sábado, 21 de marzo de 2015

Rol de la revista universitaria Aquelarre

Johan Sebastián Gutiérrez Mosquera, editor revista Aquelarre de la universidad del Tolima. Foto Nelosi.
Por Nelson Lombana Silva

La revista Aquelarre es un esfuerzo que hace el centro cultural de la universidad del Tolima, gracias a la tenacidad de su director Julio Cesar Carrión, quien fue no solamente el creador de la iniciativa, sino el que ha estado al frente haciéndola realidad. Son 26 ediciones que se han cristalizado en medio de la adversidad de un régimen que prefiere invertir el dinero del pueblo en la guerra contra el mismo pueblo, que apoyar iniciativas de periodismo alternativo, cultura y arte, como es lo que representa esta revista para la comunidad universitaria de Colombia, especialmente.



El maestro Julio Cesar Carrión ha logrado ensamblar un grupo para desarrollar este proyecto que encarna la revista Aquelarre y los demás proyectos que tiene a su cargo el centro cultural. La página web: www.pacocol.org pudo dialogar con el editor de esta revista para conocer de primera mano parte de la ubérrima historia que encarna iniciativa de esta naturaleza. Se trata del profesional Johan Sebastián Gutiérrez Mosquera.


A través del diálogo ameno a manera de entrevista, Gutiérrez Mosquera nos permite conocer sin ambages, las verdes y las maduras que este grupo pasa para sacar una edición de esta calidad. Su impacto y su alcance sobre todo al interior de la comunidad universitaria. Es indudablemente un aporte a distintas esferas del conocimiento, al debate crítico y a la utopía de construir una sociedad crítica, humana y socialista. Aporta elementos a la gran batalla de las ideas, como bien afirma el comandante Fidel Castro Ruz.


En su contenido hay historia, filosofía, economía, política, literatura, arte y sobre todo, esperanza en que otro país sí es posible construir a partir de la paz con justicia social y la formación académica e intelectual de la juventud, quien tiene en sus manos la posibilidad de sacar a Colombia del sótano en que lo tienen condenado el neoliberalismo y la brutal explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y manifestaciones. La juventud tiene la palabra. Y la revista es un apoyo insustituible en esta tarea inaplazable e histórica.


-         ¿Cómo se podría sintetizar la historia de la revista Aquelarre?



Se podría sintetizar como una lucha permanente. Ha sido un no desfallecer, porque la revista es todo lo contrario de lo que quisiera el establecimiento fuera de la revista y cuando digo el establecimiento, es el establecimiento universitario.


Es una revista que desde la perspectiva y del trabajo del maestro Julio Cesar Carrión, quien fue el que tuvo la idea y quien levantó el proyecto de la revista y construyó a grandes rasgos durante todo este recorrido, pues es una revista que tiene una perspectiva y un vuelo intelectual propio que ha logrado consolidarse en todo este proceso.


Ya llevamos 26 números. El último número fue una monografía del maestro Estanislao Zuleta, que adicional eso, tuvimos el reconocimiento por parte de la corporación Estanislao Zuleta este año, porque en este año se cumple 80 años del natalicio del maestro y 25 del fallecimiento. La corporación Zuleta se sintió muy agradada al ver nuestra publicación, la valoraron mucho; José Zuleta, el hijo del maestro, nos acompañó en el lanzamiento en la universidad del Tolima, muy agradecido por el esfuerzo editorial que implica la revista.


Lo digo porque en parte, esa es la historia de la revista. La pregunta es cómo describirla, cómo sintetizarla: Como una lucha permanente que se mantiene por los horizontes de la disertación, del pensamiento, de la academia, pero no al borde de la limitación, sino de la academia al borde de la pregunta, a la academia que libera, la que provoca inestabilidad en la cabeza de uno, le arranca la certeza para colocarlo en el camino de la duda, la deconstrucción del pensamiento, la elaboración de la crítica. Así podríamos sintetizar la historia de Aquelarre: una fiesta de brujas.



-         ¿Cómo fue posible su vinculación a este proyecto de la revista Aquelarre?



