Por Nelson Lombana Silva
La segunda sesión del taller que se viene dictando a los bibliotecarios y bibliotecarias de la Red Municipal de Bibliotecas Públicas de la ciudad de Ibagué, Tolima, en la biblioteca Soledad Rengifo, regentada por Hernán Ruiz, uno de los bibliotecarios mejor preparados en esta red, sigue desarrollándose con rotundo éxito. La puntualidad de parte y parte merece destacarse de entrada.
Nuevamente una clase amena, didáctica, expresada en ejemplos prácticos y relevantes, acordes con la profesión y el momento cambiante. Luz Marina Varón, con su vasta experiencia en estas lides, perfectamente se mueve como pez el agua. Su rostro permanece iluminado con una sonrisa amplia, sincera y cordial. No limita la participación del auditorio. En realidad, las dos horas pasan “volando”.
En esta oportunidad, hizo énfasis en tres aspectos importantes: La motivación, la diversidad de textos y la preparación de la lectura, antes, durante y después.
La motivación, a nuestro modo de entender, es el “motorcito” que nos impulsa a una lectura eficiente, dinámica, amena, crítica y productiva. Prende los ánimos, porque estimula, anima y convence al potencial lector a devorar el contenido con placer y deleite.
El éxito de una jornada de lectura está afincado en la capacidad de motivar al auditorio de tal manera que sienta la necesidad, el interés de leer el texto, quizás de un solo estirón, como diría Rafael Pombo.
Eso implica todo un proceso debidamente sincronizado, es decir, planeado. Esa planeación debe tener tres momentos claves: Antes, Durante y Después. Entre menos se improvise mucho mejor.
El segundo aspecto, tiene que ver con la diversidad de textos. En esa lógica, cómo adecuar el texto al auditorio, pues el texto para el niño, el adolescente, el joven o el adulto mayor, será diferente. Son muchos las clases de textos. Algunos: Narrativo, descriptivo, directivo, científico, jurídico, administrativo, literario, humanístico, publicitario, digital, etc.
La dinámica para incentivar la lectura, se fundamenta en el plan, como ya se dijo. En él debe incluirse algunas estrategias básicas y fundamentales a su vez. Por ejemplo: Relacionar imágenes con palabras, inventar el final del cuento, leer cuentos personalizados, crear el horario del cuento, convertirse en booktubers, palabras locas, repasar las emociones de la historia, tener seguridad y convicción de la lectura que se está haciendo, etc.
El balance que hicieron los asistentes a esta segunda sesión, fue altamente gratificante, por la importancia del tema y su forma de plantearlo. Hacer el esfuerzo por incentivar la lectura eficiente, crítica y analítica no es fácil, pero tampoco imposible. Si minimizamos las dificultades y dimensionamos los aciertos pasamos al otro lado, a un mundo humano, arrullado por una hermosa y productiva lectura.
En esta oportunidad, hizo énfasis en tres aspectos importantes: La motivación, la diversidad de textos y la preparación de la lectura, antes, durante y después.
La motivación, a nuestro modo de entender, es el “motorcito” que nos impulsa a una lectura eficiente, dinámica, amena, crítica y productiva. Prende los ánimos, porque estimula, anima y convence al potencial lector a devorar el contenido con placer y deleite.
El éxito de una jornada de lectura está afincado en la capacidad de motivar al auditorio de tal manera que sienta la necesidad, el interés de leer el texto, quizás de un solo estirón, como diría Rafael Pombo.
Eso implica todo un proceso debidamente sincronizado, es decir, planeado. Esa planeación debe tener tres momentos claves: Antes, Durante y Después. Entre menos se improvise mucho mejor.
El segundo aspecto, tiene que ver con la diversidad de textos. En esa lógica, cómo adecuar el texto al auditorio, pues el texto para el niño, el adolescente, el joven o el adulto mayor, será diferente. Son muchos las clases de textos. Algunos: Narrativo, descriptivo, directivo, científico, jurídico, administrativo, literario, humanístico, publicitario, digital, etc.
La dinámica para incentivar la lectura, se fundamenta en el plan, como ya se dijo. En él debe incluirse algunas estrategias básicas y fundamentales a su vez. Por ejemplo: Relacionar imágenes con palabras, inventar el final del cuento, leer cuentos personalizados, crear el horario del cuento, convertirse en booktubers, palabras locas, repasar las emociones de la historia, tener seguridad y convicción de la lectura que se está haciendo, etc.
El balance que hicieron los asistentes a esta segunda sesión, fue altamente gratificante, por la importancia del tema y su forma de plantearlo. Hacer el esfuerzo por incentivar la lectura eficiente, crítica y analítica no es fácil, pero tampoco imposible. Si minimizamos las dificultades y dimensionamos los aciertos pasamos al otro lado, a un mundo humano, arrullado por una hermosa y productiva lectura.
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