Unión Patriótica . Foto Nelosi |
Hace 30 años, surgió en Colombia una poderosa fuerza política encaminada a generar cambios estructurales de fondo en el país, producto de las conversaciones entre el entonces presidente de Colombia, Belisario Betancur Cuartas y el movimiento guerrillero, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, Farc – Ep. Era la respuesta democrática, popular y entusiasta del pueblo históricamente condenado a la marginalidad, que se atrevía a pensar y sobre todo a organizarse para él mismo darse su propio gobierno, su destino y su vida digna con educación, salud, vivienda digna, paz con justicia social, alimentación, vestuario, empleo, pero sobre todo democracia real, soberanía nacional, defensa del medio ambiente, defensa de la público, respeto por la pluralidad y la diversidad, de tal manera que las minorías que es la clase oligarca, se supeditara a la mayoría que es el pueblo en general. Esa fuerza política es la Unión Patriótica, Up.
Esta poderosa fuerza política no salía de la nada. Era el acumulado de la lucha de los Comuneros, la lucha del libertador Simón Bolívar, la lucha de los indígenas contra los avaros conquistadores, la lucha del general José María Melo, la lucha de María Cano, la lucha del surgimiento y desarrollo del Partido Comunista, las ideas Socialistas de Jorge Eliécer Gaitán, el mismo pensamiento progresista de Rafael Uribe Uribe y tantos otros luchadores anónimos que hoy hay que rescatar en el proceso de conocer la verdadera historia, por cuanto nos han contado una versión tergiversada y acomodada a los intereses de la clase dominante, la clase oligarca.
La Unión Patriótica es producto de todas esas luchas, es la síntesis que se agiganta y se hace invencible e indestructible por cuanto surge de las entrañas del pueblo; sabemos que los tiranos son efímeros y los pueblos eternos. La Unión Patriótica es pueblo por esencia, por eso, es indestructible. La clase dominante oligarca intentó por todos los medios eliminarla pero no pudo porque la Unión Patriótica sigue firme y consecuente con los intereses de los citadinos, los campesinos y los indígenas. Utilizó distintos planes de exterminio concebidos en Estados Unidos y desarrollados al pie de la letra por los gobernantes de turno, como el Plan Baile Rojo, el Plan Golpe de Gracia, el Plan Esmeralda, planes ejecutados por el binomio militar – paramilitar, con el apoyo de ganaderos, terratenientes, latifundistas, banqueros, etc. Los medios masivos de comunicación se prestaron con su incomunicación y tergiversación de la información, se prestaron para estigmatizarnos y marcatizarnos de una manera infame y deshonesta, práctica que continúa vigente en grado sumo. En esa oleada de violencia en todo el territorio nacional, cayeron villanamente asesinados cinco mil de sus mejores dirigentes, amigos y simpatizantes, hombres y mujeres. La clase dominante se sintió impotente para controvertir las tesis programáticas de la Up, acudiendo al exterminio, al genocidio, único en su género a nivel mundial. Pero, a pesar de ese baño de sangre contra el pueblo por el simple hecho de pensar y soñar con un país justo y humano abierto a todos y todas, sin privilegios de ninguna naturaleza, la Unión Patriótica sigue viva, consecuente con el pueblo, defendiendo sus intereses de clase sin vacilaciones de ninguna naturaleza, con la frente en alto, con dignidad y con profundo sentimiento patriótico, nacionalista e internacionalista.
Bajo estos postulados, la Unión Patriótica quiere llegar a toda la ciudadanía de la ciudad y del campo ibaguereño con el mensaje fresco de la unidad, la organización y la acción colectiva en aras de construir una ciudad democrática, justa, humana, participativa, honesta, ordenada, educada, con sentido de pertenencia, con empleo, movilidad, defensa de lo público como el Ibal, la universidad del Tolima, la red hospitalaria, especialmente el Federico Lleras Acosta, el medio ambiente, un plan de ordenamiento territorial, POT, acorde con las ciudades del siglo XXI, y al alcance de todos y todas sin privilegios de ninguna naturaleza.
