy es distinta. La preocupación no consiste en dividir al pueblo entre creyentes y no creyentes, se divide entre partidarios de la vida y partidarios de la muerte, como bien lo señala el famosísimo religioso Frei Betto. En otras palabras: Si tú quieres creer, pues crea; si no quieres creer, pues no crea. Lo importante es unirnos creyentes y no creyentes para cambiar este régimen de muerte. Hacer coincidir lo que se dice con lo que se hace. El mismo Carlos Marx lo dijo en una de sus célebres tesis: No se trata únicamente de interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo.


El XXI congreso de los comunistas caracterizó o mejor apellidó el Socialismo al decir que debe ser: Humanista, Científico y Democrático. Eso nos compromete a ser tolerantes, incluyentes, críticos, autocríticos y propositivos. Eso nos compromete a respetar los distintos credos religiosos y luchar por subir el nivel cultural y ético de las masas, por cuanto a nuestro modo de pensar las iglesias existirán mientras sean un negocio económico, principalmente.


En Cuba – decía Regalado – halló en un hogar dos cuadros bien juntos: Jesús y Lenin. Las costumbres no se cambian de la noche a la mañana por un lado y por el otro el momento no es para entrar en discusiones viscerales sobre el tema, el tema central y de preocupación permanente debe ser la unidad, la organización y la politización del pueblo.


Por eso, rescatar el pensamiento político de los curas progresistas, entre ellos, el padre Camilo Torres Restrepo, debe ser permanente preocupación de los comunistas y los demócratas de Colombia. Debemos comprender la diversidad y asumir una postura democrática.


Bien dice el poeta Daniel Viglietti: “Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera  sino de luz/ lo mataron cuando iba por su fusil, Camilo Torres muere para vivir/ Cuentan que tras la bala se oyó una voz. Era dios que gritaba: ¡Revolución!/ A revisar la sotana, mi general, que en la guerrilla cabe un sacristán/ lo clavaron con balas en una cruz, lo llamaron bandido como a Jesús/ Y cuando ellos bajaron por su fusil, se encontraron que el pueblo tiene cien mil./ Cien mil Camilos prontos a combatir, Camilo Torres muere para vivir”.


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[i] Periódico Desde Abajo.  Suplemento enero 20 de 2014. Página consultada 3.

[ii] Ibíd. Página 3.

[iii] Ibíd. Página 4.

[iv] Ibíd. Página 4.

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