domingo, 16 de febrero de 2020

Formas de lucha del pueblo en el siglo XXI

Por Nelson Lombana Silva

Las contradicciones de clase en el capitalismo van en aumento, son cada vez más complejas y violentas. La clase dominante se concentra cada vez en menos manos y su agresividad como medio de subsistencia se hace más notoria. De igual manera, elementos como la corrupción, la carestía, el desempleo, se intensifican con mayor fuerza. La pobreza en el pueblo, se generaliza alcanzando una mayor cobertura, aumentando de esta manera la incertidumbre en millones y millones de colombianos y colombianas.


Pero también se desarrolla la resistencia del pueblo, aunque no en la misma proporcionalidad por ahora. Los Partidos y organizaciones de izquierda, a veces se tranzan en discusiones internas de nunca acabar impidiendo de esta manera avanzar. En ese sector, se ubican los oportunistas y seudo izquierdistas que con su comportamiento no dudan en hacerle el trabajo a la derecha, sin sonrojarse caso Moir o Fajardo con su doble careta. Posturas “paliduchas” que empantanan los procesos realmente de izquierda. Pero, claro, también hay que tener en cuenta los mismos errores de la izquierda, izquierda y la demencial cacería humana que adelanta la clase dominante contra el pueblo en el marco del terrorismo de Estado.

El enemigo de clase tiene múltiples facetas y formas de transformarse para no perder su ilegal e ilegítimo poder. Acude a todos los mecanismos habidos y por haber, se une las veces que sea necesario con tal de no perder sus privilegios, mientras la izquierda arma tremendo debate por una simple coma. Miremos a manera de ejemplo, el pasado debate electoral presidencial. Semejante oportunidad de iniciar un proceso de cambio con Gustavo Petro, pero saltó el senador Robledo con el cuento del voto en blanco y Fajardo la supuesta “libertad” para que sus bases votaran por el que les pareciera. Dicha postura fue fundamental para que el uribismo continuara en el poder con este petardo presidente que tenemos los colombianos. Fue el gran espaldarazo, indudablemente. En semejante lucha que libraba el pueblo colombiano contra esta rancia y criminal oligarquía, por supuesto que no cabía términos intermedios como “neutralidad” o supuesta “libertad” para que las bases votaran por el que quisiera.

Ahora, se les ocurre decir a algunos politólogos dizque izquierdoso que la combinación de todas las formas de lucha ha fenecido en Colombia. Es método del pasado, anacrónico y desactualizado. ¿En qué país viven estos supuestos “revolucionarios”? ¿Será que piensan que la oligarquía se derrota con ave marías y buenas intenciones? ¿No se dan cuenta cómo la burguesía la viene practicando a profundidad?

Históricamente, se ha acusado al Partido Comunista Colombiano de haber inventado esta combinación de formas de lucha, lo cual le ha costado cientos y cientos de militantes asesinados a lo largo y ancho del país. Una racha de víctimas que no para, dicho sea de paso. Una infame calumnia que le ha costado lágrimas, dolor y muerte. Esta no es invento de los comunistas, es invento de las masas para resistir la criminalidad del régimen que se ha levantado en Colombia sobre verdaderas montañas de crímenes horripilantes. Lo que hemos dicho los comunistas es que apoyamos todas las formas de lucha que se inventa el pueblo para resistir y combatir a esta criminal oligarquía. Eso es diferente.

¿Caducó las distintas formas de lucha del pueblo colombiano en el siglo XXI? ¿Ya no tiene vigencia la combinación de todas las formas de lucha del pueblo colombiano? “Mamola”, diría Jorge Eliécer Gaitán. Todas las formas de lucha, habidas y por haber, tienen vigencia ante un régimen tan poderoso y salvaje como es el capitalismo. Que una forma de lucha tenga su declive en determinado momento histórico y se desarrolle otra con más fuerza, es posible; pero no quiere decir que no tenga vigencia o haya perdido eficacia. Nada de eso. Seguramente, este será un tema álgido de discusión en el venidero Congreso de los Comunistas Colombianos a realizarse en el mes de julio en Bogotá. Ojalá, se haga la más profunda discusión para sacar unas conclusiones claras y concretas de corte comunista. A nuestro modo de ver ni una sola forma de lucha se puede descartar en esta batalla denodada contra este régimen opulento y violento, que seguramente está dispuesto a matar medio país con tal de no perder sus intereses de clase. Que el árbol no nos impida ver el bosque.

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