Todos estos anhelos se cristalizan solo en la medida en que el pueblo de la ciudad y del campo se decide a pensar por sí mismo a romper con el analfabetismo político y a asumir una posición crítica y propositiva. Rompe con la quietud, la indiferencia y las ataduras de los aparatos ideológicos y represivos que utiliza la clase dominante para que el pueblo se organice y se politice que no es otra cosa que entender que la problemática del pueblo solo la resuelve el pueblo, debidamente organizado y consciente. Es decir, consecuente con los intereses de la clase oprimida y explotada de la cual hace parte.
La propuesta programática que hoy les hace la Unión Patriótica a los habitantes de la ciudad y del campo de la ciudad musical de Colombia, Ibagué es la siguiente:
1. La paz y la defensa de los diálogos de la Habana (Cuba): Los ibaguereños no podemos cruzarnos de brazos y esperar que los diálogos de paz que se vienen desarrollando en la Habana (Cuba) arrojen sus frutos a favor del pueblo. Debe participar activamente de distintas maneras. Entre otras: Exigiendo que las partes no se paren de la mesa hasta que no haya un acuerdo firmado a satisfacción de las partes, exigiendo un cese bilateral del fuego ya, desenmascarando a los candidatos de la guerra que hoy se visten de oveja y también hablan de “paz”. Entender que la paz para el pueblo es vital, mientras que para la clase oligarca es un negocio la guerra. Entender que nos duele que caigan soldados, policías y guerrilleros, pues todos estos pertenecen al pueblo. Con razón decía Aída Avella Esquivel: “La guerra se acabará el día que los hijos de la oligarquía y de los generales tengan que ir al frente de batalla”. Debemos exigir la paz con justicia social, es decir, con cambios estructurales.
2. Defensa del medio ambiente y soberanía nacional: La naturaleza en su conjunto está en inminente peligro, gracias a las políticas imperialistas de los Estados Unidos y el gobierno nacional. La megaminería a gran escala es letal, atenta directamente contra el medio ambiente. Tenemos que rechazar las multinacionales y transnacionales del suelo ibaguereño, especialmente la Anglo Gold Ashanti. Hay que defender el Cañón del Combeima, defender el agua, la soberanía alimentaria y la soberanía nacional. Cajamarca debe seguir siendo la despensa agrícola del Tolima, nuestros recursos naturales deben seguir siendo de los ibaguereños y no de transnacionales que vienen por ellos, acabando con la naturaleza en su conjunto. Hay que actuar ahora, antes que sea demasiado tarde. Ibagué debe ser de los ibaguereños.
3. La defensa de lo público: Hay que luchar porque lo público sea público, esté al alcance de todos y todas y sirva para el bienestar del pueblo ibaguereño en su conjunto. Los bienes públicos no pueden estar al alcance de unos pocos privilegiados. Hoy tenemos que defender el Ibal, la red hospitalaria, especialmente el hospital Federico Lleras Acosta, la Universidad del Tolima, defender el Sena, el ICBF, el campo y los campesinos, el mínimo vital de agua para los estratos 1, 2 y 3, el pequeño y mediano transportador, etc. Como bien es sabido todo está en la mira de ser privatizado.
4. Defender y apoyar la unidad del pueblo Ibaguereño: Mientras el pueblo no se una y asuma una posición crítica y consecuente, los cambios reales serán imposibles. La unidad es el único camino para alcanzar cambios reales en la ciudad de Ibagué. Por eso no se puede parcelar la lucha, por el contrario, hay que unirla con grandeza y conciencia de clase. No se puede separar la lucha reivindicativa de la lucha política. Es decir, separar la lucha de los ambientalistas, de las comunidades LGTB, de los campesinos, de los artistas y cultores, de los indígenas, de los estudiantes, de los sindicalistas, de la salud, de la educación, de los transportadores, de los medios de comunicación, de las mujeres, de los lisiados, etc de la lucha política. La razón es elemental: Todas esas situaciones complejas e injustas que padece el pueblo son producto de decisiones políticas. Así las cosas, no se puede ser consecuente al decir que defiende el medio ambiente, pero en las elecciones apoya a los candidatos que apoyan a las multinacionales y transnacionales.
