Mediante comunicado público que viene circulando en las redes sociales, el paramilitarismo autodenominado “Águilas Negras, bloque Capital D.C. comando occidente, ratifica su presencia criminal en el departamento de Tolima, amenazando a líderes y medios de comunicación.
El panfleto, que refleja la postura de la extrema derecha y el terrorismo de Estado, trata de confundir a la opinión pública y acelerar el terror entre los verdaderos líderes populares, campesinos, indígenas y de izquierda en esta sección del país.
Las alarmas las prenden los dirigentes de la Unión Patriótica en el Tolima, Marco Aurelio Prieto Aristizábal y Andrés Hernández, el primero presidente departamental de esta organización y el segundo, candidato al concejo municipal de Ibagué.
Ambos dirigentes upeístas coinciden en exigir de las autoridades competentes una investigación que permita establecer la procedencia, los autores materiales e intelectuales del panfleto.
Para el presidente departamental de la Up, dicho panfleto le genera bastantes dudas y suspicacia. “Nosotros debemos solicitar que se investigue por dos razones: 1. Los paramilitares lo dijeron y lo están haciendo; ellos ya no están amenazando, o sea, ellos están llegando a matar. 2. No es el primer comunicado de las águilas negras en el Tolima y nunca se cumplen las amenazas y, 3. Necesitamos que nos aclaren por qué la CGT o Jaime Cortés (Con todo el respeto), ha estado a manteles con María Fernanda Cabal, salen amenazados. A esto me refiero: ¿Cómo amenazan a Jaime y a la CGT si trabajan armoniosamente con el gobierno? Debemos estar alerta con nuestra gente. Ellos, pues, qué lideran en temas que sean realmente complejos, la ASI o el CRIC, qué le están haciendo de contrapeso al gobierno: Nada. Jorge Enrique Cardozo director de CORTOLIMA es una persona que trabaja tranquilamente con el establecimiento. Es decir, solicitar la investigación y como dice Andrés: No bajar la guardia. Solicitar a la opinión pública que investigue, porque contrasta mucho con que estén levantando esquemas de la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano”.
Subraya: “Mire lo que a mí realmente me asusta: ¿Qué pasó en Cauca en estos días y qué pasó en la zona del Catatumbo? Llegaron unas amenazas contra unos supuestos líderes del Polo Democrático, gente que dejó de trabajar hace mucho tiempo con el Polo Democrático. Se prendieron las alarmas y todo, pero, ¿A quién terminaron atacando? Pues, vea: A los desmovilizados, a las personas que entregaron las armas. Entonces uno queda en esa vaina: Bueno, ¿son reales? Y si son reales, Por qué y si no son reales, entonces ¿a qué juegan? Porque es muy complicado que siempre que hay elecciones aparezcan esas amenazas. ¿Por qué siempre que hay elecciones? Y nosotros tenemos que estar pendientes de nuestra gente, claro, por eso se ha hecho el ejercicio de interlocutar con todo el mundo, pero dejan inquietudes, hermano, dejan muchas inquietudes”.
Por su parte, Andrés Hernández, indicó: “Creo que más allá de decir a quienes están amenazando, es solicitar una investigación, porque sí es preocupante que se estén dando estas cosas; afortunadamente, Ibagué no ha sido tocado, pero, para nadie es un secreto el reagrupamiento que viene haciendo esa gente en el sur de Ibagué. Toca estar en la juega y creo que elevar garantías para nosotros quienes estamos haciendo el ejercicio político porque es bien complejo”.
El panfleto tiene una fuerte amenaza contra los medios de comunicación que se atreven a denunciar las acciones perversas del Estado contra el pueblo. Estos medios son, principalmente, los medios alternativos, por cuanto los medios masivos son defensores a ultranza del establecimiento. Eso está claro en la conciencia del pueblo colombiano.
