domingo, 6 de marzo de 2022

Se está destruyendo la montaña Managrande, el gobierno ni fu, ni fa


 Por Nelson Lombana Silva

Se está destruyendo la exuberante montaña Managrande, en el municipio de Coyaima (Tolima), ante la indiferencia casi complaciente de las autoridades ambientales. A pesar de las continuas denuncias de la comunidad indígena Pijao que habita el ancestro Coya-Managrande, existir normas e incluso, pronunciamientos por parte de funcionarios del gobierno nacional y regional, en la práctica la destrucción de este pulmón del sur del Tolima continúa sucediendo sin ningún contratiempo. Al parecer no hay poder humano que pueda detener este crimen contra la madre naturaleza. Es por eso que el ex gobernador de dicha parcialidad indígena, Nelson Leal Luna, señala: “En el papel el territorio está protegido, pero en la realidad no, porque la justicia no ha hecho nada”.

 

Nelson Leal Luna, oriundo de este territorio, coordinador nacional en autoridades tradicionales indígenas de Colombia, Gobierno Mayor y cofundador de la Asociación Indígena (ASOPIJAO), ha sido amenazado de muerte por defender el medio ambiente en su territorio. De numerosas amenazas y agresiones violentas ha sido víctima. Sin embargo, señala con firme convicción su propósito de seguir luchando por la defensa del medio ambiente de la madre naturaleza. Dice que, de no actuar la justicia en Colombia, estaría dispuesto a acudir a organismos internacionales. “Se está tiñendo de sangre el territorio de Managrande. No ha habido presencia del Estado para proteger la montaña”, señala el dirigente indígena.

La entrevista concedida por el líder indígena del Tolima, Nelson Leal Luna, es la siguiente:

-         Nelson Leal Luna, consumado dirigente indígena Pijao del sur del Tolima, amenazado de muerte y defensor a ultranza del medio ambiente. ¿Quién es realmente Nelson Leal Luna?

 
Soy fundador y ex gobernador de la comunidad “Ancestro Coya-Managrande”, territorio sagrado, municipio de Coyaima (Tolima). También hago parte de la coordinación nacional en autoridades tradicionales indígenas de Colombia, gobierno mayor. Igualmente, soy cofundador de la Asociación Indígena (ASOPIJAO) en este departamento.

-         ¿Cuál es la realidad actual de esta comunidad indígena de la cual usted hacer parte?


Actualmente la comunidad ancestral Coya-Managrande adelanta un estudio etnológico, o mejor, el estudio socioeconómico ante la Agencia Nacional de Tierras, para constitución de resguardo.

Tenemos varias dificultades, entre ellas, el cerro Managrande, el cual está en esta jurisdicción, cerro para protección, pero ha habido muchos daños ambientales, entonces en estos momentos tenemos ocho documentos a favor de la protección de la montaña. Pero, hasta el momento no ha sido posible que se cumplan estos documentos sobre la protección, de pronto por causa de la pandemia del Covid-19, por varias situaciones. A raíz de eso he sido desplazado del territorio por los que causan daños ambientales en la montaña.


Sin embargo, en estos momentos con Derechos Humanos, estamos haciendo un seguimiento con la Defensoría del Pueblo; también le solicitamos ayuda a Derechos Humanos de la presidencia de la república, la que notificó al ministerio del medio ambiente, el cual, a su vez, nos notifica que está atento y ha notificado a la Corporación Autónoma Regional del Tolima (CORTOLIMA), para que esta proceda a cumplir las medidas que se han tomado en relación con la defensa de la montaña. En este proceso vamos actualmente.


-         ¿Quiere decir usted que ha sido amenazado de muerte por defender su territorio ancestral y la montaña, el medio ambiente en esta zona del sur del Tolima?


Sí, señor periodista. He sido amenazado por las personas que talan la selva, que rozan, que cazan, que contaminan con venenos que queman. Fui literalmente corretiado del territorio, me quitaron el derecho al agua, me sacaron a machete. Un día fuimos con la producción de Señal Colombia a hacer un documental que se encuentra en YouTube, en este denuncié los daños ambientales. Ese día de la producción nos retuvieron como mediodía los agresores ambientales, teniendo que intervenir la policía para rescatarnos y en el mes de noviembre, octubre de 2018, estuvo Jorge Enrique Cardozo, director de Cortolima, con la dirección territorial del Tolima de Purificación y Alfredo Capera, representante de las comunidades indígenas de Cortolima. Con estos tres personajes estuvimos en el cerro y también fuimos agredidos por las familias que dañan la montaña en Managrande.


Es una situación bien difícil. El año pasado, el 14 de junio, hubieron dos muertos en esta región. Fueron dos aserradores a cortar madera y fueron acribillados a bala. No sabemos qué pasaría con ellos, pero fueron muertos. En estos momentos, se está tiñendo de sangre el territorio de Managrande y el Estado colombiano, no ha tomado las medidas necesarias. Están todas las denuncias, pero, no ha pasado nada. O sea, no ha habido presencia del Estado para proteger la montaña.

