miércoles, 19 de febrero de 2020

La denuncia de Aída Merlano

Por Nelson Lombana Silva

Las declaraciones concedidas a la periodista Vicky Dávila, por la ex senadora colombiana Aída Merlano, prisionera en la hermana república bolivariana de Venezuela, ratifica lo que el Partido Comunista Colombiano y el ex candidato presidencial por la Colombia Humana, Gustavo Petro Urrego, hace rato vienen denunciando: Colombia está tomada por la mafia y la corrupción.


Es una verdad a gritos, una verdad irrefutable, que cada vez se degrada más y más y resulta imposible tapar como ha venido sucediendo hasta ahora. Aída Merlano coloca como ejemplo dos familias costeñas: Los Char y los Gerleyn. Sin embargo, no duda al decir que es toda la clase dirigente de derecha que hoy existe en Colombia.

Son las “vacas sagradas del establecimiento” como la llamaba el famosísimo escritor costumbrista Álvaro Salom Becerra a la rancia oligarquía colombiana. Es una podredumbre total. Un país donde los más ricos no pagan impuestos, empezando por el presidente de la república, el ex presidente Uribe Vélez y sus hijitos, el fascistoide Germán Vargas Lleras, entre otros. En Colombia el único obligado a pagar cualquier cantidad de impuestos es el pueblo. Nadie más.

Pero, volviendo al tema del reportaje concedido por Aída Merlano, no cabe la menor duda de que la presidencia le fue robada a Gustavo Petro Urrego en los pasados comicios electorales. Una sucia y multimillonaria compra de votos impidió que el candidato de la Colombia Humana llegara al solio de los presidentes. Con la ayuda de Odebrecht, el narcotráfico y los monopolios, Iván Duque Márquez, el presidente más tonto y sumiso, después de Julio Cesar Turbay Ayala, compra la presidencia de la república, utilizando, al parecer cédulas de personas ya fallecidas y cuantiosas sumas de dinero. El poder sobre montañas de crímenes y artilugios de la peor calaña.

La compra de votos en Colombia entonces es una constante práctica de la derecha. No es nada nuevo. Misael Pastrana Borrero anocheció perdiendo las elecciones y amaneció ganándolas y nadie ha dado hasta ahora una explicación convincente. Todos esos bochornosos sucesos duermen plácidamente el sueño de los justos.

Al referirse a Germán Vargas Lleras, dice Merlano: “Toda la clase política, toda la maquinaria política del país, lo apoyó, lo financió, pagó para que votaran por él, pero ni pagando todo los votos de toda Colombia, la gente quiso votar por esa sabandija. Es un tipo nefasto para el país”.

Germán Vargas Lleras, maneja la Fiscalía General de la Nación al parecer como negocio particular suyo. “A Alex Char le abrieron varias investigaciones y funcionarios de la Fiscalía iban a solicitar medida de aseguramiento ante un juez y apenas el Fiscal General tenía conocimiento, Vargas Lleras le da instrucciones precisas de que engavetaran la investigación y en efecto, en este momento cursa más de ochenta investigaciones contra Alex Char, y yo quisiera saber a dónde se han ido a parar esas investigaciones. De qué está hablando Germán, si Germán es el que les hace los favores jurídicos o los favores ante la Fiscalía a todos sus amigos para que les engaveten todas las investigaciones que cursan en la fiscalía. Es por orden de él”.

Ante las claras y contundentes denuncias de la ex congresista contra la clase política colombiana, el gobierno nacional, mitómano consumado, se ha dedicado a decir que Merlano está denunciando manipulada por el gobierno venezolano de Iván Duque Márquez. Su ingenuo y e iluso argumento lo repite los medios hasta la saciedad.

Al respecto, dice Aída Merlano: “Maduro no me ha manipulado porque no lo conozco, no he tenido la oportunidad de hablar con él, ni tampoco con nadie de su gabinete, ni de su gobierno. Las cosas que dije ante el Tribunal, lo dije en un momento de desesperación porque quería a toda costa que me protegiera porque tenía temor de volver a Colombia”.

Según Aída Merlano, toda la clase política de derecha compra votos en Colombia, menos la izquierda consecuente. “Eso es verdad. Eso es verdad. El congresista que se atreva a decirme a mí, que nunca ha comprado un voto…que no los compra todos, sí…Pero, casi todos los congresistas les toca comprar votos, sino no se eligen. Los de la izquierda no necesitan comprarlos porque hay un sector de izquierda que no se vende, que tienen ideales propios, como también en la derecha hay algunas personas que votan a conciencia. Esas son las personas que ayudan a tener una base electoral y son políticos que no les toca comprar todos los votos, pero, sí les toca comprar un porcentaje de los votos. El político de derecha que me diga que no compra votos, yo digo entonces que yo podría declararme que tengo dos hijos, pero soy virgen y soy concebida por obra y gracia del espíritu santo”.

¿Ocurrirá un terremoto político en Colombia con este ventilador de la misma derecha? No soy optimista. Soy realista. Gabriel García Márquez decía: “En Colombia como en Macondo, nunca pasa nada”. La única esperanza de que ocurra algo es que el pueblo asuma una postura protagónica y no simplemente contemplativa. Se lance masivamente a la calle a pedir la renuncia del presidente, la actual clase dirigente y a solicitar unas nuevas elecciones con la mayor transparencia. El pueblo debe explotar y decir: ¡Basta! Derrotar todos esos tentáculos dañinos que se mueven en la penumbra en todo el país, desafortunadamente. La unidad, la organización y la politización, son elementos claves para iniciar esta cruzada por la moralización de la nación. No hay otro camino posible. Además, resulta ingenuo pensar que la misma clase corrupta se va a corregir. Eso no será posible.

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