El panfleto
El contenido del panfleto es el siguiente: “Informamos a la opinión pública tolimense que continuamos haciendo presencia militar y política y seguimiento en el departamento y no permitiremos el avance subversivo en regiones importantes para el país como el cañón de las hermosas, Coyaima, Ataco, Planadas, Rioblanco, Roncesvalles, regiones que históricamente fueron cooptadas por el terrorismo y que hoy disfrazadas de “organizaciones sociales” como el cabildo indígena de Amoyá, la ACIT, Fanal CGT, entre otras, vienen promoviendo tomas de tierra, reuniones subversivas en veredas y pueblos impulsando las llamadas consultas previas a los supuestos líderes sociales Botache, Ancizar Ibarra (Bristol), Jaime Cortéz, Edwin Medina, Rigoberto Quijano”.
“Con la complicidad de altos funcionarios como Jorge Enrique Cardozo director de Cortolima por tal razón son declarados objetivo militar y enviamos a nuestras tropas un llamado a que se realicen acciones que eviten el avance de esta parranda de hijueputas guerrilleros solapados que hoy se hacen llamar líderes sociales escuchamos a periodistas y medios de la capital tolimense haciendo eco a estas propuestas los invitamos a cerrar sus micrófonos y sus bocas y evitar ser ajusticiados por nuestra organización no permitiremos que esta zonas vuelvan a ser tomadas por estas organizaciones izquierdistas. Por una Colombia libre de guerrillas.
Misión conjunta bloque capital d.c. comando occidente águilas negras”.
Contexto
De acuerdo a los debates que ha venido desarrollando la oposición en el Parlamento, al régimen uribista vigente con el disfraz del monigote Iván Duque Márquez, el paramilitarismo con nombres como águilas negras, AUC, no existen en el país. Lo que hay es una política de Estado diseñada por recomendación de la CIA y que aparecen muy claros en los diversos documentos de Santa fe, encaminados a impedir el desarrollo democrático de la oposición en Colombia.
Así podría decirse que el paramilitarismo es un sector del militarismo disfrazado cuya misión es adelantar la guerra sucia y contrainsurgente. Su misión: Sacar del camino a los líderes y al pueblo colombiano que se atreven a criticar el modus operandi del régimen descompuesto por el narcotráfico y se atreven a proponer un sistema humano, democrático e incluyente. Esta infeliz práctica no se desarrolla en alcantarillas, se desarrolla desde perfumadas oficinas y entes que se suponen están para defender la vida y honra de todos los ciudadanos. Tampoco actúan aisladamente, tienen su partido y su estructura orgánica.
Iván Cepeda Castro y Gustavo Petro Urrego, han adelantado sendos debates en el parlamento colombiano, demostrando con pelos y señales este fenómeno y los directos nexos con la clase dominante, grandes terratenientes, banqueros, funcionarios del Estado y oligarcas, que vienen devorando las riquezas del pueblo colombiano. La senadora Aída Avella Esquivel, de gira por el Tolima, no dudó en afirmar que el departamento está invadido por el paramilitarismo y que desde sus cuarteles vienen cobrando dineros de los bancos.
De igual manera, se ataca la libertad de prensa. Dicho panfleto ordena callar y que no se diga nada de lo que viene ocurriendo en el departamento y en el país. Se pretende imponer una vez más la ley del silencio a sangre y fuego, atemorizando fundamentalmente a los medios alternativos de comunicación. Esa postura hay que rechazarla y exigirle al gobierno nacional elementales garantías de seguridad para todos los periodistas y comunicadores sociales. No son simples amenazas. En la última semana, dos periodistas fueron asesinados en Colombia. Es más: Hace rato casi todos los medios alternativos que hay en el Tolima se encuentran amenazados de muerte. Sin tener pasta de mártir hay que decir que el camino correcto no es callar, sino redoblar la denuncia, la unidad del pueblo y la movilización. Hay que rechazar la postura del Centro Democrático de hacer trizas los acuerdos de la Habana y estimular así la violencia, hay que levantar la bandera de la paz, la concreción del acuerdo de la Habana y el apoyo incondicional a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). El miedo no nos puede inmovilizar.
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