domingo, 23 de febrero de 2020

Terrorismo rampante en el Tolima

ex comandante Jaime Guaraca. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

Las palabras del ex comandante fariano Jaime Guaraca, cobran singular vigencia por estos días en Colombia, cuando el terrorismo de Estado se incrementa a lo largo y ancho de país con entera libertad e incluso, complacencia de la clase gobernante. La guerrilla se desmovilizó pero el paramilitarismo no. El gobierno nacional sigue intacta su política de terror, indicó el ex miembro del Estado Mayor de esta organización política – militar que depuso las armas mediante acuerdo que se concretó en la Habana (Cuba) y se firmó en el teatro Colón de Bogotá.


La izquierda tolimense viene siendo blanco de este fenómeno, especialmente en la ciudad de Ibagué y contra la sede regional del Partido Comunista. La sede viene siendo hostigada por individuos que se mueven libremente, sin que las autoridades tomen cartas en el asunto.  En días pasados, se comprobó que era un supuesto militar retirado, el cual cínicamente argumentó que simplemente estaba buscando una dirección.

De igual manera, algunos miembros que asisten a esta sede han sido abordados por supuestos miembros de inteligencia militar, haciéndoles  ofrecimientos económicos a cambio de información precisa sobre las actividades cotidianas que adelantan las personas en esta sede política.

El pasado 12 de febrero, hacia las 5:30 de la tarde, dos sujetos de civil llegan a la sede para tomarle fotos y de paso increpar a los asistentes por la existencia de la sede comunista. Sin identificación solicitan el listado de las personas que asisten con frecuencia a la sede y adicionalmente, solicitan que los que en esos momentos están presentes se identifiquen plenamente. Al no conseguir el cometido se marchan tranquilamente en moto y al siguiente día, hacia las 4:10 de la tarde hace presencia un individuo sospecho quien toma fotos de la fachada del edificio y registra a las personas que entraban y salían de la sede política. Al darse cuenta que miembros de Derechos Humanos (Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos), le toma fotos, se aleja de la sede sin ningún contratiempo. Se comunica con el policía del cuadrante quien informa que la policía nada tiene que ver con eso y que siempre que lo hacen, lo hacen con sus respectivos distintivos de la institución. Hay videos sobre el particular.

Estos hechos de intimidación ocurren en momentos en que el Partido Comunista se preparaba para participar del Paro Nacional convocado por la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) y después del absurdo atentado del ex presidente de esta organización sindical en el municipio de Guamo (Tolima). La campaña de terror se ha incrementado gravemente en los últimos días en esta sección del país.

Organizaciones de Derechos Humanos han denunciado esta racha de amenazas y hostigamientos contra la sede regional del Partido Comunista en el Tolima (Ibagué), exigiendo de las autoridades tomar cartas en el asunto. Hay que decir que además de la sede del Partido, también se encuentra allí, la sede regional del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). Se hace necesario la solidaridad y la libertad para el ejercicio político distinto al de los partidos del establecimiento. Las autoridades del orden nacional, regional y municipal, están en mora de un pronunciamiento serio y contundente.

Los enemigos de la paz y la reconciliación, dentro y fuera del gobierno, insisten en la tesis de la violencia, el terrorismo de Estado y que el país nacional se siga desangrando por sus cuatro costados. Son buitres que actúan libremente en el marco del corrupto y criminal sistema capitalista. Ante estos graves hechos no hay que bajar la guardia, ni caer en el fatalismo o la inmovilidad. Por el contrario. Fortalecer la unidad, la organización y la movilización. Hay que persistir en la paz y la solución política, en la salida dialogada. La izquierda tolimense está en la obligación de sacudirse y retomar la unidad como elemento central y prioritario. Además, denunciar todas estas bellaquerías que alimenta el estado, no dejarse acorralar y menos intimidar. Al contrario. Cada día hay que ser más radical y consecuente con el proyecto táctico y estratégico de los comunistas de verdad: La construcción del Socialismo.

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