Entro al centro cultural como el coordinador de las embajadas culturales, llamado que me hace el maestro Julio Cesar Carrión. Después llegamos a este proceso que significa trabajar en la revista. Hay un cambio en la editorial, antes era el profesor Jorge Gantiva Silva por circunstancias ajenas a lo que debe ser la administración de la revista. El profesor Julio Cesar Carrión asume la dirección y considera que yo sería la persona más apta para estar al frente. Eso fue en la revista número 25, que fue cuando inicié haciendo la coordinación editorial del número especial que le hicimos al maestro Rubén Jaramillo Vélez, en dos tomos, fue como la celebración de los 25 números de la revista, fue un número especial que tiene la compilación de los escritos del maestro, unos escritos que son publicados en la separata de El Espectador en estos períodos de más producción del doctor Rubén Jaramillo Vélez.


Bueno, ¿Por qué Jaramillo Vélez? Sería de pronto la pregunta. Pues porque es el maestro que trae la escuela crítica de Frankfurt a Colombia, a la universidad nacional, quien es como el pilar de ese proyecto de la modernidad ilustrada que en Colombia tomara cuerpo, desde la universidad nacional. Uno de sus mejores exponentes era el maestro Rubén, que en los dos tomos hicimos un compendio de su producción, de su revista Argumentos también logramos sacar algunos documentos y hacer una exposición de arte del expresionismo alemán de principio de siglo, porque era una ligazón intelectual con el maestro. El maestro está muy cercano a ello, entonces sacamos en esta edición ya, una edición especial de arte que nos parece un buen elemento para agregarlo en la revista.


En ese instante me vinculé, con estos dos tomos y una gran responsabilidad encima, no solamente como el de cumplir al instante, sino de tener la carga de quienes han escrito para la revista. No es fácil estar al frente de una revista en la que maestros de la talla de Orlando Fals Borda, Antonio García, Gabriel Restrepo, haya y estén aun produciendo para la revista. Es una carga bien importante.


Luego, vino la siguiente que fue la número 26 la de Zuleta; en esta ya se asume la perspectiva de construcción de esta monografía en la que nos fue muy bien, el país la reconoció de la mejor manera, los centros de pensamiento “zuletianos del país” la recibieron también de muy buena forma, creemos que la revista seguirá siendo un aporte pedagógico, metodológico a los debates universitarios, que salga de la universidad del Tolima, no quiere decir que solamente se quede en la universidad del Tolima, sino que la dimensión misma de la revista le permita volar en el campo universitario. Es la universidad como la concepción más amplia que podamos tener en lugares donde Aquelarre existe.


-         La revista está pensada en la comunidad universitaria. ¿No se ha pensado ir más allá y abordar otras comunidades?


La revista tiene una caracterización, usted lo acaba de decir Nelson, es para el campo universitario, tiene un lenguaje no solamente de las palabras y los discursos que podemos encontrar ahí, sino un lenguaje estético de cómo se compone la revista, que tiene la revista en su composición. Es una revista de filosofía, de arte, de cultura; es una revista que de todas formas tiene ese lenguaje de lo estético en lo escrito, desde lo narrativo, desde lo filosófico, que podría ser un poco como violento o difícil de integrar con las comunidades. Si esa sería la pregunta.


En eso hemos tratado en lo máximo de no perder la identidad de la revista. La revista es esto, pero sí le agregamos elementos. Las separatas de la revista son pequeñas cápsulas sobre debates que nos permiten articularnos con estas comunidades más amplias, como fueras del esquema de la universidad, pero sin mentirnos: Es una revista universitaria, es una revista de ese carácter, de esa caracterización. Tratamos y proyectamos la revista hacia otras vinculaciones; la última separata que sacamos de la revista es dedicada al holocausto que sucede en Palestina, cada vez que Israel se le da la gana de creerse el Señor del mundo, no solamente porque tenga el ejército más poderoso en términos bélicos del planeta, sino porque se da el lujo de decir a la humanidad de que ellos pueden destinar sobre la vida de los otros.


Decidimos sacar esta compilación de poemas Palestinos. Es una separata de la revista, es un elemento agregado de la revista en la que vienen diez, doce poemas de una selección de artistas y está ilustrada con un artista plástico palestino también, como en esa búsqueda de poder intercambiar con las comunidades un tanto más allá de la esfera universitaria, porque esa esfera siempre tiene las dificultades con grandes limitaciones.


-         ¿Para qué le ha servido en su vida personal este proyecto que encarna la revista Aquelarre?


