domingo, 10 de abril de 2016

Participar de la elección de las juntas comunales en Colombia

Por Nelson Lombana Silva

Al rojo vivo se encuentra el tema electoral de las juntas de acción comunal en Colombia, siempre con la participación comunitaria minoritaria y dentro de ella, un inmenso desconocimiento de los estatutos, lo cual es utilizado por los politiqueros de oficio para sacar el mejor provecho, convirtiendo estas juntas de acción comunal en instrumento politiquero, en clientela electoral. 



Realmente el gobierno nacional no se ha preocupado por darle continuidad y desarrollo a estos espacios de participación comunitaria. De un lado, desestimula la participación y de otro lado, hay poco apoyo económico.  A pesar de esa cruda realidad la disputa por los cargos burocráticos no es suave, por el contrario, resulta fuerte y hasta agresivo utilizando epítetos de grueso calibre, difamación y sindicaciones, a veces sin fundamento.


Este es un escenario importante que hay que estudiar detenidamente para poder comprender la dinámica social de la comunidad y proyectar acciones que amplíen el escenario de participación directa de la comunidad. Es estudiar la realidad de la junta de acción comunal desde la praxis, participando activamente en la actividad barrial o veredal, compartiendo codo a codo las penurias y las expectativas. Quedar con la teoría simplemente no es lo ideal, lo correcto.


Indudablemente, la junta de acción comunal es como la célula de la democracia de un país como Colombia. Todos los fenómenos que vive el país se generan o se viven en la junta de acción comunal. Alguien dijo: “La junta es un país pequeñito, todo lo tiene, desde lo bueno hasta lo malo”. Eso es cierto.


Hay diversidad en todos los campos posibles, intereses económicos, sociales, políticos, ideológicos, culturales, ambientales, etc. Gente honrada, gente inescrupulosa, insolidaria, solidaria, etc. Hay lucha de clases.


Eso indica que los comunistas tenemos que meternos de pies y manos en estos procesos e influir positivamente en el desarrollo de las juntas y sus respectivas comunidades. Hacer parte del proceso y sobre todo, darle continuidad. Estar metidos al interior de las masas con decisión es fundamental. Elevar el nivel político y orgánico, erradicar el analfabetismo político y contribuir a hacer una comunidad crítica y analítica, son entre otras actividades que deben los comunistas influir. Para ello debe conocer su comunidad, sus contradicciones, su nivel político y sus perspectivas. Sea lo que sea, pero hay que aprender de las masas. Y en esa dinámica, influir positivamente, con audacia y dedicación.


La junta de acción comunal del barrio Jordán II etapa, de la ciudad de Ibagué (Tolima), se reunió anoche con el fin de hacer reformas parciales a los estatutos, nombrar el tribunal de garantías para las elecciones del 24 de abril de estas juntas y de paso determinar el sitio y horario que atenderá la secretaria a las personas que quieran asociarse y participar del debate electoral.


Fue una asamblea atropellada. Los ánimos electorales descomponen a la comunidad y cada quien trata de imponer su criterio, muchas veces sin tener razón. No se pudo hacer reformas de estatutos. “Eso que lo haga la nueva junta”, fue la conclusión final.


El tribunal de garantías, después de duro rifi rafe, fue integrado por tres miembros de la comunidad: Jorge Arturo Flórez Ramírez, Cristian Ricardo Vallejo Caycedo y Maury Sánchez Gualtero. Se definió el horario de afiliación en el horario de 5:00 a 7:00 p.m. con la secretaria en su residencia ubicada en la manzana 23 casa 13.


La afiliación comenzó desde anoche con aquellas personas que llevaron consigo la cédula de ciudadanía. Hay que participar no solo en la elección de la junta sino también en el desarrollo comunitario del barrio o vereda. La unidad y la organización son el camino. 

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