
Foto del perfil de Primicias Ecuador
Por Agamenón
El catastrófico resultado electoral presentado en la hermana república de Chile que da como ganador de las elecciones presidenciales al ultraderechista, José Antonio Kast, prende las alarmas una vez más en el continente, por el impacto negativo para los pueblos que esto genera.
Un ferviente adulador del triste célebre dictador Augusto Pinochet Ugarte, llega al Palacio de la Moneda, con las propuestas más absurdas de violencia descarnada contra los migrantes y simpatizantes de la izquierda. Duros momentos le esperan a la patria de Salvador Allende, Pablo Neruda y Gabriela Mistral. El fascismo ha retornado al poder.
Al parecer, contribuyó a la tragedia la pobre gestión del presidente saliente, Gabriel Boric, que timorato llegó al poder con el apoyo de la izquierda y sectores democráticos y gobernó con la derecha, haciéndole graves concesiones a ésta. Fue cobarde y ambiguo de principio a fin. Hizo uso de la teoría del violín: Se apoyó en la izquierda y tocó con la derecha.
El nuevo Pinochet para la hermana república de Chile, tuvo el respaldo del 58.17 por ciento con un total de 7.252.831 sufragios dentro de un total general de 13.417.475 votos. Ganó en las 16 provincias, se posesionará el 11 de marzo de 2026.
Admirador de Adolfo Hitler y el fascismo, también es Xenófobo y enemigo de las migraciones. Seguramente, contó con el aval de Estados Unidos en su proyecto férreo de recuperar para sus intereses imperialistas el considerado patio trasero.
Sin lugar a dudas, esta elección se constituye en un tras pies para los sectores democráticos y progresistas del continente Latinoamericano. La gran lección: Los procesos deben ser radicales y no ambiguos. Gabriel Boric, desde su posesión como jefe de Estado, dejó entrever el tramojo. No tuvo un discurso consecuente y directo, claro y conciso. Se fue por las ramas oscuras de la ambivalencia, la duda, la inseguridad y la conciliación de clase.
Con otros sucesos que se han venido presentando en el continente, podría uno preguntarse si el péndulo de la historia vuelve hacia la derecha, momentáneamente, en el continente. Podría ser. Sin embargo, la manifestación más clara es la dura batalla ideológica y política que se viene librando. La enseñanza principal: No es fácil derrotar el pensamiento neofascista de la derecha y extrema derecha en este continente, pero, tampoco imposible. Los procesos se dan con sobresaltos, con avances y retrocesos. El pueblo chileno sabrá sortear este trago amargo del retorno del fascismo al poder. Vencerá.
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