Reforma a la salud, esperanza de vida del pueblo colombiano

Presidente Gustavo Petro y la doctora Carolina Corcho. Foto: Internet

Por Nelson Lombana Silva

Los únicos que se oponen con patas y manos a la reforma a la salud son los negociantes que viven de ella, los mismos que sin escrúpulos de ninguna naturaleza la han utilizado en el marco del criminal modelo neoliberal para hacerse más rico sobre montañas de crímenes horripilantes como el “paseo de la muerte”, que todavía se vive y con qué intensidad en todo el territorio nacional con la plena complicidad del régimen capitalista.

Los únicos que añoran nostálgicos a las criminales EPS, son sus propietarios y los que nunca la han utilizado porque tienen suficiente dinero para tener sus propios médicos y centros asistenciales, como la Paloma Valencia, esa tal Cabal o el ex presidente Uribe Vélez, reseñado por la CIA como el narcotraficante número 82.

Y es que decir que las EPS son criminales en modo alguno es una exageración, una retaliación o una falsa calumnia. La misma ministra de salud, la doctora Corcho, fue enfática al decir en su momento que en diez años o más, se presentaron un millón cuatrocientas mil muertes evitables, si las EPS hubieran actuado diligentemente.

Este sistema no solo ha matado a millones de seres humanos en Colombia, sino que también ha puesto en entre dicho la ética profesional del médico. No es un secreto que los médicos se ven precisados a formular los medicamentos más baratos, para que las ganancias sean mucho mayores, quedando en entre dicho el concepto médico e incluso, el juramento hipocrático.

Qué razón tenía Carlos Marx cuando dijo en el manifiesto comunista que el capitalismo permeaba hasta las profesiones más nobles como la que ejerce el médico. Dijo, adicionalmente: “El capitalismo vino al mundo chorreando sangre y lodo por todos sus poros, desde los pies hasta la cabeza”.

Seguramente, la reforma propuesta por el gobierno del Pacto Histórico y aprobada por el congreso no será radical, pero sí será fundamental en el cambio de vida de la sociedad colombiana. Eso dependerá de la lucha callejera y del pleno entendimiento de la esencia de la reforma. Hay que ir al corazón de la iniciativa para entenderla con lectura propia y no la que provenga de la dictadura mediática de la prensa de la gran oligarquía.

En esa dirección, es acertada la propuesta del camarada Jonathan Varón Posada, una vez terminó la movilización del 14 de febrero al decir: “Hay que salir con todo a preparar el primero de mayo, día internacional de la clase trabajadora”. Es cierto. El pueblo organizado y movilizado será determinante en la aprobación de las distintas reformas propuestas por el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. La lucha callejera sindical, política y popular será fundamental en esta lucha contra este régimen capitalista. Bien lo dijo el presidente Petro: “Todo es fruto del esfuerzo, de la lucha, de la unidad y de la organización”.