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| Foto: La Cabrilla |
Por Nelson Lombana Silva
La cruda violencia que vive Colombia en el marco del modelo neoliberal y la narco dictadura del Centro Democrático en cabeza del presidente Iván Duque Márquez, se siente con crudeza una vez más en el Tolima, departamento corazón de Colombia. Durante el mes de julio se han presentado dos masacres: Una en el municipio de Espinal y la otra en Ambalema, arrojando un saldo trágico de siete víctimas.
En el municipio de Espinal, ocurrió el 4 de julio, en la vereda Trinidad, corregimiento de Chicoral. Dos venezolanos y un habitante huilense fueron las víctimas a manos de sicarios que al parecer se movilizaban en moto de alto cilindraje. Por su parte, en el municipio de Ambalema, la masacre ocurrió el ocho del mismo mes, sobre la vía a Cambao, dejando como saldo trágico cuatro víctimas.
Las autoridades han dicho lo que siempre suelen decir: “Estamos adelantando una exhaustiva investigación para determinar las causas y los responsables de los execrables hechos”. Anuncios, que generalmente, terminan en la más tétrica impunidad y olvido.
Hay miedo en estos municipios. Al decir de la comunidad los sicarios se mueven como pedro por su casa, en muchos casos con la complicidad de las autoridades. En el caso de Ambalema, se ha venido generando desplazamiento, sobre todo de jóvenes. Afirman que sicarios de otras regiones llegan con alguna frecuencia a amenazar, extorsionar y a matar. “Hay al parecer un plan de exterminio muy preocupante”, señaló un habitante de esta municipalidad.
La Institución de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, ha indicado que, con la masacre presentada en Ambalema, se completa el número cincuenta en lo que va corrido de 2021 en Colombia. Son cincuenta masacres que aún reposan en la impunidad y que algunas han demostrado participación directa de las fuerzas militares y policiales, en alianza con el paramilitarismo urbano.
Colombia se desangra por los cuatro costados, mientras tanto el gobierno nacional se empecina en desconocer el Acuerdo de Paz de la Habana y el pliego petitorio de los trabajadores que han motivado el paro nacional que se viene desarrollando. De igual manera, la pandemia del coronavirus se desarrolla libremente sin que las autoridades tomen medidas serias para minimizarlo. Se calcula que diariamente están muriendo en promedio 600 personas en Colombia por este mortal virus. Colombia se encuentra en el laberinto y sin general de verdad.
La cruda violencia que vive Colombia en el marco del modelo neoliberal y la narco dictadura del Centro Democrático en cabeza del presidente Iván Duque Márquez, se siente con crudeza una vez más en el Tolima, departamento corazón de Colombia. Durante el mes de julio se han presentado dos masacres: Una en el municipio de Espinal y la otra en Ambalema, arrojando un saldo trágico de siete víctimas.
En el municipio de Espinal, ocurrió el 4 de julio, en la vereda Trinidad, corregimiento de Chicoral. Dos venezolanos y un habitante huilense fueron las víctimas a manos de sicarios que al parecer se movilizaban en moto de alto cilindraje. Por su parte, en el municipio de Ambalema, la masacre ocurrió el ocho del mismo mes, sobre la vía a Cambao, dejando como saldo trágico cuatro víctimas.
Las autoridades han dicho lo que siempre suelen decir: “Estamos adelantando una exhaustiva investigación para determinar las causas y los responsables de los execrables hechos”. Anuncios, que generalmente, terminan en la más tétrica impunidad y olvido.
Hay miedo en estos municipios. Al decir de la comunidad los sicarios se mueven como pedro por su casa, en muchos casos con la complicidad de las autoridades. En el caso de Ambalema, se ha venido generando desplazamiento, sobre todo de jóvenes. Afirman que sicarios de otras regiones llegan con alguna frecuencia a amenazar, extorsionar y a matar. “Hay al parecer un plan de exterminio muy preocupante”, señaló un habitante de esta municipalidad.
La Institución de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, ha indicado que, con la masacre presentada en Ambalema, se completa el número cincuenta en lo que va corrido de 2021 en Colombia. Son cincuenta masacres que aún reposan en la impunidad y que algunas han demostrado participación directa de las fuerzas militares y policiales, en alianza con el paramilitarismo urbano.
Colombia se desangra por los cuatro costados, mientras tanto el gobierno nacional se empecina en desconocer el Acuerdo de Paz de la Habana y el pliego petitorio de los trabajadores que han motivado el paro nacional que se viene desarrollando. De igual manera, la pandemia del coronavirus se desarrolla libremente sin que las autoridades tomen medidas serias para minimizarlo. Se calcula que diariamente están muriendo en promedio 600 personas en Colombia por este mortal virus. Colombia se encuentra en el laberinto y sin general de verdad.
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