Por Nelson Lombana Silva
Con una ceremonia sencilla pero emocionante se instaló el séptimo congreso nacional de la Unión Patriótica en Bogotá, el día inmediatamente anterior al caer la tarde y comenzar la noche. Las deliberaciones comenzarán hoy e irán hasta el domingo, cuando se clausurará el magno evento al filo de las cinco de la tarde, con la presencia del ex candidato presidencial por la Colombia Humana – Unión Patriótica, Gustavo Petro Urrego.
La instalación se caracterizó por la amplitud de saludos de representantes de otras fuerzas de izquierda y sectores democráticos. A pesar de la dificultades en los enlaces y la virtualidad, las personalidades que tuvieron la posibilidad de intervenir, no solo reconocieron el papel histórico, revolucionario y heroico de la Up al renacer de las cenizas de un exterminio único en el mundo, con grandeza, decisión y coraje, sino que coincidieron en afirmar la necesidad impostergable de la unidad. En ese sentido, la propuesta más clara que ha quedado en el ambiente, es la concreción de un gran bloque histórico, tal como lo proponía en su momento Antonio Gramsci. Un bloque histórico con programa definido, incluyente, amplio, democrático y alternativo al modelo capitalista neoliberal. Un bloque histórico, con reglas claras, capaz de democratizar la salud, la educación, el campo, la ciudad, la soberanía nacional, el respeto hacia nuestros vecinos. Un bloque histórico contra la corrupción, el paramilitarismo, el narcotráfico y la violencia.
Seguramente el debate será intenso en estos días de congreso y como dijo Gabriel Becerra, ojalá se dé una declaración política que responda a las expectativas y los desafíos del momento. Además, una dirección consecuente con esta hora de tanta complejidad en un país en manos de la mafia, el paramilitarismo y el imperialismo norteamericano. Los timbales de la unidad los ha encendido con qué fuerza la Up con este séptimo congreso. A todos los delegados y las delegadas, suerte y pulso.
La instalación se caracterizó por la amplitud de saludos de representantes de otras fuerzas de izquierda y sectores democráticos. A pesar de la dificultades en los enlaces y la virtualidad, las personalidades que tuvieron la posibilidad de intervenir, no solo reconocieron el papel histórico, revolucionario y heroico de la Up al renacer de las cenizas de un exterminio único en el mundo, con grandeza, decisión y coraje, sino que coincidieron en afirmar la necesidad impostergable de la unidad. En ese sentido, la propuesta más clara que ha quedado en el ambiente, es la concreción de un gran bloque histórico, tal como lo proponía en su momento Antonio Gramsci. Un bloque histórico con programa definido, incluyente, amplio, democrático y alternativo al modelo capitalista neoliberal. Un bloque histórico, con reglas claras, capaz de democratizar la salud, la educación, el campo, la ciudad, la soberanía nacional, el respeto hacia nuestros vecinos. Un bloque histórico contra la corrupción, el paramilitarismo, el narcotráfico y la violencia.
Seguramente el debate será intenso en estos días de congreso y como dijo Gabriel Becerra, ojalá se dé una declaración política que responda a las expectativas y los desafíos del momento. Además, una dirección consecuente con esta hora de tanta complejidad en un país en manos de la mafia, el paramilitarismo y el imperialismo norteamericano. Los timbales de la unidad los ha encendido con qué fuerza la Up con este séptimo congreso. A todos los delegados y las delegadas, suerte y pulso.
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