jueves, 16 de noviembre de 2023

El negocio descarado de las EPS

Foto El Universal   

 Por Nelson Lombana Silva

Hace más o menos treinta años el gobierno de entonces en unión con negociantes desalmados y sin alma, montaron el atracadero más infame que se conozca en la historia reciente de Colombia: Las Empresas Prestadoras de Salud (EPS).

Sin remordimiento de ninguna naturaleza, guiados por el cálculo económico y el interés particular, montaron suculento negocio en detrimento de la salud del pueblo colombiano. Dejó de ser ésta un derecho para convertirse en mercancía bastante costosa, prácticamente inalcanzable para el pueblo humilde y desamparado. La primera consecuencia que surgió con este siniestro plan, fue la aparición de lo que se ha solido llamar: El Paseo de la Muerte.

Son 157 EPS que hasta el momento se han creado en el país, de las cuales solamente una ha sido sometida a auditoria encontrándose que el presidente de Salud Coop, Gustavo Palacino, se apoderó (se robó) la medio bobadita de 1.5 billones de pesos. En la actualidad, existen alrededor de treinta EPS, las demás han desaparecido llevándose el dinero de los colombianos con la complicidad del régimen capitalista.

Lo grave y complejo del problema es que una gran mayoría de parlamentarios tienen relación con estas EPS, son los que se oponen a la Reforma a la Salud que ha propuesto el gobierno del cambio que lidera Gustavo Petro Urrego.  Consideran que apoyar la Reforma es como pegarse un tiro en el pie, por cuanto el cúmulo de dinero que manejan estas EPS es inmenso. Según la ex ministra de salud, Carolina Corcho, la suma asciende a 81 billones de pesos, anualmente.

Dichas EPS han invertido cualquier cantidad de dinero en publicidad en los medios masivos de comunicación y seguramente en la compra de congresistas para que la iniciativa del Pacto Histórico fracase y todo siga igual.

No es fácil derrotar esta mafia existente alrededor de la salud en Colombia, pero tampoco es imposible, todo dependerá de la movilización del pueblo colombiano y del desenmascaramiento de esos lobos disfrazados de ovejas, que fungen como parlamentarios. El pueblo debe saber que la burguesía colombiana ha hecho de la salud un criminal negocio que ha cobrado más víctimas que el mismo conflicto armado. No puede cruzarse de brazos, está en la obligación de movilizarse con fuerza y decisión.

Hay que identificar plenamente a esos parlamentarios para no volver a votar por ellos. El pueblo debe dejar de ser masoquista, sobre todo los que sabiendo, votan por los mismos sin darse cuenta del daño tenaz que se están haciendo, no solamente ellos, sino la inmensa mayoría del pueblo colombiano. Hay que cambiar de mentalidad. Los únicos que no cambian son los tontos y el pueblo no es tonto, el pueblo está prisionero en el analfabetismo político, en el miedo y en la promesa vacía de contenido.

Hay que movilizarnos con decisión y coraje, la lucha de clases nos convoca y no podemos negarnos en este histórico momento. Por la salud al alcance de todos y todas, sin privilegios de ninguna naturaleza: ¡A la calle!

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