viernes, 23 de julio de 2021

¿Quién amenaza con el remoquete de águilas negras?


Por Nelson Lombana Silva

La sociedad tolimense está conmocionada por la reciente publicación de panfleto en las redes sociales, supuestamente de los paramilitares llamados: “Águilas Negras”, en el cual se amenaza a importantes líderes y lideresas de la región centro de Colombia. ¿Quién, realmente, amenaza?

No hay que hacer grandes elucubraciones para concluir de dónde provienen las amenazas y qué buscan con ellas. Las amenazas de muerte se han convertido en Colombia en instrumento monstruoso de la extrema derecha para inmovilizar al pueblo y así éste, no reclame sus derechos. Es una estrategia electoral que hace rato se viene poniendo en práctica, sobre todo en tiempos aciagos del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez.

Un criminal que carga sobre su espalda el asesinato de 6402 personas en la dinámica de los falsos positivos, pero que sin embargo, sigue libre como el viento pontificando sobre lo humano y lo divino, simplemente porque le conviene a Estados Unidos y a la narcotizada oligarquía colombiana.

Gustavo Petro dijo en el parlamento colombiano que para el paramilitarismo poder amenazar y asesinar simultáneamente en distintas regiones del país, necesitaba una estructura sólida y la única sólida que existía en el país la tenía el militarismo. Por su parte, Iván Cepeda señaló también en memorable debate en el parlamento, que el Estado sospechosamente no tenía definido una estructura del paramilitarismo, ni planes concretos para desarticular las redes, los cabecillas y los principales financiadores.

A estos claros y valientes cuestionamientos no ha habido respuesta concreta hasta la presente por parte de las autoridades. Al parecer son argumentos irrefutables.

Eso da para pensar que dicho panfleto no se elaboró en una alcantarilla, seguramente se elaboró en una oficina suntuosa, cómoda, con aire acondicionado, con el único interés de que el pueblo entre en pánico y siga apoyando a los mismos con las mismas.

Antes se asesinaba y se marcatizaba con saña únicamente a los comunistas. Era el caballito de batalla en todas las campañas electorales. El pueblo analfabeto político y atemorizado salía a votar por los mismos con el único propósito de detener supuestamente el comunismo, el anticristo. Personas que no tenían dónde caer muertas, repetían maquinalmente: “El comunismo nos quita todo”.

Hoy, la burguesía en su ocaso inexorable, se ensaña contra el pueblo, especialmente joven que se atreve a pensar, a organizarse y a exigir sus derechos secularmente ignorados y desconocidos por los gobiernos de turno. Este panfleto dice que es objetivo militar todos los que se atreven a criticar el régimen y proponer salidas alternativas, como quien dice, estamos condenados a seguir votando por el que digan Uribe Vélez y el Centro Democrático.

Así, pues, el gobierno tiene la obligación de garantizar la vida y el derecho a disentir de los colombianos y las colombianas. Está en la obligación de desarticular esa política de terrorismo de estado y garantizar la libertad de opinar distinto al régimen. Se debe fortalecer la unidad del Pacto Histórico y la Convergencia. Robustecer la unidad, la organización y la denuncia. A todas las personas directamente amenazadas en este panfleto, nuestra profunda y sincera solidaridad.

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