sábado, 27 de enero de 2024

Apoyar la diferencia

Foto: Internet

 Por Agamenón

“No habíamos tenido un presidente como Petro”, dijo don Pedro desprevenidamente. Un conservador de raca mandaca que no tiene inconvenientes en reconocer la brillante labor que viene desarrollado el presidente del Pacto Histórico.

Por su parte, el vendedor de líchigo frena su carreta con entusiasmo para decir que ahora sí el presidente Petro está con los pobres. “Por estos días, dijo, comenzará a pagar más de $240 mil pesos a los más pobres”. Me mira sonriente y dice: “Es cierto lo que dice usted, los medios de comunicación no hablan bien del presidente, todo es lo negativo. Usted me dio la clave: Esos medios son de los grupos Santodomingo y Carlos Ardila Lule, qué van a hablar bien del gobierno”, dice sin dejar de reír.

Miro al vendedor con entusiasmo. “Me parece bien que esté entendiendo el juego sucio de la oligarquía. El día que estas máquinas mediáticas hablen bien del presidente del cambio, es porque la está embarrando, mientras esto no suceda, todo bien, todo, bien, como diría el Pibe Valderrama”.

El vendedor ambulante se frota sus encalladas manos y después de venderme dos bolsas de limones, se marcha con entusiasmo. Lo veo alejarse y siento espacial alegría de oír a un modesto vendedor admirando la gestión del gobierno nacional a pesar de la aberrante incomunicación.

Considero que los comunistas y demócratas en general, en vez de sostener y alimentar eternas discusiones, muchas de ellas bizantinas, se debería prodigar a fondo a crear conciencia en la masa popular. El pueblo está desinformado a merced de unos medios de incomunicación que buscan por todos los medios imponer la matriz de la oligarquía.

Resulta más productivo jornadas en los barrios y veredas del país con un discurso sencillo y práctico llegando al pueblo que enconadas discusiones filosóficas e ideológicas buscando quien descresta a quien y así sentirse amo y señor del pensamiento y de la supuesta verdad revelada.

La hojita volante debe estar presente nuevamente en la gran batalla ideológica, presentando la obra del gobierno del cambio y la necesidad de fundamentar la unidad de las masas. Romper ese mensaje único y alienante de la gran prensa, resulta tarea de primer orden que tenemos que eliminar todos y todas con la práctica permanente, donde estemos y con quien estemos.

Hay que apartarnos de esos “revolucionarios de pacotilla” que lo son por horas o por sacar dividendos personales de alguna coyuntura. Muchos y muchas no tienen escrúpulos en decir que son “comunistas”, simplemente porque hay una ministra del trabajo comunista o el presidente Petro es Progresista. Y muchos están ahí infiltrados con ropajes izquierdosos, pero seguramente mañana, estarán en la otra orilla sin sonrojarse.

El Pacto Histórico se debe robustecer. Los comunistas estamos en el deber de contribuir en ese proceso unitario por cuanto se entiende que hay que radicalizar el proceso y masificarlo. El proceso que han iniciado Gustavo Petro y Francia Márquez, debe fortalecerse en el tiempo y en el espacio. Pero, esto no se da con el simple deseo, se da con trabajo, organización y compromiso revolucionario.

Así, pues, dejemos tanta “cháchara” y manos a la obra. Fortalezcamos las células y los centros con teoría y práctica, permanente. Decir menos y hacer más, es la consigna del momento. Apoyemos la diferencia.

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