-         ¿Cómo cuantificar los daños ambientales en el gran cerro de Managrande y sitios aledaños de la montaña?

Los daños, de qué se trata: Son graves porque están extinguiendo la quebrada de Guarguarco, una quebrada muy importante en el municipio de Coyaima, donde los nacimientos están totalmente talados y la gente fumiga, entonces el agua se viene secando literalmente y acabaron con toda la diversidad de peces. Había bastante, ahora no se encuentra un pez.

También la quebrada de El Tigre, la quebrada de El Niple, también están sufriendo daños ambientales. Es grave porque se está poniendo en riesgo la vida, la salud, se está poniendo en riesgo que todo Totarco quede sin agua, por falta de conciencia ambiental. Y, también es grave porque se está tumbando la montaña que da oxígeno al territorio y hay diversidad de especies nativas en este territorio.

Este territorio nosotros lo reclamamos. En el 2014, se fundó la comunidad Coya-Managrande, porque son territorios ancestrales, en la cual nosotros tenemos el derecho de cuidarla y protegerla.

-         ¿Qué respaldo ha tenido de las demás parcialidades indígenas en torno a esta lucha ambiental que viene librando?

Coya-Managrande está rodeada de seis resguardos. De los seis resguardos, ha sido poco el respaldo, a pesar de que la montaña da agua para la gente, porque a pesar que estos resguardos tienen sus propios territorios, muchos comuneros tienen intereses en la montaña de ir a rozar allá, porque es montaña, porque la tierra es más fértil, porque dicen que la tierra no es de nadie, entonces invaden pedazos de tierra. Hay poquitas escrituras de este territorio, por eso, creen tener intereses todos los resguardos, en especial el resguardo Totarco-Tamarindo, ha causado mucho más daño visible. Esa ha sido la situación. No ha habido un respaldo que defienda los intereses que existen sobre la montaña.

-         ¿Cómo califica la postura del Gobierno Nacional en relación con esta sentida problemática ambiental?

Bueno, en el año 2011, nosotros como comunidad Coya-Managrande hicimos el mandato y en el 2018, se ratificó el mandato de la comunidad y uno de los principios es la protección de la montaña. En el año 2014, la comunidad se registró mediante la resolución número 0149 del 13 de noviembre de 2014, y en ella, el estudio etnológico arroja de que la montaña hay que protegerla y que nosotros somos los encargados de protegerla, porque es un sitio muy importante hidrográfico en el municipio de Coyaima.

En el año 2014 también, se hizo el estudio de diagnóstico del plan “salvaguarda”, en el cual también todo su contenido es sobre la protección de la montaña. En el año 2016, hicimos un comunicado interno a la comunidad, donde todos nos comprometimos firmado a cuidar la montaña. En este mismo año, con la ayuda de autoridades tradicionales de Colombia, Gobierno Mayor, nos hicieron un estudio la unidad de restitución de tierras; en el 2018, sale la resolución 0650 de 2018, donde expresamente dice la Agencia Nacional de Tierras, que se debe proteger ese territorio, constituir en resguardo y protegerlo en su totalidad y que se deben colocar vallas y todo este tipo de cosas, cosa que no se ha cumplido. En el año 2018 también a raíz de varias denuncias, muchas denuncias por daños ambientales. Cortolima saca una resolución numerada 123 de 2018, donde dice que va a sancionar a comuneros de tres resguardos por los daños ambientales. Esa resolución hasta el momento no ha tenido efecto. Lo último que supimos era que Cortolima iba a anular esa resolución, que porque eso era zona indígena y que él no se metía allá. O sea, no le interesa los daños ambientales en esta jurisdicción especial.

En el año 2019, ganamos un documental con Señal Colombia. Se grabó el documental en el que se muestra los daños ambientales en el territorio. Una niña que se llama Viviana, que es mi hija, habló sobre este proceso y ella fue perseguida, fue maltratada por la agresora ambiental. A raíz de eso nos quitaron el derecho al agua y después nos desplazaron del territorio. En el papel el territorio está protegido, pero en la realidad no, porque la justicia no ha hecho nada. Esa es la realidad.

-         A pesar de todas estas adversidades que incluye la amenaza, ¿Está dispuesto a seguir batallando?


Claro. Es que yo soy nacido en la montaña Managrande. Yo nací allí. Allí, está mi ombligo, es mi territorio y uno como Pijao es muy difícil desarraigarse del territorio. Es mi territorio y lo seguiremos defendiendo, porque es nuestra tierra. Yo no tengo otra opción, otro territorio, sino es Managrande. Nosotros como Pijao somos hijos de la madre tierra, y la madre tierra es la que nos da de comer, nos da de beber, nos da todo. Entonces, es injusto lo que está pasando con la montaña y eso se tiene que ceder, se debe cumplir sí o sí, o si no toca llevar el caso a instancias internacionales, porque el Estado colombiano realmente no funciona en este caso que tenemos nosotros en Coya-Managrande. No ha funcionado, mejor dicho.

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