Crecer. Hay unas circunstancias en términos técnicos, el proceso editorial es algo que uno sabe que tiene unos puntos y unos momentos de producción. Recoger un texto, alinear unas imágenes, buscar formas gráficas de que se produzca la revista. Es como el término pero técnico.


Y en eso, pues uno aprende en la cotidianidad; uno va aprendiendo que le va quitando esto aquí, que le va agregando esto allá y le va cogiendo forma cada vez que sale un producto nuevo.


Ahora, en lo intelectual, en lo que genera dudas al espíritu de uno: Todo. Todo no se ha aprendido, porque cada revista es un horizonte nuevo. Uno fue Rubén Jaramillo y el gran encuentro con el proyecto de la modernidad y con la filosofía de la escuela crítica de Frankfort y otros es Estanislao Zuleta que es un autodidacta, que rompe con el esquema, pero que es inconmensurable en su capacidad de profundizar en el pensamiento crítico y filosófico. Al parecer es el gran filósofo de Colombia Estanislao Zuleta; su producción es desbordante, pero ahora venimos con el tema de las FARC y los 50 años en la presencia del conflicto colombiano, los diálogos…entonces ya era una perspectiva de análisis historio – gráfico en donde teníamos que ir a buscar otros elementos, pero sin olvidar la perspectiva política del instante. Entonces, es una aventura, es un ejercicio de crecimiento intelectual permanente. Para mí, la revista es eso. Cada vez que se nos aproxima un nuevo número es un nuevo desafío, un nuevo aprender, un nuevo cómo llegar al final para poder la editorial escribir. Claro, es el camino de crecimiento.


-         Bueno, la revista contiene filosofía, cultura, arte, filosofía, metodología, ¿Y política?


Claro, ella es política en sí misa. El hacer el proyecto, el articular el proyecto de los documentos que van en cada número están dibujando una política, una política que nuestros lectores, creo tienen ya muy clara, que tienen muy definida. Nosotros somos una publicación antifascista, nosotros no consideramos que esto sea un proyecto, no consideramos que la humanidad deba refugiarse en esas lógicas, lo decimos abiertamente: Estamos en contra de los proyectos fascistas, antidemocráticos, de los proyectos que limiten la posibilidad de encontrarse las comunidades. Esa línea permanece. Pero es una línea de reflexión que no es única, es articulada con el arte que se presenta desarticulada con los textos que se presentan, con las reflexiones, con las temáticas, con los debates que se van articulando y se van tejiendo.


Hagamos el ejercicio, es maravilloso: Pasamos de un hombre ilustrado de toda la modernidad sólida a un hombre que es igualmente ilustrado pero al otro lado; ahí hay un debate hermosísimo para el país, es el debate del conocimiento alrededor del proyecto de universidad y de escuela que forma, quien forma, de qué manera se forma, quien contiene el pensamiento y además, quien tiene la autoridad para poder decir el pensamiento. Si para poder pensar hay que tener un título. Esa era la discusión. Pero ahora nos vamos con la de las FARC y pues vamos es a una discusión histórica, vamos a ir a buscar desde la academia las herramientas suficientes para poder abrir las interpretaciones de los momentos históricos más en estos momentos que la paz se coloca como un horizonte, un lugar donde llegar y que creemos estamos aportando desde el ejercicio que estamos haciendo, se podría llamar de alguna manera político. Claro es política. Es un sueño quijotesco. Esa es nuestra política, la del quijote, la  política como la reseñara el profesor Julio, la política de Sancho Panza haciendo gobernador de la ínsula Barataria. Más o menos esa es nuestra política. Preferimos renunciar que continuar soportando toda la ignominia de esta política.


-         Según su criterio, ¿Cómo leer correctamente la revista Aquelarre?


Sin ninguna prevención. Sin ningún elemento que limite la posibilidad de encontrarse libremente con el texto. Hay unos lenguajes que son difíciles de manejar, lo decimos: No son fáciles. Pero, muchas veces esos pre conceptos de la revista de colocarla en un lugar académico la imposibilita comunicarse, porque hay que llegar a ella es con duda, hay que llegar con apertura, hay que llegar es con encuentro, hay que llegar es a dialogar. Saber que hay un documento que quiere dialogar con uno como lector y uno va con esa disposición: A dialogar con ese documento.


