jueves, 30 de enero de 2020

Que fluya la verdad histórica en Colombia

Por Nelson Lombana Silva

Un punto determinante incluido en el Acuerdo de la Habana, entre las Farc – Ep y el Estado colombiano, es la verdad histórica, la cual consiste en saber con exactitud los verdaderos responsables de esta cruda violencia que ha sacudido y sigue sacudiendo las entrañas del pueblo colombiano. Saber con exactitud quienes son las víctimas y los victimarios y por qué.


El secretario general del Partido Comunista Colombiano, Jaime Caycedo Turriago, señala sin ambages: “Para el Partido Comunista es fundamental la verdad histórica”. Agrega: “En relación a la paz y la guerra se ha escamoteado en extremo el acceso a la verdad”.[i]

La extrema derecha colombiana, se ha empecinado en eludir este aspecto, restarle importancia e incluso, colocarle todo tipo de obstáculos para que ésta no se materialice en la práctica. El Centro Nacional de Memoria hace todo tipo de malabarismos para que la verdad histórica se diluya en simple promesa o enunciado como la letra muerta de la Constitución Nacional. Su peregrino argumento se sintetiza en hacer creer que “todos somos culpables, borrón y cuenta nueva”. Lo que diría Margaret Mitchell: “Lo que el viento se llevó”.

Uribe Vélez y su patota, insisten en la peregrina tesis de que en Colombia no hubo, ni hay un conflicto armado por causas de tipo social y económico; lo que ha habido es una supuesta lucha contra la delincuencia común y el narcotráfico, lucha contra un grupo de terroristas, siguiendo los libretos diseñados por Estados Unidos. En resumidas cuentas quieren decir estos personajillos del hampa que las víctimas son los victimarios y los victimarios las víctimas.

El camarada Caycedo Turriago, al destacar la real importancia de la verdad histórica, indica: “La verdad histórica pone al revés el “pensamiento único” impuesto por el poder”. Subraya: “Lo que se ha llamado la “violencia” ha provenido más de los de “arriba” (clase dominante) y de la hegemonía global, que solo de factores internos. En la historia colombiana, la violencia no ha provenido de los de abajo (clase dominada) como lo quieren hacer creer. Ha sido una manera de gobernar  y de dominar”.[ii]

Entre las causas de la violencia que ha venido estremeciendo las estructuras del estado colombiano, figura, indudablemente, el anticomunismo. El veterano dirigente comunista, dice al respecto en esta misma entrevista realizada por el destaco periodista, Hernán Camacho para el semanario VOZ La verdad del pueblo: “Entre las causas de la violencia, el anticomunismo ha tenido un papel dramáticamente destacado. Ante todo, ha sido una política de Estado, en ocasiones explícita, como en los años 50 cuando el comunismo estuvo fuera de la ley”.

Agrega: “En lo común ha permanecido en la formación del Ejército, asociado a conceptos de “limpieza” en la policía, o simplemente al habitus de la dominación burocrática. El paramilitarismo lo ha asumido como cruzada, como una razón de ser y una justificación. Buena parte de los genocidios han transcurrido en medio del Estado  Social de Derecho, a pesar de existir mecanismos e instancias que podrían evitarlos”.

Esta infeliz práctica de terrorismo de Estado, desembocó en el genocidio contra el Partido Comunista y la Unión Patriótica, brutal genocidio que no termina, desafortunadamente. Comenzando la tercera década del siglo XXI, sigue el Estado asesinando a la verdadera oposición en Colombia.

Así, podría decirse que la disputa por la verdad histórica está cruzada por la lucha de clases, lo que hace urgente y necesaria la más amplia unidad del pueblo y la izquierda colombiana para que ésta salga a flote y el pueblo en general y la comunidad internacional, sepan con certeza quienes fueron los responsables y las verdaderas causas de este conflicto que hoy sigue padeciendo la república de Colombia. 

[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo. Edición número 3013 semana del 29 de enero al 4 de febrero de 2020. Página consultada 9.
[ii] Ibíd. Página consultada 9

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