lunes, 10 de junio de 2019

Cúcuta: “La República independiente de los Paracos”

Gráfica.- Prensa Cuatro F/ Víctor Hugo Majano
Por Nelson Lombana Silva

Cúcuta, Norte de Santander, tierra otrora de los Motilones, hoy se encuentra a merced del paramilitarismo. Según Renán Vega Cantor, esta capital de departamento, límite con la hermana República Bolivariana de Venezuela, es considerada “la capital independiente de los Paracos”. Al parecer, su dominio es absoluto en esta ciudad y sitios como Villa del Rosario. No se mueve la hoja de un árbol sin su consentimiento con la complacencia plena del gobierno nacional.


No es raro, si se tiene claro que el paramilitarismo como política de Estado sigue vigente, como sigue vigente el gobierno del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez. Iván Duque Márquez apenas es un arlequín que cumple órdenes al pie de la letra.

En la Parada, zona limítrofe, se mata gente a diario por deporte. El ejército paramilitar se mueve por Villa del Rosario como pedro por su casa. Patrulla y decide sobre orden público. El ejército y los CAI de Policía son sus amanuenses, sus guardaespaldas. Este pintoresco lugar, está pegado a la capital del departamento Norte de Santander. Al frente las hermosas tierras venezolanas.

Cúcuta, ha sido destacada por Estados Unidos, como cuartel general para agredir a la república bolivariana de Venezuela. Por eso, se encuentra minada de delincuencia de todos los pelambres: CIA, DEA, Paramilitares, delincuencia común, policía secreta, etc. Cada una de ellas cumple con la misión de agredir la hermana república venezolana, sembrar el terror y muerte en calles, avenidas y sitios circunvecinos como la hermosa Villa del Rosario.

Si bien es cierto el paramilitarismo no es de ahora, sí es cierto que se ha exacerbado en los últimos tiempos. Todos los habitantes de esta región lo saben y se ven precisados a soportar esta dictadura so pretexto de preservar el hilacho de vida.

Dice Renán Vega Cantor: “El dominio paramilitar en la ciudad es casi absoluto, ellos son los que gobiernan la ciudad e incluso uno de sus ex alcaldes desde una cárcel de Bogotá ha seguido gobernando. Un buen número de los taxistas que circulan por la ciudad exhiben calcomanías de Pablo Escobar y la figura de este capo adorna la principal discoteca. En ese lugar han sido asesinados estudiantes, profesores, jueces independientes, defensores de derechos humanos, dirigentes sindicales y campesinos”.[i]  

Subraya: “En Cúcuta, para completar su desgracia, reina el poder paramilitar, hasta el punto que se le conoce como “la República Independiente de los Paracos”.[ii] El escenario es desconcertante todo con la complicidad de las autoridades del orden municipal, departamental y nacional. Es decir, al parecer el paramilitarismo se encuentra “legalizado” en Colombia y en esta capital limítrofe muy especialmente.


Cúcuta la pobreza absoluta alcanza el 8.5 por ciento.- Foto: Internet

Ciudad carcomida por la pobreza

El cuadro estadístico que ofrece el famosísimo escritor y pensador Renán Vega Cantor de la ciudad motilona resulta dramático y desconcertante. Una ciudad de 750 mil habitantes, el 40 por ciento de cada cien no pueden cubrir sus gastos básicos; el rebusque está tasado en el 70 por ciento; la pobreza raya en el 40 por ciento de la población, es decir, 281.000 personas aproximadamente.

Es más: La pobreza absoluta alcanza el 8.5 por ciento, o sea, 60 mil personas. Cúcuta es considerada la ciudad con mayor exclusión a nivel nacional. Al parecer solo el 1 por ciento se desempeña en actividades lícitas, las cuales están relacionadas con el contrabando de mercancías venezolanas como gasolina, alimentos y medicamentos.

La precariedad del cucuteño resulta alarmante. Solo el 25.32 por ciento tiene acceso al agua potable; el 74.68 por ciento recurre a fuentes hídricas de origen ilegal. El déficit habitacional está calculado en 60 mil viviendas. El 90 por ciento de los pobres se concentran en cinco barrios de tugurios. El desempleo reconocido oficialmente es del 17 por ciento; en las calles laboran diariamente en promedio 15 mil menores de edad.

Esa es la cruda realidad del cucuteño. Los contrastes dramáticos propios del régimen capitalista en una ciudad hermosa suavizada por un viento acogedor y apacible. Una ciudad sacudida por la violencia orquestada en las alturas del poder. Recuerde que en esta región funcionaron los hornos crematorios dirigidos por el paramilitarismo y un sector del militarismo, convirtiendo en cenizas a cientos y cientos de líderes de izquierda, defensores de derechos humanos y demócratas amantes de la paz con justicia social.

Plataforma para agredir a Venezuela

Cúcuta fue designada por Estados Unidos como plataforma central para agredir directamente a la hermana República Bolivariana de Venezuela. Su lanzamiento oficial fue el 22 de febrero de 2019, con el gran concierto de la muerte. Cantantes adictos al paramilitarismo y a los Estados Unidos concurrieron con la única finalidad de suavizar el intento de invasión orientado y dirigido por Estados Unidos.

Desfilaron por allí cantantes cadáveres como José Luis Rodríguez, “el puma”, Carlos Vives, Poncho Zuleta, Silvestre Francisco Dangond Corrales, el considerado: “El paramilitar del vallenato”, entre otros. Impulsados por los dólares de Miami se prestaron a las ambiciones del imperialismo.

También desfilaron por Cúcuta: USAID, considerada la ONG de la CIA, el criminal Elliot Abrans, Luis Almagro, el secretario de la OEA; Sebastián Piñera, presidente de Chile; Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay, Iván Duque Márquez, presidente colombiano; Juan Guaidó, el payaso de los gringos; el embajador de Colombia en Estados Unidos, “Pachita” Santos,  etc.

Con todos estos personajes siniestros, más otros que actuaban clandestinamente, el paramilitarismo y el militarismo reaccionario, se lanzó a Cúcuta como ciudad plataforma de agresión a la República Bolivariana de Venezuela. Ni un dólar para sacar al pueblo cucuteño de la pobreza y mendicidad, todos para agredir a la patria de Bolívar y de José Antonio Anzoátegui.

Colombia: Denuncian presencia paramilitar en el Norte de Santander

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