Claro, la revista la puede leer el que quiera. Ese es el punto, el que tenga la motivación y tenga además de esa motivación de encontrarse con el texto de recibir de compartir, pues será el que pueda leerla. Claro.


-         ¿Hasta dónde ha llegado la revista Aquelarre?


A nivel nacional, yo creo (eso sería un buen dato buscarlo, lo que pasa es que nosotros no estamos muy de acuerdo en eso de las estandarizaciones de las prácticas) pero la universidad nacional, la universidad del valle, la de Antioquia, la Sur colombiana, la distrital, llega porque hay profesores en esas universidades que nos aportan y hacemos los intercambios, porque se mandan a las bibliotecas: Nacional, Arango, a la del congreso, pues por normatividad también. Sí, la revista es de alcance nacional.


Una bella sorpresa para la revista de Zuleta, nos llegó una profesora de Nariño, muy preocupada porque estaba terminando su tesis de maestría, ya había presentado varias veces la tesis pero le habían impedido que se graduara porque decía que tenía una cosa, que no tenía otra y le pedían que la publicara en una revista de reconocimiento nacional. Un día la profesora que estaba en frente de ella le dijo: Oiga mija ¿será que yo puedo publicar en esta revista y me la valen? Le dijeron: si es de reconocimiento nacional. Ella preguntó: ¿Aquelarre cabe? Le dijeron sí. Entonces ella llegó acá, nos presentó la propuesta y nosotros dijimos: De acuerdo, porque nosotros al contrario de estar cerrando puertas, estamos es abriendo puertas. Evidentemente aportamos la publicación de este documento como una lucha también, como quienes son ellos para limitarle a la otra persona la capacidad de pensamiento o decirle: No te gradúas.


Digo la anécdota porque hasta en Nariño nos están mirando y porque en otros lugares del país, pues están diciendo: Ahí está Aquelarre, va rodando y ahí va. Internacional: Amigos intelectuales en Méjico, en Venezuela, en Venezuela conocen la revista harto, se publicaron algunos números que rotaron por allá muy bien por Caracas, Argentina, Chile. Estoy pensando en los amigos que más han producido en la revista y que hemos podido hacer intercambios culturales, ahora estamos en un nuevo momento de la revista en la que estamos tratando de tejer y de retejer muchos lasos y que esperamos siga creciendo. Creo que el reconocimiento más importante de la revista es el poderse mantener. Si la revista decae es porque ha vencido quien no quiere que nosotros continuemos. Es una lucha permanente. Llegar a los 26 números hoy es porque nos hemos dado la tarea de ser absolutamente rebeldes con las imposiciones que las administraciones universitarias, que el establecimiento del pensamiento universitario de este estado de cosas en el que vivimos, nos lo impide, entonces nos dicen: Ustedes son una revista de refritos, de segunda mano, poco reflexiva o nos colocan en unos lugares en donde sinceramente a nosotros no nos interesa, porque la revista por sí misma habla, la publicación por sí misma es.


-         Precisamente en un Estado que no apoya la cultura, ni los medios alternativos de comunicación, ¿Cómo se sostiene la revista Aquelarre?


Parte de esta respuesta, parte de la primera pregunta: Cómo sintetizar esto. Es una lucha del maestro Julio Cesar Carrión director del centro cultural y cofundador del centro que ha logrado que una parte del presupuesto del centro cultural se destine a una línea que se llama: Publicaciones.


Esa línea ya comprende lo que es el proyecto del centro cultural de la universidad; la línea de publicaciones a grandes rasgos tenemos una política editorial. Sin muchas palabras, la plata de la revista sale de la universidad, pero corresponde a una política editorial del centro. Todos nuestros productos son no venales, no se venden, no tienen precio. Todos nuestros productos son de compartir, todos son de producir colectivamente las inquietudes que tenemos. No solo Aquelarre. Todo el proyecto editorial del centro cultural que ya hoy son cinco publicaciones.


La publicación de cine que es Candilejas, la literatura que es palabra realizada, nuestra gaceta cultural e informativa, Aquelarre y la revista de género que es Clavel verde. Es un proyecto que sustenta parte del presupuesto del centro cultural donde recae el peso muchas veces de compartir con solidez o como en el espacio más sólido todas las propuestas y las disertaciones que el centro cultural como proyecto universitario y de resistencia en estas condiciones de universidad pues se está desarrollando.








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