domingo, 5 de enero de 2020

Conociendo la obra de Carlos Marx

Por Nelson Lombana Silva

La obra universal de Carlos Marx no pierde vigencia, porque su pensamiento está fundamentado en la ciencia, en el conocimiento científico. Su pensamiento teórico lo demostró en la práctica. Sabemos que todo conocimiento es científico cuando se puede demostrar a través de la práctica. Así pues, la teoría marxista es materialista, científica.


Uno de los primeros trabajos que emprendió el hijo de Tréveris, fue la revisión crítica de la filosofía del alemán, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, relacionada con el Derecho, trabajo que vio la luz pública en 1844 en la revista “Anales Franco – Alemanes”, que se publicaba en París (Francia).

“Mi investigación desembocaba en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política”, dice[i].

Hasta ahora, la explicación que ofrecían los filósofos sobre el desarrollo humano, el devenir social, económico, político, etc, estaba fundamentada en el idealismo. Hegel, precisamente, hacía referencia a la evolución general del espíritu humano. Es decir, fuerzas sobrenaturales. Carlos Marx, refuta esta concepción idealista, ahistórica y metafísica, que en modo alguno consultaba o consulta con la realidad, la práctica (praxis) y desde la alteridad científica revoluciona el pensamiento filosófico, dando una interpretación científica al proceso evolutivo del pensamiento, la naturaleza y el ser humano en función social.

Resulta contundente y genial Marx al refutar a Hegel, utilizando además de la filosofía, la economía política, al decir: “En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales”.

Agrega: “El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Es como decir en otras palabras: “No es Dios el que crea al hombre, sino el hombre el que crea a Dios”.

De esta manera, Carlos Marx, hace añicos el pensamiento filosófico idealista de Hegel y demás filósofos que murieron creyendo que todo cuanto existe era fruto de la creación. Marx revoluciona el pensamiento filosófico y económico, dando una explicación científica del desarrollo en general y en todos los campos de la humanidad.

Estructura y superestructura

Para comprender con más claridad el aporte de Carlos Marx a la humanidad, es necesario clarificar dos términos utilizado por él: “Estructura y Superestructura”.

La primera hace referencia al modo de estar organizadas u ordenadas las partes de un todo. Es la disposición y orden de las partes dentro de un todo. También puede entenderse como un sistema de conceptos coherentes enlazados, cuyo objetivo es precisar la esencia del objeto de estudio. Es el conjunto de elementos que caracterizan un determinado ámbito de la realidad o sistema.

Superestructura, por su parte, es el conjunto de fenómenos jurídico – políticos e ideológicos, así como las instituciones que los representan, que están asentados sobre la estructura económica. Para Carlos Marx, las ideologías, las religiones, las manifestaciones artísticas, etc, son hechos sociales que se inscriben en el contexto de la superestructura de una sociedad. Según la teoría marxista, la base o infraestructura es la base material de la sociedad que determina la estructura social, el desarrollo y las relaciones de producción.

Gráficamente, podríamos decir que la estructura son las relaciones sociales de producción y las fuerzas productivas, mientras que la superestructura son las leyes, la política, El Estado, los fenómenos ideológicos, etc.

Entre la estructura y la superestructura existe una relación dialéctica, de tal manera que la estructura determina la superestructura y no al revés como pensaba Hegel.

Conocer el pensamiento marxista es tarea prioritaria de los revolucionarios y del pueblo en general. Gracias a este conocimiento podemos comprender el momento histórico que vive la humanidad en la lucha contra el capitalismo y por el socialismo. Es más: No solamente comprender, sino conscientemente ayudar a transformar la realidad deplorable que nos ofrece el sistema capitalista y su modelo neoliberal. 

[i] MARX, Carlos. El Manifiesto Comunista. Los grandes pensadores. Sarpe.  1983. Impreso en España.  Página consultada 214.

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