miércoles, 5 de febrero de 2020

La Diplomacia colombiana es un chiste

Por Nelson Lombana Silva

La diplomacia colombiana en la oscura era del sub presidente, Iván Duque Márquez, es un chiste de muy baja calidad. Una vergüenza. Si este sub presidente de la república tuviera algo de vergüenza o independencia, tomaría correctivos inmediatamente. Pero no es así. Duque es una marioneta de Álvaro Uribe Vélez y este de Estados Unidos.


El caso Aída Merlano Rebolledo es muy diciente. Sin embargo, tiene algo de astucia, en el sentido de impedir que esta delincuente de cuello blanco regrese al país y prenda el ventilador. La forma más “diplomática” es hacer la payasada del sub presidente colombiano de solicitar su extradición al delincuente payaso y presidente imaginario, Juan Guaidó. Es la forma perfecta de decirle a las autoridades legítimas de la hermana república bolivariana, por favor: No la extraditen a Colombia.

Si bien la diplomacia es el arte de la hipocresía, según entendidos en la materia, este sub presidente en tan corto tiempo ha batido todo récord en esta materia. Al lado de ésta, la mentira y la sumisión, han sido las características fundamentales de la diplomacia del gran cabeceador Iván Duque Márquez.

Charlatán barato, cada día se desprestigia más y más. Miente en la OEA, miente en las Naciones Unidas, miente en Europa, miente en todas partes. Es una sarta de mentiras que las dice sin sonrojarse.

Es indudable que la ex senadora Merlano Rebolledo, no hizo lo que hizo, solita, por intuición propia. Tampoco se le puede calificar de chiva loquita o una isla. Nada de eso. Hace parte de un entramado, de una estructura delincuencial tan propia del régimen capitalista.

Esta corrupta ex senadora al abrir la boca, seguramente va a salir muchos implicados de cuello blanco, empezando por su patrón Uribe. Por eso, la decisión de pedirle la extradición a un siniestro personaje que ni siquiera es presidente de una junta de acción comunal. Como dije el presidente venezolano Maduro: “Con permiso me río”.

El país en la arena internacional está re mal. Es el hazmerreír de la comunidad internacional ante la actitud del sub presidente pusilánime, medroso e intrascendente. Sinceramente da pena, risa e incluso, rabia, la forma superflua como Colombia se viene relacionando con el mundo por obra y gracia del presidente del Centro Democrático. Da pena. Vergüenza.

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