miércoles, 19 de agosto de 2020

Terrorismo de Estado, estrategia del uribismo

 Por Nelson Lombana Silva

Una vez se conoció la detención de casa por cárcel del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, según la CIA, se ha intensificado el terrorismo de Estado, estrategia del uribismo con el propósito de sembrar pánico en todas las instancias del país, empezando por la Corte Suprema de Justicia, los principales dirigentes de izquierda y el pueblo humilde, en general.

Lo que venimos viendo en los últimos días realmente resulta impresionante. El vil asesinato de cinco niños en Cali (Valle), la racha de asesinatos de ex combatientes de las FARC – EP que ya supera los 224 y la serie de videos espeluznantes que vienen circulando en las redes con desmembramientos de cuerpos humanos, buscan, indudablemente, inmovilizar el país a punta de miedo y de terror.

Los medios masivos de comunicación, en su inmensa mayoría postrados al terrorismo de Estado, no dan tregua en su pérfida campaña de desinformar y hacer creer que el cautiverio del más grande criminal que ha surgido en los últimos cincuenta años, es un error catastrófico. Algún lamebotas ha dicho cínicamente y sin sonrojarse, que la economía del país ha caído estruendosamente por la detención de este matarife.

La hora de terror se ha disparado en Colombia. Por estos días un líder indígena del municipio de San Antonio (Tolima), se salvó milagrosamente a un brutal atentado contra su humanidad. Además, la ola de asesinatos en distintas regiones del país no para. De igual manera, se conoce de la forma salvaje como el militarismo viene actuando en regiones como los Llanos Orientales, el Catatumbo y Nariño, entre otras. A pesar de la incomunicación mediática; gracias a los distintos medios alternativos de comunicación, el país ha podido constatar la sevicia de los uniformados en estos vastos territorios nacionales, tan distantes del progreso de la mano del gobierno nacional.

La gavilla delincuencial condensada en el Centro Democrático, llama abiertamente a la violencia y al desconocimiento total del Estado Social de Derecho. El débil y cuestionado presidente Iván Duque Márquez, coloca toda la artillería pesada del descompuesto Estado al servicio del propietario de la hacienda El Ubérrimo, sin escatimar esfuerzo alguno. Pero, no contento con esto, pide auxilio hincado de rodillas a Estados Unidos para que interceda y presione a la Corte Suprema de Justicia, de una manera bárbara y burda por cierto. Por estos días arribará al país fichas claves del presidente Donald Trump, seguramente a decidir abiertamente en los asuntos internos de Colombia.

El país nacional, del cual hablará Jorge Eliécer Gaitán, debe cerrar filas de unidad, respaldando decididamente la postura de la Corte Suprema de Justicia, rechazando la ola criminal del Estado y asumiendo una postura de vida y de esperanza. No podemos caer en la red del miedo y del pánico. Hay que hacer de tripas corazones y persistir en la lucha por la paz con justicia social, en el cumplimiento de lo acordado en la Habana (Cuba) entre la entonces FARC – EP y el Estado Colombiano. Hay que exigir la depuración de las fuerzas militares, lo mismo que el desmonte del Narcoestado. Eso exige en verdad un verdadero pacto político nacional por la base. Solo la unidad nos hará fuertes y nos pondrá en el camino correcto hacia el puerto victorioso de la vida y la esperanza. El destino de Colombia no puede ser la muerte que encarna el narcotráfico, es la vida que encarna una verdadera democracia que nos ponga en la gran alameda hacia el socialismo.

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