martes, 28 de enero de 2020

¿A quién conmueve tragedia ambiental de Australia?

Por Nelson Lombana Silva

En la dinámica mediática de manipular la opinión pública, el voraz incendio presentado en Australia es presentado con cierto criterio anecdótico de poca trascendencia para el presente – futuro de la humanidad. Un hecho aislado lamentable que genera lástima y pesar simplemente. Además, se presenta como un hecho “natural”, un simple accidente de la madre naturaleza.


Con este enfoque, sale totalmente libre y exento de toda culpa el sistema capitalista. Con qué cinismo el primer ministro Scott Morrison, repite textualmente el discurso del mayor terrorista mundial, Donald Trump: El cambio climático no tiene nada que ver con la tragedia.

“Desde el primero de agosto pasado, los incendios en Australia han emitido 306 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalentes a la mitad de las emisiones anuales del país. Sin embargo, Scott Morrison, aún ahora, niega que los incendios en Australia tengan que ver con el cambio climático", señala el periodista Alberto Acevedo.[i]

La delegación australiana en la reciente cumbre del clima, realizada en Madrid (España), se opuso a las restricciones de la emisión de Gases de efecto invernadero (GEI), obedeciendo ciegamente los dictámenes de Estados Unidos y demás países contaminantes y destructores de la capa de ozono. Es de anotar, igualmente, que Australia fue uno de los primeros en implementar el fracking como método para la explotación del subsuelo de una manera canalla y salvaje.

Durante cuatro meses largos los bosques ardieron. Cerca de nueve millones de hectáreas se consumieron y millones de especies desaparecieron calcinadas. Por lo menos, 28 personas perdieron la vida y el número de desaparecidos aún no ha sido cuantificado debidamente. Por lo menos quince mil viviendas sucumbieron por las llamas y otro tanto tuvo que abandonar los residentes en un esfuerzo descomunal por salvar sus vidas.

Esta tragedia originada por el sistema capitalista tendrá graves y catastróficas repercusiones a corto y largo plazo, no solo para esta comunidad, sino para toda la especie humana. El problema ambiental es universal. Bien es cierto, la prensa adicta al régimen, nos presenta el hecho como un suceso trágico allá en la distancia que no merece preocuparnos, la realidad es distinta. Es un problema catastrófico que nos afecta a todos y todas, sin excepción alguna.

Por eso, es meritoria la convocatoria mundial que vienen haciendo los caricaturistas en defensa de la Amazonía. Esfuerzo quijotesco digno de admirar, pero sobre todo, apoyar con decisión y conciencia ambiental. Sin lugar a dudas esta región constituye un verdadero pulmón de la humanidad, que viene siendo contaminado y destruido en el marco del criminal modelo neoliberal. La tala desbocada y sin control alguno, se suma a la contaminación de la estrella hídrica, la destrucción de la fauna y la flora en general.

Hay que romper el cerco mediático, la sociedad de consumo y su postura alienante. Solo así será posible asumir que la defensa del medio ambiente es cuestión de vida o muerte, no tanto para nosotros que comenzamos a doblar la esquina, sino las presentes y futuras generaciones. ¿Les vamos a dejar el planeta tierra convertido en una vulgar cloaca a nuestros hijos, simplemente porque el capitalismo así lo determina? Es hora de rebelarnos y asumir una postura consecuente y digna. No más dependencia, libertad y autonomía, defensa de la pacha mamá.

[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo. Edición número 3012 semana del 22 al 28 de enero de 2020. Página consulta 17.

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