Por Agamenón
El cambio de la forma de conducir el Estado por parte del gobierno de Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez, es indiscutible, no tiene punto de comparación con lo hecho por los gobernantes oligárquicos en más de doscientos años de dominio criminal, oportunista y mafioso.
Se nota a leguas, a pesar de la aberrante incomunicación mediática. Estos consorcios informativos de la gran oligarquía, se han dedicado a desinformar, minimizar e ignorar el gobierno del cambio, con un grado de mezquindad extremo, rompiendo toda norma de decencia y ética que cubre el ejercicio del periodismo.
No dice nada del liderazgo del presidente Petro en la arena internacional, de la nueva imagen decente que le ha imprimido a la diplomacia y a las relaciones con los demás países del continente y del mundo. No es dimensionada una sola propuesta que ha llevado a foros internacionales como las Naciones Unidas, ni en los foros mundiales sobre ambiente y cambio climático.
Nada acerca del esfuerzo que viene haciendo por defender la soberanía nacional y la libre autodeterminación de los pueblos; la postura enhiesta ante el imperialismo norteamericano, la decisión de condenar el genocidio que viene haciendo Israel contra Palestina en los ojos y en la nariz de la comunidad internacional.
Las magníficas relaciones con los países hermanos limítrofes, caso particular de la hermana República Bolivariana de Venezuela, donde se ha mejorado en grado sumo las relaciones comerciales bilaterales, destacándose la iniciativa de comprar gas con precios rebajados muy favorables al presupuesto de Colombia. Ambos países vienen trabajando arduamente en la consolidación de la paz fronteriza, la seguridad y la lucha contra el narcotráfico.
Es admirable la lucha que viene librando el gobierno nacional contra el narcotráfico, su reconocimiento internacional. No está persiguiendo al campesino que se ve precisado a sembrar la mata de coca, está persiguiendo a los grandes capos que se lucran del ilegal comercio, las “vacas sagradas” que están dentro de la gran oligarquía liberal-conservadora.
El desempleo en Colombia hace cinco meses viene cediendo consecutivamente, hoy se habla de escasamente el 9.2 por ciento, un verdadero logro totalmente invisibilizado por la criminal máquina mediática.
El gobierno nacional ha ordenado la reapertura de los mataderos municipales; eso implica quitarles el monopolio a unos pocos y devolvérselo a la comunidad municipal, lo que tendrá seguramente un gran impacto positivo para estas comunidades.
Después de doscientos años de cruda violencia de los pueblos pobres entre sí, por obra y gracia de la gran oligarquía liberal-conservadora, el gobierno del cambio hace ingentes esfuerzos por aclimatar la paz total en Colombia, una iniciativa audaz y compleja, sin lugar a dudas.
Se anuncia que en los próximos días comenzará a pagar $500 mil pesos a varios millones de colombianos y colombianas, en un esfuerzo por contrarrestar la pobreza acumulada por tantos gobiernos de la vieja oligarquía liberal-conservadora.
En una batalla histórica, totalmente ignorada y tergiversada por la horrenda máquina mediática, la reforma a la salud avanza en el Parlamento. El imperio criminal de las EPS al parecer se acerca a su final y un nuevo amanecer para la salud en Colombia se abre paso contra viento y marea.
Son cambios profundos, revolucionarios, que hay que dimensionar y que nos debe llevar a la unidad para darle continuidad al Pacto Histórico y al proceso que ha comenzado con Gustavo Petro y Francia Márquez.
Es decir, al lado de los logros economicistas que son muy importantes valorar, tenemos el deber de luchar contra el analfabetismo político, por cuanto los logros son producto de decisiones políticas. Si no nos atrevemos a estudiarla un poco, nos quedará muy difícil robustecer este proceso histórico y comprender el tejemaneje de la ciencia política como arte de gobernar. Que no ocurra lo que ocurrió en Ibagué – por ejemplo – que la masa padeció una de las peores administraciones municipales de todos los tiempos, sin embargo, apoyó “masivamente” la candidata de esta administración.
Hay que difundir estos logros del gobierno nacional en hojas volantes, en discusiones al calor de un tinto en el barrio o en la vereda, en los medios alternativos de comunicación, haciendo brigadas del semanario VOZ La verdad del pueblo con más frecuencia, invitando a la gente a leer la página web: www.pacocol.org etc. Es decir, aumentar nuestro trabajo consciente y comprometido con el proceso, el cual debemos fortalecer y en la medida de las posibilidades radicalizar. No podemos cruzarnos de brazos a esperar que otros hagan, tenemos que hacer todos y todas en comunión.
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