Por Nelson Lombana Silva
“Nos estamos muriendo de hambre en la cárcel Picaleña de la ciudad de Ibagué (Tolima)”, dijeron reclusos al denunciar que ya llevan varios meses sin “caspete”, tienda para para paliar en parte la poca y mala alimentación en este complejo carcelario.
“Nos estamos muriendo de hambre en la cárcel Picaleña de la ciudad de Ibagué (Tolima)”, dijeron reclusos al denunciar que ya llevan varios meses sin “caspete”, tienda para para paliar en parte la poca y mala alimentación en este complejo carcelario.
Al parecer, la situación es cada vez más dramática y la solución no se vislumbra por ninguna parte. De igual manera, los reclusos denuncian que cuando hay, solo venden comida “chatarra”, comida que poco y nada contribuye en una alimentación humana y digna.
La situación se ha venido presentando sucesivamente, sin que las autoridades del penal tomen cartas en el asunto. En ese sentido, hacen un llamado a defensores de derechos humanos para constatar la grave situación que viene ocurriendo.
A esta grave situación se suman la escasez del preciado líquido, el deplorable estado del servicio sanitario y las dificultades para una cita médica.
Los detenidos hacen un llamado a las autoridades municipales, departamentales y nacionales, para que se apersonen del caso en la mayor brevedad posible.
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