5. Valorar el voto o sufragio: Para nadie es un secreto que las campañas electorales en la ciudad son verdaderos campeonatos de insultos y calumnias, mentira, circulación de dineros de dudosa procedencia, maquinarias bien aceitadas y promesas irrealizables. Cada modesto empleado tiene que conseguirse un número determinado de votos, de lo contrario, será despedido inmediatamente. Los medios de comunicación traicionan su misión de informar y se convierten en caja de resonancia del que mejor paga. Surge la amenaza y la estigmatización. Honestamente un candidato del establecimiento no gana libremente una elección, sencillamente la compra, la hace mercancía triplicando su valor. Aprovechan el analfabetismo político, la necesidad del pueblo, para comprar el voto a través de comilonas, prometiendo empleo, en efectivo o atemorizando. Además, quien cuenta elige como dijera el padre Camilo Torres Restrepo. Ante eso, la Unión Patriótica llama a todos los ibaguereños a valorar su voto, a votar a conciencia, a votar por programas y no por personas que están comprometidas con la corrupción y la clase dominante. Si el pueblo colombiano hubiera votado libre y conscientemente, estaría gobernando y Colombia sería distinta.
6. Palabras finales: Este manifiesto político de la Unión Patriótica que hoy dirige al pueblo Ibaguereño, tanto de la ciudad como del campo, se constituye en una proclama, pero también en un llamado a la unidad de la izquierda alrededor del Frente Amplio por Paz, la defensa de la Soberanía Nacional y la construcción de la Democracia. Es un fraternal llamado a luchar para que la izquierda supere la etapa de la oposición y se convierta en opción de poder. El llamado fraternal a los intelectuales, a los profesionales, a los líderes comunitarios, a los filántropos, a los artistas, a los deportistas, a los estudiantes, a los discapacitados, a los periodistas, a los jueces de paz, a los docentes, a los campesinos, a los indígenas, a todos y todas, a los presos políticos, a los desplazados, a los amenazados, a romper con la clase dominante y asumir una posición crítica, consecuente con los intereses del pueblo ibaguereño. La Unión Patriótica es la bandera inmaculada que debe ondear en el corazón de todos y todas como una esperanza, una segunda y definitiva independencia de los imperios como Estados Unidos. La Unión Patriótica llama a los campesinos a cerrar filas en la defensa del agua, su territorio, las vías, la comercialización de sus productos a precios justos, centros de acopio, eliminación de los intermediarios. Por la dignidad de los campesinos: ¡Adelante!. Por la paz con justicia social: ¡Adelante! Por la defensa del medio ambiente: ¡Adelante! Por la unidad: ¡Adelante! Por la juventud: ¡Adelante! Por la mujer: ¡Adelante! Por la tercera edad: ¡Adelante! ¡Venga esa mano Ibagué!.
Compañero, compañera: Es mucho lo que hay que hacer por la ciudad musical de Colombia, Ibagué. La Unión Patriótica lo invita y la invita a participar del cambio real que necesitamos todos los ibaguereños y no ibaguereños que habitamos esta ciudad. Lo invita la Up a asumir una posición política, consecuente con los intereses del pueblo. ¡Unidos seremos fuertes e invencibles!
Lo esperamos en la sede municipal: Calle 20 No. 6 – 74 barrio El Carmen, Ibagué – Tolima. Celulares: 310 761 95 49, 316 223 69 46, 314 322 86 68, 320 481 64 81, 317 710 28 08.
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