martes, 18 de agosto de 2020

La actividad mágica de la lectura humaniza

 Por Nelson Lombana Silva

Qué delicia es abrir un libro y devorar su contenido, viviendo con sus personajes el drama que trae consigo la trama. La imaginación se robustece y la condición humana se ensancha en grado sumo. Qué interesante saber que mientras el libro estimula la creatividad, el cerebro se activa dinámico, la televisión hace exactamente lo contrario. Allí, no hay espacio para la creatividad humana del televidente. Todo está hecho. Y se hace más dramática la situación en la televisión capitalista, por cuanto por allí discurre la infame sociedad de consumo. El televidente es idiotizado. Por eso, el famoso escritor mejicano Rius, recomienda apagar la televisión y abrir un libro, porque usted tiene plena libertad para imaginar los personajes de la obra. ¿No es maravilloso esto?

Este 17 de agosto de 2020, a las 9:11 de una mañana taciturna, sin sol y con el firmamento encapotado, hemos terminado de leer el libro: “Los pecados de Inés de Hinojosa”, del escritor Próspero Morales Pradilla. Es el libro número once, desde que comenzó esta pandemia del coronavirus, que nos ha obligado a permanecer en casa. Mientras personas nos comentan que están al borde del desespero y la melancolía por el crudo encierro, nosotros respondemos que el día se nos hace corto y efímero, gracias a la posibilidad de disfrutar la lectura con más amplitud.

Al terminar la lectura de esta obra literaria, la gran travesía por la colonia en dos países hermanos Venezuela y la Nueva Granada, surge una nueva aventura con el libro intitulado: “Las palabras maravillosas del Quijote”, obra de Jorge Arango Mejía. Son 438 páginas para devorar en los próximos días de Covid – 19, al lado de las actividades propias de la biblioteca El Cañón del Combeima, en Ibagué (Tolima).

Intriga, amor y traición

Los pecados de Inés de Hinojosa es una obra de literatura que retrata muy bien la época colonial de 1500 en adelante. Período dominado por la tenebrosa “santa inquisición” de la iglesia católica en este continente. Los clérigos predican pero no practican. A la sombra de la terrible inquisición, fluye en la casta dominante la intriga, el amor desaforado, la traición y la muerte. Una clase dirigente hipócrita y pecaminosa.

Inés de Hinojosa, a la sombra de su belleza sobrenatural, intriga, da rienda suelta a la sexualidad, traiciona y se hace cómplice de asesinatos. Cerca de ella, Juanita (su sobrina), se confabula en todas estas crudas trapisondas con absoluto libertinaje e incluso, complacencia de la Torralva, la criada que las acompaña en toda la aventura.

La aventura comienza en Carora, población venezolana. Allí, Inés contrae matrimonio con Pedro de Ávila, quien a su vez, convive con Juanita. El sacristán Jorge Voto, músico experto en danzas, seduce a Inés y para que el camino le quede libre, asesina a su esposo con su visto bueno. Van a parar a Pamplona (Nueva Granada), donde contraen matrimonio. Jorge Voto es un impostor. Al verse descubierto sale disparado a Tunja, donde el encomendero seduce a Inés y de paso a Juanita, mientras Jorge Voto sueña con abrir una nueva academia de danza en Santa Fe. Todos los vicios de la época se concentran en Tunja. Se abren lenocinios y la traición fluye. Mientras Inés traiciona a su marido con el encomendero, Jorge Voto traiciona a su mujer con las alumnas que asisten a las clases de danzas. Qué trama tan compleja y erótica.

Esta obra literaria tiene las más diversas acciones, algunas violentas, terroríficas, algunas románticas y algunas sencillamente desconcertantes. Vale la pena su lectura sin ningún tipo de prejuicio. El autor es nacido en Tunja (Boyacá) con larga y ensanchada formación académica. Hay que leer, porque la lectura engrandece la especie humana, la humaniza.

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