El dicho popular en Colombia dice que más fácil cae un mentiroso que un cojo. La gran mentira del títere de Uribe, sobre la hermana república bolivariana de Venezuela, una vez más cae estrepitosamente. Las frías cifras no se equivocan y señalan a las anchas la realidad de dos países hermanos bolivarianos que las oligarquías de ambos países y Estados Unidos, insisten en dividirnos y enfrentarnos.
Los hechos concretos y tangibles permiten establecer quién es quién, en esta lucha por darle continuidad al hermoso proceso revolucionario iniciado por Bolívar y Anzoátegui, entre otros. Mientras los medios de comunicación, cumpliendo fielmente los libretos de la CIA y las oligarquías, insisten en que la hermana república se está muriendo de hambre y necesidades, los hechos demuestran exactamente lo contrario. Quien realmente se está muriendo de hambre y múltiples necesidades es el pueblo colombiano. Millones y millones han tenido que salir en estampida hacia otros países en busca de una segunda oportunidad sobre la tierra como la estirpe de los Buendía en Cien Años de Soledad, obra insigne del nobel, Gabriel García Márquez.
Para la república bolivariana de Venezuela lo prioritario es el pueblo, por eso, el proceso revolucionario priorizó dos campos fundamentales desde el principio del movimiento fundado por el comandante Hugo Chávez: La educación y la salud. Todo proceso real y objetivo parte de estas dos premisas. Un pueblo educado tiene capacidad de crítica y autocrítica, no come entero y manda al carajo la mentira y la burda explotación del hombre por el hombre. Igualmente, un pueblo con salud, se mueve, pelea y exige sus derechos. Así, lo hicieron Fidel Castro en Cuba, Daniel Ortega en Nicaragua, Evo Morales en Bolivia y Nicolás Maduro Moros en Venezuela.
Al contrario, en Colombia la educación y la salud son dos campos en vía de extinción. El gobierno a diario coloca todo tipo de trabas para que el pueblo no se eduque, ni conserve la salud. La ley 100 de 1993, obra del “insigne” Álvaro Uribe Vélez la convirtió en simple mercancía al alcance de la gran oligarquía. Esta ley ha matado más ciudadanos que la misma violencia. La educación también es hoy por hoy una mercancía lujosa al alcance de muy pocos. Con razón decía Gaitán: “El gobierno quiere un país paria e imbécil”, es decir, un país enfermo que no piense y sea fácil manipular.
Las cifras claras
Para mejor ilustración miremos las cifras, ellas nos ponen en contexto lo que venimos diciendo: El informe de Migración Colombia, comunicado oficial fechado 2 de mayo de 2019, señala que en Colombia hay 1.260.594 venezolanos. De esta cifra total, 770.975 se encuentran de forma regular, legal.[i]
La cifra rechaza categóricamente la sensacionalista versión mediática que dice que Colombia está literalmente tomada por los vecinos bolivarianos. Y la cifra se hace más ínfima aún, cuando la estadística real señala que en la hermana república bolivariana de Venezuela hay más de 5.600.000 colombianos trabajando, produciendo y viviendo dignamente. En estos días, precisamente, el presidente Maduro, le tomó el juramento hipocrático a 29 colombianos que se graduaron como médicos.
La mayoría de venezolanos que ingresaron al país fueron engañados por el gobierno de Uribe que preside Duque, con el único propósito de desprestigiar el proceso revolucionario venezolano y al gobierno bolivariano, les pintaron pajaritos de oro y mil promesas más, mientras las cámaras de la burguesía filmaban la salida. Después sálvense como puedan. Solamente los necesitaba el gobierno para esa obra de teatro de mala calidad por cierto.
Cientos y cientos de personas que llegaron ilusionadas, rápidamente se desinflaron, muchas de las cuales han regresado gracias a la generosidad del presidente Nicolás Maduro Moros y la revolución en marcha, otros vagan sin rumbo fijo, muchos durmiendo bajo los puentes o engrosando grupos delincuenciales.
Así actúa el capitalismo: No maneja relaciones humanas, maneja relaciones económicas. Con qué facilidad le miente al mundo. Mientras la hermana república bolivariana de Venezuela sigue su rumbo victorioso por la senda del Socialismo, Colombia se descompone en las alturas con la cruda corrupción, el ventajismo, la violencia y la entrega de la Soberanía Nacional a Estados Unidos permitiendo la instalación de nueve bases norteamericanas.
[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo edición número 2984. Página 13.
No hay peor CIEGO que el que no quiere ver, en este caso causada por la Ideologia, tanto allá como acá hay injusticia, pobresa y un cancer gubernamental llamado CORRUPCIÓN.
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