martes, 1 de marzo de 2022

Derrotar el analfabetismo político

 


Por Agamenón

El principal enemigo de la Democracia Colombiana es el analfabetismo político, por cuanto éste impide que el pueblo tenga criterio propio, capacidad de pensar y decidir por sí mismo. El sector afectado por esta “verdadera pandemia”, solo se limita a repetir maquinalmente la ideología de la clase dominante, la cual es publicitada en los medios masivos de comunicación y demás aparatos ideológicos propios del establecimiento.


Sí, es “una pandemia” que durante dos siglos oscuros, ha utilizado el sector burgués para llenar sus bolsillos en detrimento del pueblo colombiano. Sin embargo, ese pueblo víctima del analfabetismo político sigue apoyando a la clase dominante, repitiendo mecánicamente el discurso de los que siempre han estado gobernando a favor de sus intereses de clase y no los intereses de clase del pueblo como suelen decir en campaña con tanto aspaviento.

No resulta fácil comprender cómo diecisiete familias dominan a casi cincuenta millones de habitantes. Resulta increíble e insólito, pero cierto, terriblemente cierto.

La principal lucha que libra el Pacto Histórico es, precisamente, contra este fenómeno deplorable. Derrotar el analfabetismo político es el punto de quiebre fundamental para comenzar una nueva era, la era de la paz con justicia social.

El pueblo influenciado por el analfabetismo político es un robot, sin capacidad de análisis y comprensión de su realidad política y antropológica. Es una masa amorfa, que muy bien manipula la clase dominante para satisfacer sus avaros intereses particulares.

Romper con el analfabetismo político implica pensar por sí mismo, tener capacidad de discernir, vocación por la investigación y capacidad de cambiar de rumbo. Significa no tragar entero. En eso está empeñado el Pacto Histórico: Erradicar el analfabetismo político y construir una nueva sociedad, fundamentada en la crítica, en el análisis y en la capacidad propositiva. No más borregos. No más rebaños. No más masa amorfa. Es urgente una sociedad alfabetizada políticamente, dueña de sí misma y constructora de su propio destino.

El maestro Carlos Gaviria Díaz, decía que uno de los sistemas más complicados para materializar en la práctica era la Democracia, por cuanto esta implica que el pueblo tiene que asumir sus propias decisiones y acciones y no esperar que otro las tome por él. Así, pues, no es otro el que decide mi destino, soy yo mismo, lo que implica conocimiento, inteligencia y acción para decidir colectivamente. No es gratuito o accidental que Gustavo Petro insista con tanta fuerza en “los saberes”.

Esa es la razón de ser del Pacto Histórico: Iniciar una gran campaña de alfabetización política, yendo a las regiones más inhóspitas y apartadas, compartiendo el conocimiento al calor de un tinto, un estrechón de manos, una breve estadía. Una sociedad autónoma construyendo su propio destino, pensando en el futuro de las venideras generaciones y en la defensa a ultranza de la pacha mama, el planeta tierra, el medio ambiente.

Así, pues, votando por los candidatos y candidatas del Pacto Histórico, estamos derrotando el analfabetismo político y estamos contribuyendo a construir una nueva sociedad, una patria libre, soberana e independiente.

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