miércoles, 25 de agosto de 2021

La Nueva Eps: Enferma y explota

Crédito: Tomada de Internet

 Por Nelson Lombana Silva

Gracias a la ley 100 de 1993, obra del matarife narcotraficante, Álvaro Uribe Vélez, empresas prestadoras de salud, como la denominada: “Nueva Eps”, enferman y explotan al otrora paciente hoy cliente de una manera burda y descarada. Es deprimente el servicio, pues carece del más mínimo criterio humanístico y se convierte en una máquina de hacer dinero para unos cuantos capitalistas.

Al decir verdad, no hay en Colombia una sola Eps que cumpla cabalmente con su misión, porque en realidad lo que las anima es el lucro, la ganancia al precio que sea. Sin lugar a dudas esta criminal dinámica de la salud en este país, ha provocado y sigue provocando más muertes que el mismo conflicto social y armado que se vive por obra y gracia de la clase dominante.

Es un drama que se vive a diario con tanto ímpetu que ya prácticamente nos hemos vuelto insensibles, ya no es noticia y cada quien vive su propio drama en una soledad terrible de abandono por parte del Estado y estas rémoras hambrientas y sedientas de dinero y más dinero al precio que sea.

La Nueva Eps, seccional Ibagué (Tolima), es apenas un ejemplo. No es fácil conseguir una cita con médico general, con especialista es prácticamente una utopía irrealizable. En la actualidad no cuenta – por ejemplo – con diabetólogo y el cuento peregrino “es que no es importante”.

No es raro que le agende una cita, llegue el paciente y dure una, dos horas esperando y después le digan, el médico ya se fue o no vino, vuelva y agende la consulta. ¿Una urgencia? Qué horror. Espere tres, cuatro, cinco y más horas… Es indignante las filas enormes a la intemperie donde el paciente está expuesto a la lluvia o al calor, a un atraco o a un accidente. Una fila para recibir muchas veces un analgésico que en la tienda de la esquina vale $1500 y/o $2000 pesos, pero que el paciente ha tenido que pagar $14.000 pesos de copago.

En el caso particular de la ciudad musical de Colombia, la Nueva Eps está desmembrada. Entonces, le toca retirar unos medicamentos en la calle 43, otros en la calle 28. Es doloroso cuando el paciente de avanzada edad hace la extenuante fila para una cita y la funcionaria le dice que tiene que solicitarla por internet. El paciente suplica que le ayude y la respuesta seca y a veces cortante es casi la misma: No.

Un paciente está obligado a esperar horas y horas para ser atendido, pero cuando la situación se invierte y el paciente llega sobre el tiempo o pasado algunos minutos, casi siempre pierde el derecho y tiene que iniciar nuevamente el escabroso proceso de solicitar nuevamente la cita.

¿Qué hacer?

Hay que romper con esta sumisión que nos tiene sometido esta criminal dictadura disfrazada dizque de “democracia”. No es tarea fácil, porque estas criminales Eps son producto de decisiones políticas tomadas en el parlamento. Sin embargo, muchos pacientes alienados y analfabetos, siguen apoyando a los mismos con las mismas. No encuentran una conexión entre su drama y la posición política del Centro Democrático, por ejemplo. Para ellos, una cosa no tiene que ver con la otra. Esa ignorancia política es la que aprovecha la oligarquía para seguir gobernando en beneficio propio.

La salud debe volver a ser en Colombia un derecho y no una vulgar mercancía como viene ocurriendo. Una mercancía al alcance de los grandes adinerados. Debe ponérsele fin al terrible paseo de la muerte, a la explotación infame y descarada. Para ello, hay que asumir una postura consecuente con su clase social. No volver a votar por los candidatos de los ricos, hay que votar por los candidatos del pueblo. Acoger de buen agrado la propuesta del Pacto Histórico. No hay otra alternativa. No hacerlo así, es seguir patrocinando todas estas infamias. La oportunidad es ahora. Hay que desarticular la banda de las Eps en Colombia.

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