sábado, 17 de septiembre de 2022

La embelecada muerte de la reina de Inglaterra

 


Por Nelson Lombana Silva

Ni los funerales de la mama grande que relata el laureado escritor colombiano, Gabriel García Márquez, fueron tan apoteósicos como el funeral de la reina Isabel de Inglaterra. En realidad, es una soberana “payasada” que merece toda la repulsa del pueblo civilizado.



Es un esfuerzo demoniaco y demencial por hacer creer en el siglo XXI, que las monarquías tienen razón de ser y merecen seguir existiendo en algunos países que se consideran “civilizados” y “cultos”. ¿Hablar de reyes, monarcas y princesas en el siglo XXI? ¡Qué horror!

Su intención es revivir el feudalismo, el esclavismo que tanto dolor le produjo y le viene produciendo a la humanidad. Las monarquías hoy por hoy, son parásitos que se tragan la mejor parte y no producen nada.

El monarca español que estuvo en la posesión del presidente Gustavo Petro, ni siquiera tuvo la diplomacia de ponerse en pie cuando la espada de Bolívar ingresó a la plaza de Bolívar. Eso dice mucho.

Sin embargo, el consumismo mediático al imponer la imagen única, dice que la reina inglesa era un súper personaje del pueblo, cuando realmente en plata blanca fue una avezada criminal. Tratan de decir que el mundo está llorando por su deceso a los 96 años de buena vida mantenida encaramada en las costillas del pueblo inglés. Es la alienación mediática que refleja el pensamiento único del imperialismo y las oligarquías nacionales.

Dichos medios masivos no tuvieron empacho en decir que era “la mujer más importante del siglo XX”. Esto para usted que es pensante causa hilaridad e indignación. Además, le agregaron dos virtudes que nunca tuvo: “Prudencia y Sabiduría”. Igualmente, “Templanza y Carácter”, nos recuerda el columnista del semanario VOZ La verdad del pueblo, Federico García Naranjo.

Desarrolló a las anchas el colonialismo y el neocolonialismo. Además, cómplice de verdaderas matanzas en distintas regiones del mundo. Muchos desplazamientos, invasora y destructora de culturas autóctonas en diversas regiones del planeta. ¡Qué sabiduría!

¡Cuántos niños murieron fruto del desplazamiento, del hambre y de las decisiones de la soberana; cuántas mujeres, cuántos jóvenes, ¡cuántos ancianos, enfermos y lisiados! Tendríamos que ser masoquistas para llorar la muerte de esta criminal de cuello blanco.

Si hoy la humanidad está en tránsito del capitalismo al socialismo, indica que el feudalismo fue superado hace mucho tiempo. No obstante, hay mentes nostálgicas que se empecinan en que subsistan rezagos de dicho sistema cuyas columnas fueron levantadas con dolor, sangre y esclavitud.

¿Quién paga ese paseo fúnebre por toda Inglaterra? El pueblo a través de los impuestos. ¡Qué derroche de esa clase reyezuela parasitaria! ¡Qué infamia! ¿Hasta cuándo? El dicho dice: No hay enfermedad que dure cien año, ni cuerpo que lo resista.

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