miércoles, 12 de febrero de 2020

Magisterio a Paro Nacional por 48 horas

Por Nelson Lombana Silva

La Federación Colombiana de Educadores (FECODE), ha convocado a Paro Nacional durante los días 21 y 22 de febrero, en protesta por el genocidio sistemático que se viene llevando a cabo en este país contra los trabajadores, docentes, líderes sindicales, populares, campesinos, indígenas y afrodescendientes. De igual manera, en solidaridad con el ex presidente de esta organización sindical, Carlos Enrique Rivas Segura, quien en días pasados fue objeto de un atentado criminal en el municipio de Guamo (Tolima).


La convocatoria de esta poderosa organización sindical de carácter nacional se debe sentir con fuerza en todos los rincones de Colombia. En esta oportunidad, prácticamente, no se está peleando por tesis políticas o económicas, fundamentalmente se está peleando por algo elemental y a su vez, fundamental: El Derecho a vivir.


El país se viene desangrando constantemente por los cuatro costados en una guerra sucia contra el pueblo, totalmente silenciada por los grandes medios de comunicación. Violencia premeditada por la gran oligarquía con el único propósito de fomentar el terrorismo de Estado para que el pueblo siga sumiso, soportando la corrupción, la miseria, la violencia y la demencial explotación del hombre por el hombre.

Temerosa esta criminal oligarquía del inexorable desmoronamiento del modelo neoliberal y la profunda crisis del régimen capitalista, acude al terrorismo de Estado con el único propósito de acallar a sangre y fuego los requerimientos del pueblo colombiano en su totalidad.

Ante un hecho tan aberrante y tan común en Colombia, la clase trabajadora y el sindicalismo en su conjunto, deben hacer causa común para apoyar al magisterio en esta cruzada de lucha y resistencia, saliendo masivamente durante estos dos días a pedir la renuncia del presidente Iván Duque, la convocatoria a nuevas elecciones, el desmantelamiento del militarismo disfrazado de paramilitarismo y la vergonzosa intromisión del gobierno nacional en los asuntos internos de los demás países hermanos del área.

La unidad sindical debe brillar, dar ejemplo de compromiso consecuente y revolucionario con los intereses de la clase obrera. Pero también deben hacer presencia los campesinos, los indígenas y los afrodescendientes. La vieja consigna no pierde vigencia: “La unión hace la fuerza”.

Además, de esta manera concreta le comenzamos a dar forma al gran Paro Cívico Nacional Indefinido. Dialogar en la acción es fundamental para ir resolviendo ciertas contradicciones teóricas. Hay que entender que la práctica resulta maestra en estos casos. Vamos con los maestros y maestras a la calle. Lo único que tiene el pueblo por perder en la lucha, son las cadenas de la opresión. Pase la voz, arme el comando de paro en su barrio y vereda.

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