domingo, 7 de septiembre de 2014

Asoprensa analiza crisis del sindicalismo

La Asociación Nacional de Trabajadores de la Prensa, Asoprensa, seccional Tolima. Foto archivo Nelosi
Por Nelson Lombana Silva


La Asociación Nacional de Trabajadores de la Prensa, Asoprensa, seccional Tolima, desarrolló ayer la asamblea ordinaria en la en la ciudad de Ibagué, abordando con especial empeño la crisis sindical y las perspectivas de superarla, ad portas de dos eventos importantes de carácter nacional en esta materia: El encuentro nacional alternativo al congreso de la Cut a desarrollarse en Bogotá durante los días 11 y 12 de septiembre y el VI congreso nacional de la Central Unitaria de Trabajadores, Cut, a desarrollarse en Santa Marta, del 24 al 26 de septiembre.



La crisis es bastante completa y compleja al interior del sindicalismo no solo en el contexto nacional y al interior de la Cut, sino también en el contexto internacional. Urge de una lectura meticulosa y dialéctica para poder determinar las causas y así poder establecer propuestas de solución.


Lo primero que hay que determinar es que la crisis no se puede mirar por simple abstracción, hay que mirar la problemática en conjunto partiendo de la dinámica del “nuevo” rostro del sistema capitalista. Sus nuevos artilugios que emplea para existir y contrarrestar la lucha sindical de los trabajadores y las trabajadoras, que en escaso 4 por ciento se encuentran sindicalizados en el caso particular de Colombia.


En ese contexto se tuvieron en cuenta dos elementos centrales para la discusión: La desintegración de la Urss y el sistema capitalista neoliberal.


Desintegración de la Urss


El triunfo de la revolución socialista de Rusia en octubre de 1917, se constituyó en un acontecimiento histórico para el Proletariado. Era el primer Estado dirigido por el pueblo, en esta oportunidad bajo el liderazgo del camarada V.I. Lenin y del pueblo abnegado que venció el fascismo a un precio muy elevado por cuanto se afirma que murieron más de 20 millones de soviéticos en esta cruzada por la paz y el socialismo.  Así nacía el primer Estado Socialista en el planeta.


Rápidamente este país se desarrolló y nuevos procesos similares se dieron dando origen a lo que se solía llamar la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Urss. Se constituyó rápidamente en contrapeso a los Estados Unidos, fiel representante de la burguesía a nivel mundial.


El mundo pasó a ser bipolar. El poder del Socialismo que estaba a la ofensiva puso en jaque al capitalismo y los obreros del planeta lograron ciertas reformas importantes aprovechando la coyuntura histórica. Ganó en franca lid ciertas concesiones que mejoraron su estar de vida, alcanzando el sindicalismo un desarrollo importante no solo en la órbita socialista sino también en la órbita capitalista. Había estabilidad laboral, horas extras, dominicales y festivos, seguridad social, formación sindical, etc.


Desafortunadamente, se produce la desintegración de la Urss y la lamentable caída del muro de Berlín, lo cual hace que el capitalismo vuelva a la ofensiva y prácticamente el planeta vuelva a ser unipolar. Al no haber contrincante u oponente, pues el capitalismo tiene entera libertad para recortar aberrantemente los derechos adquiridos de los trabajadores debidamente sindicalizados. Es toda la contrarreforma que hoy estamos viviendo no solo en Colombia sino en muchos países del planeta.


Capitalismo Neoliberal


Lenin hablaba del imperialismo como fase superior del capitalismo. Es lo que se ha venido presentando a partir de la década de los 80s cuando el sistema capitalista se transnacionaliza en el marco del modelo neoliberal. En términos coloquiales podríamos decir que antes sabíamos dónde estaba la burguesía hoy, no sabemos dónde vive. La única certeza es que se desarrolla en forma monstruosa superando fronteras nacionales en contra de los pueblos y en contra de la naturaleza.


La expansión neoliberal no solamente alcanza la alteridad económica, sino también la política, la social, la ideológica, la cultural y la ambiental. Irrumpe como un cáncer que ataca en todas direcciones dejando efectos negativos e incluso, apocalípticos. En esa dinámica dañina, pues el sindicalismo no es la excepción. Es decir, también ha sido permeado por todos los lastres que trae consigo el neoliberalismo.


Otros fenómenos


Hay por supuesto otros fenómenos reales que explican claramente la crisis sindical en el caso particular de Colombia: La criminalidad militar – paramilitar, la cooptación que hace a diario el régimen capitalista, la baja formación intelectual y ética del sindicalista, la debilidad ideológica y política, la falta de conciencia social y de clase, etc.


El camarada Miguel Antonio Caro ubica los inicios de la crisis sindical en Colombia a partir de la década de los 90s del siglo XX. Fecha que coincide más o menos con la caída de la Urss. Ha sido una crisis de largo aliento que aún no se ha podido superar, precisamente, por el auge inusitado de las fuerzas infernales del capitalismo altamente transnacionalizado.


La Cut surge en 1986, con una perspectiva clara: Impulsar la organización y la unidad de los trabajadores, tanto del campo como de la ciudad. También se proyectó en esa oportunidad la construcción de grandes sindicatos por ramas industriales y de los servicios. Se tomaron decisiones importantes con claro criterio clasista. Era una época de empuje importante.


Toda esa estantería se vino a tierra. La Cut perdió el horizonte y se llenó de vicios incluso, peores de los que utiliza con frecuencia la burguesía. A eso hay que sumar la racha de asesinatos de sindicalistas a manos del militarismo y el paramilitarismo. Se incuba el sindicalismo patronalista y conciliador. Se negocia con el fuero sindical como cualquier mercancía, surge la politiquería, el fraude electoral, el personalismo y el sálvese quien pueda. Se abandonan los principios revolucionarios y clasistas del sindicalismo.


Surgen fenómenos frecuentes como el desempleo, la inestabilidad laboral, la deslaboralización de las relaciones del trabajo, la tercerización laboral, la campaña de exterminio, el deterioro de la negociación colectiva, la cooptación, etc. Todo eso ayuda a minar la capacidad sindical en el país. 


Perspectivas sindicales


Si bien es cierto la crisis es compleja, no fácil de superar, no es para arriar las banderas sindicales y claudicar. “Aún la nave del olvido no ha partido”, dice la canción. Un análisis escueto con criterio crítico y autocrítico puede ayudar a direccionar la principal central obrera de Colombia: La Cut. 


Colocar en blanco y negro su crisis estructural con amplitud, argumentación, amplia democracia y participación, puede ayudar inmensamente a tomar el camino correcto de la lucha sindical clasista en Colombia. No es argumentar para justificar los errores como se resuelve la problemática. Al contrario. Yendo al fondo del problema con el mayor realismo es como se puede avanzar hacia la recuperación de ese sindicalismo consecuente, organizado, combativo, con mística y sobre todo con conciencia social y de clase. Se debe escuchar a la base. Saber hablar, pero también saber escuchar.


La Cut debe ser objeto de reforma estatutaria. Hay que facilitar la participación de la base en la toma de decisiones. Eso implica eliminar el burocratismo, el personalismo y la corrupción en todas sus formas y manifestaciones.


La Cut debe estar de pies y manos con el tema de la paz, los diálogos de la Habana y con los elenos. La lucha por la defensa del ambiente, la lucha política por la construcción del Socialismo en Colombia, pasando por la democracia y la defensa de la soberanía nacional y la soberanía alimentaria. Debe luchar en la desmilitarización del país y persistir en la defensa de la clase obrera.




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